En mi último libro “Soy gerente. ¿Y ahora qué?” abro el capítulo 4 haciendo referencia al terrible accidente que sufrió el crucero Costa Concordia, en una templada noche de enero, con más de 4.700 personas a bordo.
El mundo de los negocios avanza a ritmo frenético. Pero Robert Solomon se tomó unos instantes para reflexionar y construir una filosofía de la empresa...
Vivimos permanentemente rodeados de noticias que destacan el éxito; nos conmueven las historias de personas que se hicieron de la nada y ahora yacen en la cima.
En el proceso de cambio, somos observados, evaluados, valorados, ponderados y reconocidos por nuestras habilidades, destrezas, talentos e incluso nuestras debilidades.
Las personas tienden a separar el desempeño de la marca de su actuación moral, según un estudio; casos de figuras públicas como Lance Armstrong, Tiger Woods y Bill Clinton lo confirmarían.
De cambios culturales en las empresas empezamos a hablar con más intensidad en nuestro país, en los años 80 y 90; cambios que, como dijo algún experto, tenían su origen en las creencias recogidas por la conocida teoría “Y”
En una primera ronda de financiación un emprendedor que quiera dar entrada en su StartUp es aconsejable que reparta un máximo de un 25% de las acciones.