La voz y los registros vocales - una mirada diferente

Muchas tendencias técnicas trabajan la voz como si fuese una vara, que llega de tal nota a tal otra, y según donde pueda cantar en ese momento el individuo, se lo encasilla estableciéndole un registro. Aquí es donde empiezan algunas cuestiones y limitaciones mentales del cantante, donde empieza a sentirse el “yo soy… y no puedo cantar tal cosa”

El orden en todo aspecto de la vida, inclusive en el canto, es sumamente necesario, pero hay que echar por tierra la creencia que, porque sos “mezzosoprano” no podes o no necesitas tener sonidos agudos, por ejemplo, o porque sos Soprano, no podes o no necesitas cantar sonidos graves, la idea de los registros es establecer un orden, no una limitación. Partiendo de la base de, que el objetivo es buscar el sector “cómodo” para el intérprete y donde más componentes de su voz se encuentren en apogeo, encontrar esto, ¡lleva tiempo! Tiempo de trabajo, de desarrollo y de práctica sobre el repertorio.

Algunos maestros conciben la voz como una manifestación elástica, como un elemento flexible dentro de determinados parámetros de salud, obviamente, que, por supuesto tiene comienzo y fin. Pero las características definitorias de un registro, son encontrados luego de una búsqueda exhaustiva de la propia voz, la cual luego de un tiempo de trabajo e implementación de la técnica, podrá ir acercándose a lo que será finalmente su registro final.

Una soprano, por ejemplo, la voz más aguda de las mujeres, debe tener notas graves, ¡y en excelente estado!, y las cuerdas vocales están preparadas fisiológicamente para emitirlos; ¿qué tan grave? Bueno, esto ya dependerá de su órgano, del grado de su técnica y de su auto conocimiento y limites cerebrales; La realidad es que si no se ha realizado un trabajo exhaustivo no puede determinarse un registro vocal en ningún individuo, pero una vez que sí se ha establecido, tampoco el registro tiene que ser un limitador.

Como cantantes, actor o cualquier individuo que utilice su voz, debemos pensar en que una voz autentica es una voz sana y deviene de encontrar ese sonido primo libre y fluido. Viene de apropiarlo, amarlo y aceptarlo; La técnica oficia como un pincel, que extiende sus colores hacia un lado y hacia el otro, y mientras más la implementamos, la pincelada es cada vez más suave y flexible.

Los registros son indispensables para organizar un poco nuestra cabeza y hasta nuestro trabajo como cantantes (en el caso de quienes lo somos) y son inevitables, pero consideremos elemental que todo profesional de la voz, debe sentir su técnica como una puerta a un mundo de infinitas posibilidades, de donde solo cada uno tenemos la llave y donde encontraremos una plenitud única por medio de la practica constante y el autoconocimiento.

Hay alumnos que llegan a la clase de canto diciendo “me dijeron que soy barítono” (la voz media de los hombres) y quizás tomaron dos clases de canto con otro profesor. Sin embargo, uno no escucha indicio alguno de este registro, más que una incapacidad para emitir agudos, lo cual se puede deber a emitir con una excesiva tensión. Entonces ahí comienza el gran desafío de explicar que tomará un tiempo definir realmente cual es el registro vocal de cada uno, y es ahí, luego del trabajo minucioso que puede llevar meses o años, cuando la voz se libera y va mostrando en cada sector de la extensión cual es el lugar donde mejor se aprovechan todas las cualidades vocales del cantante, podemos encontrar realmente el registro de ese individuo, el cual a veces coincide con la idea que trajeron y a veces no.

El canto no es mágico, necesita de mucho trabajo, de alegría en la práctica, de ganas de desafiarse y sobro todo de un buen maestro. El hecho de cantar es inherente a todo el ser humano que físicamente tenga su órgano fonador apto, que tan bien realizamos esa manifestación, será la resultante de un largo camino de experimentación, crecimiento espiritual y desarrollo técnico.

Es por ello, que cada vez más, el papel del mentor toma una importante relevancia, ya que todas estas cuestiones y limitaciones socialmente impuestas o autoimpuestas, pueden causar grandes confusiones. La mirada y apoyo de un mentor experimentado sin dudas será de gran ayuda para afrontar los desafíos con entereza emocional y gran fuerza.