En momentos de dificultad.

Muchas veces, nos quedamos anclados en algún recuerdo sentimental, ya sea un divorcio, una pérdida o una situación dolorosa. A veces, con los años, pensamos que está resuelto, pero después de un tiempo, reaparece la sensación de soledad. Algunos la llaman una sensación de "vacío" respecto a algo que inconscientemente aún, no hemos soltado, pensando que ya ha pasado tanto tiempo, que lo superamos. Sin embargo, no percibimos que durante mucho tiempo, hemos sobrevivido ante la vida ocultando dolores, tratando de justificar que, aunque estemos mal, vamos bien.

Ante esto las inseguridades, y la sensación de incapacidad frente a cualquier incertidumbre aumentan. En el fondo percibes que, por más que lo hayas intentado todo. Siempre regresa "una sensación de desolación e inquietud". 

 Me sucedió muchas veces, estaba tan sumida en el dolor, donde me reprochaba lo mal que lo hacía. Hasta que elegí salir de donde estaba; si, en ese momento hubiera sentido lástima de mí misma, tal vez hoy no estaría escribiendo este artículo.

Todos, absolutamente todos, pasamos por dificultades. Lo importante es aprender a reconocer que aquello, que nos genera  tanto  dolor o tristeza, es necesario mirarlo. Y no quedarte en las excusas estúpidas que te cuentas, para no salir de ese agujero.

Aprende a mirar con amplitud tu vida y reconocer que es, necesario pedir el acompañamiento de una mano guía que ya transitó ese duro camino.

 Esa elección es el mejor camino, para empezar a tomar conciencia de lo valioso que eres, y de todo el potencial que, a pesar de las incertidumbres, se encuentra dentro de ti.