El camino de la ópera off
Hasta hace no muchos años, se consideraba que un artista de la ópera solo podía desarrollarse profesionalmente si seguía ciertos pasos. En Argentina incluían por supuesto el Teatro Colón de Bs As y los clásicos agentes o patrocinadores. Sin ellos parecía que todo esfuerzo era en vano.
Poco a poco se fue abriendo el ámbito independiente, el cual al principio era sinónimo de cosas mal realizadas, cantantes sin mucha formación, e incluso de improvisación en el armado de los productos.
Pero, hace unos 10 o 15 años, el mundo de la ópera off cambió totalmente y fue gracias a que muchos profesionales dijimos “basta” a un medio oficial que nos maltrataba y que nos obligaba a seguir caminos que no eran los que nosotros deseábamos. Así, de a poco, el medio independiente se convirtió en un espacio de innovación y creatividad de excelencia. ¿La diferencia con las compañías oficiales? El acotado presupuesto, el poco apoyo de la prensa y por supuesto la lucha de los habitúes de los espacios oficiales por defenestrar las propuestas independientes.
Lo bueno de la fuerza creativa es que cuando viene, llega para quedarse, al punto que hoy en día, la ópera off, es el camino obligado de todo artista, es el espacio de arte que los catapulta y prepara para los teatros más grandes. Si bien cada compañía es distinta y maneja productos diferentes en calidades, esto también permite que los artistas vayan haciendo un crecimiento desde las compañías más modestas hasta las más profesionales, y de allí a los centros de artes mayores. Resumiendo, el medio off, alimenta al medio oficial con artistas con experiencia y que en muchos casos han demostrado una y otra vez que pueden soportar grandes roles.
Creo que se ha abierto un camino importantísimo en el medio off en donde muchos productos están colmados de una inventiva suprema. La falta de apoyo económico a estas compañías hace que tengamos que emplear toda nuestra creatividad en función de compensar esas cosas que suelen ser más fáciles cuando hay presupuesto de por medio, y lo digo con total conocimiento de causa, siendo desde hace 15 años, directora de una de las compañías de ópera más estables de Argentina con producciones en otros países de América.
En este momento, artísticamente, la ópera independiente es una alternativa real para aquel que quiere reencontrarse con la esencia misma de la ópera.
Específicamente hablando de nuestra compañía, nos manejamos de una manera muy estricta, con cuestiones humanas y artísticas. Tenemos un régimen de ensayos intenso, y a cada área se le da el espacio de crear dentro de sus posibilidades, cuando se delega a un profesional una tarea se le permite crecer y desarrollarse, para que ese profesional también pueda hacer su experiencia. En el caso de los cantantes o instrumentistas, siempre se busca lo mejor de cada uno; no nos conformamos ni permitimos que ellos se conformen, y con amor siempre los ayudamos a que den el máximo rendimiento posible.
El medio operístico off, está sembrando raíces fuertes y, sobre todo, abriendo infinitas puertas. El camino más difícil está siempre en educar al público para que entienda que no es ópera de calidad solo lo que hay en los teatros grandes, como tampoco es todo bueno lo que hay a nivel independiente, hay que buscar, informarse y experimentar, por eso es importante que el público, los críticos y los medios acompañen este medio off, para que la gente pueda conocer y sacar sus conclusiones.
Les puedo asegurar desde nuestra experiencia, que podrán encontrar en muchos casos, productos más solventes a nivel artístico que en el medio oficial. Este mismo diagrama de productos independientes se puede observar en la mayoría de los países de Latinoamérica. Hay una necesidad de generar espacios de expresión al alcance de todo artista con preparación, y la calidad de lo que se ve en los escenarios independientes, ha puesto en tela de juicio los parámetros con los cuales se eligen los elencos en los medios oficiales, en donde siempre se escucha a la misma gente, y no suelen ser los mejores, sino los que representan mejor el papel de lobbistas.
La parte buena de toda esta historia es que los productos independientes, cobran día a día la impronta necesaria para permanecer y ser visibles, generando miles de puestos de trabajo decente al año, y siendo un motor creativo e inclusivo indiscutible.