Desde mi experiencia, un cambio de perspectiva
Buscando la manera de seguir siendo productivos desde un entorno diferente al que no estábamos acostumbrados.
Este cambio, al menos en México, se ha presentado en todos los ámbitos, desde laborales, académicos, gubernamentales, en fin, un nuevo entorno para todos nosotros.
Estos momentos es cuando las verdaderas pruebas, los retos a afrontar, los desafíos que enfrentamos nos ponen de frente a la realidad y tenemos que demostrar de lo que estamos hecho y sacar los mejor de nosotros.
En cierto modo, nos hemos tenido que validar, verificar si lo que hemos venido haciendo durante años y de lo que nos sentimos orgullosos en términos de experiencia y conocimiento es realmente suficiente en circunstancias adversas.
Es entonces, que podemos observar grandes incongruencias en la forma de actuar, pensar y proceder de ciertas personas, que bajo una máscara siempre venían actuando. Y ahora en tiempos de pandemia, los telones caen y sabemos quién es en realidad cada uno.
Analizando y pensando, entiendo que, como mentora, lo trascendental es que, a través de mi experiencia, y vivencias pueda transmitir mi conocimiento hacia mis mentorados.
Entonces, ¿Cómo sería posible, con este nuevo entorno, lograr estas acciones que tradicionalmente las hacíamos frente a frente?
Comprendo que debo tener un cambio de perspectiva, que me permita apoyar al mentorado en el proceso de desarrollo de su potencial de aprendizaje y en el despliegue de sus habilidades. Y ahora, esta serie de habilidades que los mentorados deben de desarrollar, se amplía hacia el uso de tecnologías de la información, el uso de plataformas de video conferencia y de herramientas digitales que permitan guiar el desarrollo desde una manera adecuada.
Al darnos cuenta de la nueva realidad que afrontamos, podemos ver un océano de posibilidades, que probablemente serían difíciles de alcanzar anteriormente, y aunque más distantes estamos de nuestros seres queridos, amigos y compañeros de trabajo, también estamos más cercanos de todo el mundo.
En estos últimos meses he podido no solo dar, pláticas y cursos en diversas partes de mi país, sino que he sido afortunada al poder transmitir mi conocimiento con algunas partes de Latinoamérica e inclusive en los Estados Unidos, buscando de alguna forma inspirar, trascender y transmitir los conocimientos y nuevas habilidades con un público diferente.
Ahora nos damos cuenta de los diversos puntos de vista de otras personas de regiones diferentes, de sus costumbres y lo mejor de todo, de lo valioso e importante que es apoyarnos unos a otros.
Una de las lecciones más importantes que hemos aprendido en estos días, es que tenemos que estar unidos como humanidad para prosperar y alcanzar el beneficio de todos, y que tenemos como obligación velar por aquellos que más lo requieren. Aunque hemos sabido esto con anterioridad, la realidad es que estábamos lejos de conocer de manera directa las situaciones por las que otras personas pasaban.
Ahora, con el uso de estas tecnologías, estamos más cercanos y conscientes de lo que sucede en nuestro entorno. Por ello, tenemos mayor conciencia y debemos buscar incrementar la capacidad de brindar nuestras habilidades hacia el bien común.
Entonces, el papel que el mentor debe tener ante esta nueva perspectiva y considerando lo aprendido en los últimos meses, debe incluir una vía más adecuada para realizar el proceso y dirigir el aprendizaje desde una visión global.