Manejo de las relaciones y la comunicación en la organización

La capacidad de afrontar y superar los conflictos organizacionales y los problemas de comunicación en la relación jefe colaborador, no deja de ser una preocupación para los responsables de asegurar las mejores condiciones que productividad y alto desempeño en la gestión de los equipos de trabajo.

Hace unos días me preguntaron por estos aspectos para la elaboración de un artículo y creo que vale la pena compartirles también las respuestas que ofrecí, en su momento, a cada una de las inquietudes planteadas. 

En primer lugar me preguntan por la diferencia entre la relación que tiene un colaborador con su jefe y con sus compañeros, a lo cual respondo que, ante todo es preciso tener claridad que la relación entre las personas está mediada por factores tales como la confianza y la credibilidad, adicional a esto en el caso de la relación con los jefes hay que sumarle el llamado principio de autoridad que en muchas ocasiones, por una mala interpretación a la hora de ser aplicada, se convierte en fuente de conflictos que impactan en la manera como se relaciona el equipo de trabajo entre sí y con los jefes.

Considero que, efectivamente, la relación debe ser diferente ya que el propósito de la misma en la organización se orienta al cumplimiento de objetivos y metas empresariales que pueden determinar el estilo de comunicación. Es muy probable que en el nivel personal ocurran más o menos afinidades, lo cual sin duda puede impactar en la forma como se maneja el clima organizacional y que puede incluso definir la manera como se le llama la atención o se hace la retroalimentación sobre la gestión que realizan las personas en la organización.

Por otra parte, la relación entre compañeros es y debe ser diferente a la que se tiene con el jefe, precisamente por la razón corporativa que rige la misma. Ahora bien, esto no significa que dicha relación no pueda trascender el ambiente laboral y se tengan otros manejos, orientados a la amistad o a su contrario, lo importante es que la relación en la organización debe tener como fundamento la ejecución y desarrollo de la tarea propuesta.

Otra de las preguntas planteadas hace referencia a que, si la continuidad o no del colaborador en la empresa, puede estar dada por la relación que se tenga con el jefe, frente a lo cual respondo que, claro que sí, en varios sentidos, por una parte si es el jefe quien no logra establecer puntos comunes de acuerdo y comunicación en la relación y esta relación se convierte en un tormento seguro que será el jefe o la empresa quien tome la decisión de prescindir de los servicios de esta persona independientemente de si su contribución es importante o no…, ahora bien si el caso es contrario y el empleado el que no logra definir parámetros de respeto o se pierde la confianza y la credibilidad es posible que sea él mismo quien tome la decisión de salir de la empresa.

En este punto es importante mencionar que finalmente todos los seres humanos somos seres en relación y en ella nos realizamos o por lo menos encontramos los motivos para mantener, crecer o cambiar las diferentes situaciones de la vida, por tanto la aparición del conflicto en la relación debe interpretarse como un momento necesario y requerido para el cumplimiento de nuestras metas.

Conocemos sin duda organizaciones donde hay personas, incluso de una misma área, que llevan meses y años sin hablarse, incluido el jefe, ya que finalmente lo que se privilegia es el resultado que entrega más allá de cualquier diferencia en la relación.

Luego, en otro apartado, se me interroga sobre un tema muy recurrente en la relación jefe colaborador y es cuando el trato dado al jefe incluye hasta regalos; frente a este tema mi respuesta es que el trato amable no es sólo privilegio para el jefe, es más bien una condición para crear y mantener un clima laboral apropiado para que el equipo de trabajo pueda desarrollar sus actividades. Lo que conocemos como zalamería o adulación es un comportamiento bastante común en la mayoría de los colaboradores y surge por muchas razones que van desde la necesidad de ser tenidos en cuenta, de buscar un reconocimiento o simplemente para crear un vínculo, la mayoría de la veces ficticio de cercanía y amistad. 

Los halagos deberían corresponder más bien a merecidos y justos reconocimientos por los resultados obtenidos o estar en los límites tolerables de una relación positiva y contributiva.

El tema de los regalos es un poco más complejo porque depende mucho del tipo de organización, del tamaño de la misma y de la cultura que la empresa ha promovido entre sus trabajadores, de tal manera que lo que en una empresa es un comportamiento normal en otra puede ser interpretado de modo diferente.

Un punto importante, sobre el cual se me indaga, tiene que ver con las actitudes que pueden ocasionar una mala relación con el jefe, frente a este punto considero importante aclarar que, más allá de las actitudes, es preciso identificar el nivel de afinidad que existe entre las personas, ya que este componente se constituye en el fundamento de toda relación. Tal como dice la Real Academia de la Lengua Española, afinidad es la "Atracción o adecuación de caracteres, opiniones, gustos, etc., que existe entre dos o más personas”. 

Esta claridad es importante porque cuando no hay suficiente afinidad, cualquier actitud será malinterpretada por la otra parte y siempre será motivo de conflicto, de tal manera que no me atrevo a hacer un listado que caiga en lugares comunes porque la relación se mueve más por este tema que por la misma actitud que puede ser interpretada de manera diferente dependiendo de la persona. 

La siguiente cuestión se refiere a las actitudes que pueden derivar en una mala relación con los compañeros, dado que este asunto ya se había referenciado sólo agrego que hay algunas actitudes en especial que pueden mencionarse tales como querer imponer su criterio sobre el de los demás, no reconocer el aporte a un trabajo en especial, responder agresivamente, el chisme, actitud de superioridad, falta de colaboración en el trabajo, entre otras.

Otra pregunta se refiere a lo que espera un jefe de su colaborador, y mi respuesta es que el jefe es el líder asignado para que el equipo dé los resultados esperados por la organización, por tanto se convierte en el dinamizador del grupo, en el responsable de crear un sentido de pertenencia que genere vínculos de unidad y compromiso que anime a cada uno de los colaboradores a ofrecer su mejor esfuerzo y capacidad en el desarrollo de la tarea. El jefe espera que cada uno de los miembros del equipo sea capaz de reconocer en los demás un apoyo que aporte sus conocimientos, sus habilidades y destrezas a favor del equipo de trabajo.

Ahora bien, sobre cómo manejar las relaciones con los compañeros que no son muy agradables, considero que es válido aclarar la necesidad de entender que no todos somos iguales, que no reaccionamos igual y que las actitudes y comportamientos de otras personas nos afectan de diferente manera y en este sentido nuestros compañeros se convierten en una fuente inagotable de reflexión. 

Cada persona, por su parte, tendrá que diseñar y poner en marcha algunas estrategias que le permitan manejar la relación con los compañeros que no resultan del todo agradables y que por su condición o convicción expresan actitudes de superioridad, por ejemplo aquellas que les llevan a convertirse en agentes de conflicto para el grupo de trabajo.

Sobre cómo ser un buen colaborador sin generar envidia, es preciso entender que siempre habrá motivos por parte de alguno de los miembros del equipo para querer ser como otro y por tanto desencadenar a partir de este hecho lo que llamamos chismes o comentarios mal intencionados que llevan a malograr el clima organizacional. La envidia, a mi modo de ver, siempre estará presente en la empresa y es incluso necesaria para dejar en evidencia a aquellos que no están aportando todo el potencial que tienen y por el contrario se refugian en la trinchera de la calumnia y la mentira para dañar a los demás. 

Finalmente se me interroga sobre la comunicación que debe existir entre el empleado y su jefe, a lo cual respondo que, a mi modo de ver, la comunicación entre jefe y empleado debe ser amplia y suficiente de tal manera que se puedan expresar las expectativas de cada una de las partes respecto a la gestión ya que es eso lo que une y fortalece el vínculo. La comunicación es requerida en función de la tarea y eso no significa que en el desarrollo de la misma no puedan abordarse temas que corresponde a espacios más personales o sociales, no es posible separar cada área de modo taxativo ya que somos integrales. 

Por último, quiero hacer mención a la importancia que tiene el hecho de que la comunicación debe ser entonces requerida y fortalecida para el desarrollo y cumplimiento de los objetivos y propósitos de la gestión en la organización.