5 fallos que arruinarán tu presentación

Pensamiento poco claro

Si no puedes explicarlo en una frase corta y simple, perderás la atención de tu público.

Antes de presentar algo, busca ordenar tus pensamientos respecto al asunto. Define cuáles son las ideas principales que quieres que el público retenga. Luego, identifica los argumentos que las sostienen, los casos de referencia que brindarás, toda la información adicional con la que complementarás. Categorizar tus ideas te permitirá organizarlas con mayor efectividad y dar énfasis diferentes a cada una, a fin de que tu público las retenga.

Es muy efectivo realizar un esquema de flujo de tu pensamiento, a fin de clarificarte respecto a lo que piensas y cómo transmitirlo. Muchas veces, los pensamientos hacen sentido dentro de nuestra cabeza, pero al comunicarlos no resultan tan claros. Considera que tu público no tiene la misma información que tú y probablemente, observe las cosas desde otro punto de vista.

Presentar es guiar a través de tu argumento, por lo que necesitas pulirlo para que el tour resulte ameno.

Estructura poco clara

No te pierdas (ni pierdas a tu audiencia) con un discurso desordenado.

Uno de los principales temores al presentar es quedarse sin qué decir o perderse en el discurso. La manera más efectiva de evitarlo es estructurando bien la presentación. Si ya has clarificado tus pensamientos, entonces esto no será complicado.

Comienza con una apertura de presentación de tu temática, el objetivo de la presentación y una síntesis de tu idea principal. Si el público es masivo o no te conoce, recuerda presentarte tú también. En definitiva, un buen comienzo es aquel que me deja saber por qué es importante que escuche la presentación y me entusiasma a hacerlo.

Luego estructura el desarrollo en torno a tus principales conceptos. Incluye referencias, historias, datos concretos que apoyen al público a reafirmar estos puntos con claridad. Genera una estructura de desarrollo que sea lógica, que te resulte amigable con la forma en la que piensas acerca del asunto del que estás hablando. Así, será más fácil recordar la secuencia de tu presentación.

Y nada mejor que un gran final para una presentación exitosa. Has un resumen contundente de las ideas que presentaste, enfoca a las personas en qué necesitan o pueden hacer luego de lo que escucharon y déjales algo de valor con lo que retirarse de tu presentación.

Historias poco memorables

Si no les das imágenes con las que asociar tu idea, la olvidarán. Incorpora anécdotas, historias didácticas, datos duros. Todo esto favorece a que las personas asocien tus palabras con algo concreto.

Al incluir este tipo de referencia, estás guiando a tu público a realizar un proceso mental con aquello que estás comentando. Se verán involucrados en primera persona con la información que estás dando y eso, les hará recordarla más tarde. Más aún, es probable que las personas no recuerden los conceptos concretos que transmitiste, pero siempre recordarán una buena historia o un dato impactante o incluso, gracioso.

Falta de pausas

Sin silencios y pausas no podrás captar interés ni crear reflexión.

Presentar nos pone nerviosos, es natural. Y los presentadores a veces tenemos la percepción de que si hablamos más rápido, saldremos del apuro antes. Lo cierto es que cuando un presentador habla sin hacer pausas, casi sin respirar, escucharlo es todo un desafío.

Aduéñate de tu presentación, porque en realidad es justamente tuya. Hazla tomándote pausas, respirando tranquilamente, esto te permitirá comunicar más efectivamente. No sucede nada malo con el silencio, al contrario, unos segundos de silencio captarán la atención de las personas, generarán expectativa respecto a lo que dirás. De igual manera, una pausa luego de un concepto fuerte, invita a la reflexión.

Para evitar las pausas demasiado largas, aquellas que dejan en evidencia que te perdiste, practica. Nada garantiza más una excelente presentación que la práctica. Ensaya tu estructura, tus tonos, tus pausas, y recuerda confiar en ti.

Mal uso de la tecnología

Narrar tu Powerpoint… ¡es garantía de desastre!

Los apoyos tecnológicos pueden hacer que tu presentación se destaque. Pero recuerda, son apoyos. Nunca deben pasar a ser la parte central de tu presentación, salvo casos muy específicos.

Si usas una presentación Powerpoint, asegúrate que meramente destaca los conceptos básicos o brinda datos o imágenes de apoyo a tu discurso. Las diapositivas con mucho texto cansan y distraen al público. Además, nadie retiene tanta información. Así que diséñalas como un elemento que solo dé énfasis a lo que estás comentando.

Si utilizas música, luces, o cualquier otro elemento, mantén presente el mismo principio: deben ser de soporte a tu presentación, no deben acaparar el centro de la misma.