El Liderazgo del Siglo XXI
Lo que nos caracteriza hoy en día es el mundo de cambios tan rápidos que se dan en las estructuras, procesos, tecnologías y demás. Y así dentro del mundo de cambios también se necesita urgentemente cambios en el liderazgo, porque ya no estamos en el mundo antiguo donde los jefes ordenaban y todos sus seguidores debían obedecer con temor. Hoy ya no se debe tratar a los empleados como máquinas para lograr la riqueza y prosperidad de la compañía. Lo que se necesitan son líderes creativos, innovadores, transformadores y sobre todo humanistas que traten con ética a sus trabajadores.
Ser un jefe no significa que sea un buen líder, porque tiene que desarrollar ciertas cualidades específicas que lo lleven en conjunto con su grupo al desarrollo y logro de metas. Debe saber dirigirlos, motivándolos y desarrollándolos para un futuro mejor y más próspero porque un verdadero líder es el que ayuda a cada uno de su equipo a desarrollar su liderazgo para que puedan tomar sus propias decisiones con confianza y optimismo, enfrentando todos los obstáculos.
El mundo actual esta pidiendo a gritos un líder realmente democrático, carismático, visionario y optimista, porque el éxito de todo grupo, familia y empresa depende de sus líderes y la calidad que pongan en el trato con su gente, tomándolos en cuenta como personas con sus propias ideas, costumbres y valores. Un buen líder es quien ayuda a otros a ser mejores, tomándolos en cuenta desde el punto de vista de la sensibilidad humana hasta el desarrollo de habilidades especificas para realizar una tarea.
El líder es el que humaniza la situación haciendo llegar de manera clara los objetivos a alcanzar dando una visión hacia el futuro sobrepasando cualquier tipo de problemas e integrándolos para un esfuerzo hacia la calidad del logro.
Las empresas de hoy necesitan a un líder coach y transformador que modifique el pensamiento de sus trabajadores y se puedan adaptar a los constantes cambios, para que todos en conjunto puedan seguir existiendo como empresa dentro del mercado. Primero un líder debe de ser consciente del cambio en si mismo en su persona para que después pueda provocar e impulsar el cambio en sus seguidores.
Un líder coach sabe guiar a su gente y llevarlos hasta un nivel jamás imaginado donde se puedan sentir adaptados dentro del nuevo contexto que viven las empresas por los múltiples cambios que se viven con los avances que hay en la tecnología, las nuevas estructuras, sistemas, competencia y globalización.
Todo ello en conjunto hace crecer la incertidumbre en las personas con respecto por ejemplo a su permanencia en el trabajo y el desarrollo de su potencial, pero sin embargo teniendo el apoyo y la comprensión de un buen líder se podrá ir camino al desarrollo de talentos que en conjunto puedan coadyuvar a resolver las nuevas necesidades que se tengan por los cambios del presente.
Hoy más que nada los empleados deben ser tomados en cuenta como personas dignas que son para poder lograr la motivación integral en ellos y así mismo ir obteniendo el cambio oportuno en sus vidas dentro de cualquier organismo social como de trabajo.
Los líderes del XXI deben estar dispuestos al cambio y deben tener muy en mente el aprendizaje y desarrollo de las competencias del grupo que dirigen. Son la parte importante como facilitador de un entrenamiento constante, otorgándole a sus seguidores la capacidad plena para que ellos mismos sepan tomar decisiones en cada momento y no estar dependiendo siempre del jefe, todo el grupo debe lograr la autonomía siguiendo y cumpliendo sus responsabilidades y no ponerse limites ante los problemas o circunstancias adversas.
Deben saber responder con cautela y ética, por lo que un buen líder enseña a su equipo a seguir los valores establecidos los cuales se dan a conocer con el comportamiento que tengan los integrantes de cualquier organismo social. Para mejorar las capacidades y competencias de los individuos, el jefe o líder debe convertirse en un coach para guiar al equipo e ir incrementando los talentos escondidos de sus seguidores los cuales al mismo tiempo se sentirán dichosos y capaces con la muestra de su crecimiento y superación como personas.
Eso es lo que estamos necesitando hoy en día los líderes comprometidos con el cambio, los líderes transformadores de su talento que quieran transformar nuevos líderes al paso de sus propios triunfos. Los jefes de grupos deben pensar en la proyección y crecimiento de las personas que conforman su familia laboral, que como tal tienen sus propios deseos de realización, crecimiento y satisfacción plena de la vida y trabajo.
El líder de hoy debe ser humanista pensando que el factor humano de toda organización es la parte mas importante para el logro de resultados, por lo cual debe de tratarlos con esmero y como personas mismas que son dando lo mejor de su tiempo de vida para lograr metas organizacionales pero sobre todo de satisfacción y crecimiento personal para un mejor desarrollo en la vida que cada uno posee.
Por eso el jefe debe motivarlos con gran optimismo y entusiasmo para que siempre reine un ambiente optimo en el cual todos puedan trabajar satisfactoriamente dando lo mejor de si mismos en este ritmo de vida actual tan rápido y lleno de múltiples cambios que van llevando hacia el triunfo o fracaso de las organizaciones dependiendo del tipo de liderazgo que se inculque en todo el personal.
Desde el principio de las labores todo individuo debe conocer cual es la visión de la empresa u organización donde va a trabajar por lo cual un líder visionario se preocupara por que su gente tenga siempre en mente la visión del futuro o a lo que se pretende llegar para que sepan donde están y el camino a seguir, bien dirigidos y guiados por un líder de verdad, un líder actual moderno con mentalidad joven o sea de cambio preciso acorde con el momento actual.
El líder del siglo XXI debe tener seguridad en si mismo lo cual le va a permitir tomar las decisiones ante los problemas diversos o adversidades que se le presenten teniendo una resolución optima que no perturbe su desarrollo y crecimiento constante. Porque el mundo de hoy tan cambiante requiere de personas con gran valentía aquellas que quieran llegar a un progreso máximo ya sea en su vida familiar, personal como de trabajo.
Y esto es lo que el líder de hoy va a brindar a todos sus seguidores con un buen carácter y carisma que brinde la confianza en sus subordinados sin que estén con miedo al dar sus propias opiniones, por lo que algo también muy importante es compartir una buena comunicación entre el grupo y que mejor desde los altos directivos quienes también aprendan a escuchar y mostrar el interés hacia las personas.
Es la pasión la que mueve al mundo para el logro de resultados. Y eso es lo que puede obtener un líder con una actitud positiva hacia sus seguidores y hacia todas las personas con las que tenga trato. Si comparte una buena actitud se podrán hacer muy buenas relaciones de trabajo, de negociaciones de éxito, con un acuerdo excelente con su gente en pro del desarrollo y el aprendizaje constante.
Es admirable conocer historias de las grandes empresas que crearon personas tan comunes como todos pero con ese gran empuje y discernimiento para hacer y crear algo nuevo y diferente no sin antes estudiar todos los pros y los contras de tales decisiones.
Esos son los grandes líderes fuertes y decididos para lograr todo lo que desean en la vida pero sobre todo son muy humanos y generosos con lo que la vida les da, obteniendo milagros con sus esfuerzos luego reconocidos que al mismo tiempo les genera satisfacción integral como personas.
Un buen líder es quien tiene una autodisciplina constante, son responsables con lo que hacen y se sienten comprometidos con la visión y resultados esperados. Por eso es que decimos que el líder no nace si no se hace, porque todas estas cualidades se van desarrollando con la experiencia a cada etapa de la vida. Y otra cualidad apreciada es el ser asertivo por excelencia para poder respetar a los demás a pesar de las decisiones que tome y sobre todo respetarse así mismo en sus necesidades y deseos para una vida mejor.