¿Recursos escasos?
Cuando una idea “nos quema la cabeza”, crece nuestra necesidad de logro, “nuestro need of achievment” como se dice en inglés, explota esa angustia con esperanza
que nos moviliza a hacer y percibimos, nos percibimos en extrema soledad…
Esa sensación de completa orfandad que nos invade para llevar adelante nuestro proyecto, nos obliga que hagamos un inventario de todo lo que contamos.
“... si usted comienza con una clara percepción de sus propias capacidades y carencias, tendrá muchas más posibilidades de éxito”.
Nos tenemos a nosotros, nuestra pasión y entusiasmo, fantástico combustible que nos lleva lejos, muy lejos.
Tenemos nuestra perseverancia, que no es otra cosa que una terquedad creativa, insistir por diferentes caminos y nunca bajar los brazos. ¿Tenemos paciencia?, claro, debemos esperar que las cosas maduren, mientras nosotros proactivamente las ayudamos a madurar. ¿Tiene suficiente paciencia para empezar de a poco?
¿Nos sentimos cómodos “estirando” las reglas?, sabemos que ahora por delante siempre vamos a vivir en el límite de la cornisa, postergando gratificaciones inmediatas en procura de “nuestra gran gratificación”, que nunca sabremos bien cuál es.
¿Estás preparado para ganarte enemigos poderosos?, tu producto o servicio les va a patear el chiquero…, nunca los consideres enemigos, cataliza las emociones propias y ajenas, ¿quién te dice que pueda transformarse en tu mejor cliente, tu gran proveedor o en el mejor socio, la inteligencia siempre gana, recuerda que la confrontación es el último recurso. De última, lee la Biblia y aprende de David.
La velocidad con la cual te muevas es tu fortaleza, ¿estás dispuesto a cambiar rápidamente de estrategia?, esto generalmente es un asunto de cabeza y no tanto de recursos y menos de mercado.
¿Tienes habilidad negociadora?, esto es tu gran capital, fundamentalmente para formar tu “empresa virtual”, tu red de contactos!
Ya que estamos para el inglés, tu “networking”, tu empresa virtual de gente que trabaja para ti. Para que eso suceda, previamente debes trabajar para “ellos”, las cosas que vos les debes brindar antes a los demás. Porque hacer networking es mucho más que acumular tarjetas personales o sumar amigos en Facebook. Es crear relaciones íntegras, de forma tal que como dice Hernán Herrera, “el amor que tendrás, es igual al amor que diste”. Si sólo te acuerdas de “ellos” cuando los necesitas, desde ya te digo que no haces networking.
Para desarrollar una red de contactos eficiente se requiere cabeza abierta y tolerancia con la ambigüedad y lo distinto, si sólo desarrollas contactos con similares a vos, será una “red espejo”, que te brindará lo que ya eres, lo que ya tienes, cero creatividad y nada de lo que te falta a vos, de lo que te complementa.
Repasando todo este inventario anterior, los recursos disponibles aparentan ser más que suficientes.
No obstante tenemos un recurso escaso y fijo, nuestra capacidad de “atención”. Los humanos disponemos de 110 bits para atender y gastamos sesenta bits (60 bits) para atender plenamente lo que dice quién nos habla, cuando leemos y comprendemos, etc. Eso si somos hombres, ya que las mujeres han desarrollado la capacidad de atender varias cosas al mismo tiempo, en una excelente demostración que la práctica es capaz de potenciar las capacidades humanas, y la dejo por acá antes que una feminista diga que es una capacidad innata de los “seres superiores” (jaja).
Entonces digamos que algunos humanos tienen capacidad de atención limitada, cuando atender es dirigirse o extenderse hacia algo. Entonces el pensamiento se convierte en percepción y se manifiesta como una disposición física y mental para seleccionar y elegir.
La atención es la función clave en el estudio, en el trabajo, en los negocios, para emprender y en todo lo que se hace. La lectura es la actividad en la cual el hombre se destaca por ser el único que aprendió a tallar el alfabeto en su cerebro. Sin embargo, la mente se dispersa porque las ideas parásitas impactan al lector. Ocurre que las partes ociosas del cerebro reclaman atención, y así como los que no hacen nada molestan, del mismo modo las partes ociosas no permiten lograr concentración. Es que la mente -vagabunda por naturaleza- salta de un tema al otro sin cesar. Le cuesta atender por períodos largos.
Atención significa regalo, su sinónimo es presente, quizás porque la atención se manifiesta en el ahora y no como la memoria en el antes o el proyecto en el después. Atención es también tener cuidado o descubrir oportunidades como la de percibir que la botella por la mitad está medio llena y no medio vacía.
El psicoanalista sabe cambiar la atención por la atención flotante y detectar el mensaje oculto detrás las palabras. Aquí la atención ayuda a que emerja la verdad.
La mentalidad de bombero que corre sin advertir lo importante, plantea la diferencia entre la eficiencia o hacer las cosas bien y la eficacia o hacer lo que vale la pena. Se trata de aprender a cambiar la atención hacia lo que tiene valor, de ganar y no de perder el tiempo.
Una cosa es distraerse y otra hacerse el distraído. Hay que notar si la persona se da cuenta pero prefiere mirar para otro lado. La mayoría de las personas son selectivamente distraídas e intermitentemente atentas. Mareados por el estrés de lo urgente y preocupados por su beneficio dejan en el olvido a los olvidados de siempre, los excluidos del sistema.
Nos sobran recursos, entonces aprendamos a manejar la atención que tiene límites:
1. No conviene dividir la atención, es mejor hacer una cosa por vez.
2. Hay que actuar con precisión y velocidad, los métodos son el capital de la
atención.
3. No existe mejor remedio que hacer lo que nos gusta.
4. Es importante la claridad en el querer. Séneca dijo: “No existen vientos favorables para el que no sabe a qué puerto quiere arribar”.
5. Es necesario evitar el piloto automático para no perder oportunidades.
6. Sostenido por el pensamiento positivo el interés es el aliado emocional de la atención. Aprendiendo a usar el cerebro se logra que la atención se transforme en concentración. Recordemos que el 20% de lo que hacemos produce el 80% de los resultados, por eso conviene centrar la atención en el 20% productivo. Si la mente se atasca lo mejor es alinear el foco de atención con la asignación de importancia. Administrar el tiempo es administrar la mente y así no habrá recursos escasos.
Recuerda que si algún día te sientes sólo e indefenso: “Párate frente a un espejo y verás la mayor fuente de recursos intangibles a tu disposición”. Daniel Brown