"Hay que transmitirle a los jóvenes que el futuro depende sólo de ellos"

 -¿De qué se trata el proyecto que usted plantea para la juventud de nuestro país?

-La idea es lograr que los jóvenes actúen por su propio impulso y no esperen que los padres o el Estado les arreglen la vida. Que entre los 15 y los 25 años cada uno tenga claro qué es lo que quiere hacer con su vida.


-¿La situación actual está muy lejos de poder alcanzar a ese objetivo?

-A mi me pasa que cuando dicto esta actividad los muchachos se ríen, piensan que les estoy haciendo una broma. Es muy común que digan: "A mí me gustaría tener un auto, o un dvd o un mp3". Pero lo que hay que hacerles entender es que lo importante es pensar qué es lo que voy a hacer con mi vida para poder tener esas cosas que quiero.

-Les cuesta proyectarse al futuro.

-Claro. Nuestra sociedad tiene un gran amarre con el pasado. Todavía seguimos teniendo la idea del estado paternalista, que nos tiene que facilitar todo. La prueba está en que cuando hay un llamado de la Intendencia de Montevideo o del Banco de Seguros se presentan 20 mil personas. Es necesario un cambio de paradigma. No va más lo del Estado benefactor. Hay que transmitirle a los jóvenes que el futuro depende sólo de ellos, y evitar formar personas frustradas, que esperen que la sociedad le dé cosas que no les va a dar.

-¿Qué es la metodología "de los diálogos apreciativos" que usted propone?

-Es una metodología muy buena para cambiar empresas, organizaciones e incluso comunidades. Se ha aplicado con éxito cuando se busca provocar cambios. Lo bueno es que la gente logra cambiar con gusto porque saca lo mejor de sí voluntariamente. Creo que ya pasó la época de las utopías en la que buscábamos un proyecto colectivo. Yo aspiro a que haya un proyecto individual y, como dijo Adam Smith, que el colectivo surja de la actividad de cada uno.

-¿Específicamente de qué se trata su proyecto?

-Apoyándome en mi formación en Diálogos Apreciativos desarrollé una actividad que llamo "Plan Emprendedor Personal". Tiene un objetivo conductual que busca reforzar las características distintivas del emprendedor como ser la motivación por el logro, la autoestima, el autocontrol, la autoeficacia y la innovación. Los participantes piensan en su futuro y se trazan un plan con metas y estrategias para alcanzarlas que quedan escritas en un documento.

-¿Lo ha llevado a cabo?

-Sí. En mi carácter de docente de la Facultad de Ingeniería de la Universidad ORT dicto un taller de cuatro clases dentro de una materia llamada "Actitud Emprendedora". Esta actividad también se ha llevado a cabo en empresas de nuestro medio con propósitos más específicos de emprendedurismo para sus funcionarios, con muy buenos resultados.

-Supongo que con su esfuerzo personal no basta para cambiar una sociedad.

-Claro, yo aspiro que se puedan capacitar 500 jóvenes cada año. Para eso, estamos buscando armar una estructura que involucre a distintas asociaciones que nuclean jóvenes. Pero la idea es generar un movimiento que incorpore colegios y distintas instituciones educativas. Hace poco leí un aviso de una universidad peruana que decía: "Porque nuestros alumnos no salen a buscar trabajo, lo crean". Me pareció fantástico. Y yo creo que cada uruguayo tiene la capacidad de formar sus propios empleos, hay muchos ejemplos de ello. La gente tiene la creatividad para eso. Entonces hagámoslo en forma sistemática, con cierta planificación. Formemos comunidad, creemos ese ambiente. Si formamos 500 jóvenes por año, en una década podemos empezar a cambiar. No es lo mismo crecer en una sociedad que te enseña que hay que estudiar porque mañana "Papá Estado" te va a dar un puesto, que crecer en un ambiente en el cual hay que forjarse el propio destino, y uno se ve rodeado de ejemplos de personas que lograron llevar adelante su sueño.

-En cierto modo su propuesta apunta a que los jóvenes apuesten a desarrollarse en nuestro país. Además, en un mundo globalizado e interconectado, no hay porqué irse del país para poder trabajar para el exterior.


-Claro, ahora no es necesario irse. Cada vez son más los uruguayos que apuestan al teletrabajo en las más diversas áreas. Si hay algo de lo que nos podemos jactar es de nuestra inteligencia y viveza. Eso es lo que hay que aplicar para poder salir adelante.

-A propósito, ¿Cualquiera puede ser un emprendedor o es necesario tener ciertas características especiales?

-Las características fundamentales son tener autoconfianza, es decir, creer en uno mismo, y ser persistente. Como bien dice Woody Allen: "tener suerte es probar mil veces". La buena suerte es una actitud, se crea. Pero también hay que saber diferenciar la persistencia de la terquedad, que si bien son parecidas, no son lo mismo. Cuando uno ve que se va a dar la cabeza contra la pared hay que inventar o buscar nuevos caminos para lograr el objetivo. Esa es la diferencia.

-¿Qué eco han tenido sus propuestas?

-Cuando uno tiene una idea, lo peor es no encontrar interlocutores. Yo por suerte encontré a dos personas excepcionales: el Dr. Carlos Maggi y el Dr. Rodolfo Sienra. Esperemos que se vayan sumando muchas más. Porque si bien es un proyecto a largo plazo, en algún momento hay que comenzar. Como siempre digo, si queremos llegar a la China, comencemos yendo primero al Aeropuerto de Carrasco.

Para poder hacer realidad los sueños

Al ingeniero Rafael Rubio le gusta citar un una investigación que menciona Alex Rovira en su libro "La Brújula Interior". Se trata de un estudio que fue realizado en la Universidad de Harvard, en el que se entrevistaron a sus estudiantes, y entre las diversas preguntas que les hicieron, una trataba sobre las metas en la vida. Específicamente se consultaba sobre qué querían conseguir en el futuro.

En esa oportunidad, sólo un 3% de los alumnos escribió lo que pensaba hacer en su vida.

Veinte años después, se volvió a entrevistar nuevamente a todos ellos. Para sorpresa de los investigadores, aquel 3% que había establecido sus metas por escrito valía económicamente más que el 97% restante y no sólo eso, sino que estaban más sanos, alegres, se mostraban satisfechos y tenían mejor disposición ante la vida que el resto de los ex alumnos entrevistados.

Precisamente, una de las fases del método que propone Rubio es soñar, plantearse una meta para el futuro; la siguiente etapa es diseñar los pasos que se deben dar para alcanzarla. "Se trata de planificar el proceso mediante el cual la conducta elegida sea llevada a la realidad, paso a paso".