La base de datos ha muerto

La base de datos ha muerto. ¡Y tenemos que agradecer que así sea! Existen aún muchas personas dedicadas al uso de las mismas. Pero ni la cantidad ni la antigüedad determinan una tendencia. En mi ciudad también hay pescadores, prostitutas y políticos, es decir, miembros de las modalidades más antiguas de trabajo digno (al menos en los dos primeros casos) y no por eso marcan pautas de negocios. Nota escrita por Oscar Bianchi para iProfesional.com

Hace dos años, un conocido vivía gracias a la inescrupulosa venta de base de datos. Su producto estrella eran 250 mil mails ABC1 de Buenos Aires. Tres semanas atrás, lo crucé en la calle y me contó que era administrativo en una juguetería mayorista. “La gente no entiende cómo hacer negocios”, dijo con mirada visionaria y tono altivo, justificando el cambio de rubro.

Como no nos gusta leer en la web y, según estadísticas, cerca del 50% abandonará justo aquí, anticipo la conclusión: la base de datos es reemplazada por la base de contactos.
El uso comercial de base de datos, además de constituir en muchos casos una práctica ilegal, se sostiene en cinco premisas erróneas, pues supone que:

1. Leemos mails de personas desconocidas.
2. No existen los filtros antispam.
3. Leemos mails sobre temas que no nos interesan.
4. Realmente nos importa lo que otro tenga para decir sobre sí mismo.
5. Leemos mails.
El spam no muere por falta de practicantes, sino por una evolución de los hábitos del consumidor. Por lo tanto, todo aquél que invierta recursos en este fraude, seguirá haciendo girar en falso una rueda que no mueve nada.
Larga vida a las bases de contacto


Esa maduración de la web ha hecho surgir las bases de contacto que, a diferencia de los datos, son vínculos fríos, pero reales, entre participantes de redes sociales, enmarcados en un conjunto tácito de buenas prácticas. Sus características principales pueden resumirse con la regla de las tres A: Ayudar, Aportar, Aprender.

Ayudar. Al vincularnos con otras personas afines, colaboramos con ellas. Se rechaza el modelo vendedor-comprador, surgiendo un verdadero interés por la palabra del otro, acotado a una temática concreta.
Aportar. La conducta proactiva no sólo ha construido y sostenido la evolución de las redes sociales, sino de la humanidad en su conjunto. Todos los avances que conocemos dependen de esta característica inmanente a cada sujeto.
Aprender. Quien cada día no se acuesta diciendo que aprendió, no algo, sino muchas cosas nuevas, entonces no entiende qué es participar en redes sociales.

En una base de contactos no se ganan clientes, sino relaciones. En este contexto, todo artilugio de venta se manifiesta evidente y hasta obsceno. Por eso, amigo vendedor, deja de vender. La base de contactos no compra. La base de contactos se vincula. Nunca más oportuna la frase: relájate y goza. Ya no tienes necesidad de hacernos creer que una lapicera sirve para sostener papeles, abrir cintas de embalar, separar la oreja de la cabeza y, además, escribir. Cuando tu base de contactos necesite algo, lo pedirá y elegirá. Y en ese preciso y único momento, sabremos si has invertido un tiempo y esfuerzo sinceros en tus prácticas.

Ya sé que están pensando: vender era más fácil. Muy bien, también la prostitución y la política son negocios más simples, al fin y al cabo sólo se necesita desvergüenza y algo de perseverancia. De nada sirve ahora la queja. Cuando aparece una tendencia tan poderosa y noblemente transformadora, la mejor opción es sumergirnos en ella y aportar en su construcción.