Facebook eres tú
Siéntete libre para debatir sobre política, sexo, religión, deporte y más, todo ello en Facebook.
Voluntad libre. Es una cosa muy potente. Solo no te vuelvas loco con Facebook por todas las imágenes y comentarios negativos, chismorreos y distracciones que aparecen en tus feeds. El contenido que ves (y el que estás creando, compartiendo y “gustando”). Eso es tu propia historia. Facebook no es la típica y tradicional salida como medio de comunicación, donde el contenido es producido, editado y “marketeado” desde un cierto punto de vista hasta que llega a ti. Facebook – y todo lo que ves dentro – es tu propia cosa. Si no te gusta lo que ves en tus feeds, es que estás siguiendo a las personas y marcas equivocadas. O peor, los amigos de sus amigos.
Acepta la opción de dejar de “ser amigos”
Hace años, escribí sobre uno de los más grandes defectos de las redes sociales: cuanto más conectados estamos, más nos inclinamos a seguir aquellas personas que son “como nosotros”. Hemos pasado desde el modelo portal Web (piensa como Yahoo y AOL, filtraban, editaban y creaban historias cómo los medios de comunicación tradicionales) a un contexto donde nuestra página de inicio (o, ahora, nuestras pestañas principales o APPs de destino) es nuestro feed de Facebook o Twitter. Es fácil pensar que, en un mundo donde cualquiera está creando y compartiendo contenido, estemos expuestos a muchas más voces. En realidad, tan pronto como añadimos más voces, estas tienden a ser voces que está alineadas con nuestros sistemas de creencias propios y existentes. Con eso, nuestro mundo se vuelve mucho más pequeño. Esto sale a la luz frecuentemente cuando escuchas a otras personas decir cómo de sorprendidos están de que un determinado partido político esté ganando el voto popular, cuando – en sus feeds – no ven nada sobre ellos mismo. La perspectiva lo es casi todo.
Lo que ves en Facebook no es una verdad universal
Aquello que diariamente vemos en Facebook es un micro-cosmos que gira alrededor de cómo nuestros amigos o familia piensa. Las cosas que ellos creen que son importantes. Bueno, malo o indiferente. Si no te gusta lo que ves en Facebook, no puedes culpar a la plataforma (algo que hacen millones de personas). Solo puedes culparte a ti mismo. ¿Triste? Sí. ¿Verdadero? Sí. Aquí está la pregunta crucial que deberías formularte a ti mismo: ¿Qué tipo de experiencia Facebook quieres? Generalmente hablando – y por una buena razón – las personas están enfadadas y frustradas. Con su gobierno local. Con políticas restrictivas o de seguridad en aeropuertos, dentro y fuera del país. Facebook (Twitter y otros) se han convertido en terreno fértil para descargar la presión de nuestras válvulas emocionales. Y como todo lo que siempre sale a la superficie, es emocional. Como colectivo estamos perdiendo porque la vasta mayoría de la población no posee conocimiento en comunicación y marketing. La mayoría no sabe cómo buscar fuentes verídicas, o incluso cómo entender mejor que los mensajes que compartimos, pueden a menudo llegar desde fuentes no verificadas. Si no entendemos la comunicación, y si no entendemos cómo comprobar la credibilidad de las noticias, todo lo que podemos hacer es consumir y ciegamente compartir (por lo tanto opinión propagada – y mentiras – sobre substancia y realidades basadas en hechos).
Facebook no es ni bueno ni malo. Es una plataforma que nos permite compartir lo que estamos haciendo y cómo nos sentimos. Cuando las noticias quedan atrapadas entre emociones y reacciones fugaces, es fácil ver cómo las cosas pueden transformarse rápidamente en una olla a presión a punto de explotar y armar un gran lío. Aún así, ese no es un problema con Facebook. Ese es nuestro problema… y el de las personas a las que estamos conectados.
Tenemos mucho aprendizaje que dar.