Descanso y Productividad
Estar ocupado todo el día y quedarme después de hora es ser productivo. No necesariamente. Si bien en algunas ocasiones puede ser conveniente concentrarse en ciertas tareas y no despegarse de ellas hasta terminarlas, abusar de sobre- cargarse de trabajo es un gran peligro para tu productividad.
Busca generar un esquema de trabajo que te permita organizarte para hacer más en menos tiempo y aprender a agendar compromisos acorde a tu capacidad real de trabajo en tu jornada laboral. Productividad no es trabajar más, es trabajar más inteligentemente. Un buen balance entre la vida personal y profesional genera una mayor productividad a lo largo del tiempo. Si quieres entrenarte para lograr esto te recomiendo esta herramienta.
El ideal es no tener distracciones Los estudios más recientes en la materia apuntan a lo contrario: permitir distracciones programadas cada (aproximadamente) una hora, desarrolla la habilidad de multi- tasking y aumenta el rendimiento. Otro estudio plantea que contar con intervalos de distracciones (una llamada, una conversación lateral a lo que estamos haciendo) favorece a tomar perspectiva sobre el trabajo que estamos realizando y por ende, a encontrar mejores formas de hacerlo. El secreto es la mesura: algunas distracciones aumentan nuestra productividad, nos renuevan y nos mantienen flexibles, demasiadas distracciones llevan a que no consigamos cumplir nuestro trabajo.
Hay que estar siempre activo Definitivamente esto no es una práctica sustentable. Es vital que existan ciclos de relajación y descanso. Busca generarlos a lo largo del día: duerme bien, agenda espacios de recreación, agenda espacios para tu familia, agenda espacios para estar solo. Esos momentos de “inactividad” profesional hacen que cuando regreses al trabajo logres mejores resultados.