Los intraemprendedores: ¿Cómo apoyar a los emprendedores corporativos?

Cuando analizo el éxito de la innovación en compañías muy distintas entre sí, tanto por experiencias personales como por mi pasión por la lectura, siempre encuentro pequeños grupos independientes de hombres y mujeres activos que se las arreglan para burlar o aun sabotear los sistemas formales que se supone manejan la innovación. Estos individuos valerosos forman soterrados equipos y redes que constantemente utilizan de contrabando los recursos o se “roban” el tiempo de la compañía para trabajar en proyectos que beneficien a la empresa. Hacen que ocurran cosas nuevas, en tanto que los que tratan de innovar por la ruta oficial están todavía esperando que les den permiso para empezar.

Estos individuos que se arriesgan dentro de la compañía se parecen mucho a los empresarios independientes: corren personalmente un riesgo para realizar una idea. La diferencia es que trabajan dentro de las organizaciones grandes y no fuera de ellas, razón por la cual se han denominado “empresarios internos”. Por lo tanto, ¿que vendría a significar el desarrollar el emprendedorismo interno, o como le queramos llamar?

Esta actividad empresarial interna es un sistema que tiene como objetivo acelerar la innovación dentro de las compañías grandes, mediante un mejor aprovechamiento de las capacidades de su personal. Le permite al jefe ejecutivo conservar a sus mejores talentos innovadores ofreciéndoles la oportunidad de ver realizadas sus ideas sin necesidad de abandonar la compañía, y es la respuesta sensata a las demandas y exigencias del nuevo siglo y a las siguientes. La competencia y otros inversionistas están deseosos de quitarle a las empresas sus mejores innovadores, y con ellos su capacidad de realizar nuevas ganancias con buenas ideas. Por fortuna, conservar a los empresarios internos es materia de un trabajo arduo y serio.

También es importante el emprendedorismo en la empresa por las siguientes razones:

Las organizaciones se dividen cada vez más en unidades de negocios menores, llámese subsidiarias, holding, alianzas estratégicas, unidades de negocio, etc., que muchas veces deben operar en otra ciudades y países, capaces de satisfacer a un cliente cada vez más exigente. Estas nuevas estructuras se arman y desarman en función del mercado y requieren ejecutivos con mentalidad empresarial. Tener talentos preparados para ese desafío constituye una diferencia estratégica de magnitud. Las grandes sociedades desarrolladas se están dando cuenta ya tanto de la amenaza como del buen ejemplo de los empresarios y han empezado a dividir los negocios en unidades más pequeñas, liberando a éstas de controles innecesarios y facultando a los emprendedores corporativos para actuar. Los resultados han sido prometedores.

Pero, ¿quiénes son los intraemprendedores? Son aquellos ejecutivos que no desean salir de la empresa en que se encuentran, y quieren montar un nuevo negocio dentro de la organización. Orientados a la acción, transforman, a través de una visión proactiva y de un espíritu emprendedor, un producto y/o servicio que mejore la competitividad de su empresa. En otras palabras, el intraemprendedor es el gerente de un nuevo negocio, que administra todas las áreas y actividades necesarias para realizar ese emprendimiento internamente. Es el profesional que decide transformar un concepto inicial de negocio en realidad comercial, es el intraemprendedor o ejecutivo moderno.

No es necesario que un profesional esté vinculado al área comercial para ser un intraemprendedor; más bien se trata de una actitud que puede estar presente en ejecutivos de todas las áreas, unidos por un espíritu común, orientado a hacer que las cosas sucedan, con rentabilidad y con la participación de la gente.

El intraemprendedor se coloca al medio entre el creador de la idea y las área operacionales de la empresa, para viabilizar con su propio equipo, o utilizando muchas veces los departamentos de investigación o los servicios externos, la creación de un nuevo negocio en la empresa en la que se desempeña.

¿Qué es y qué implia para las personas individuales un desarrollo en su capacidad emprendedora?

• Primero, implica un cambio de actitud, que ahora es más importante que conseguir un curso de posgrado. La gente ahora no vale por lo que sabe sino por lo que hace con lo que sabe.

• Segundo, implica aprender la forma de agregar valor permanentemente a la organización. Las empresas compran ahora el resultado de tu tiempo, no tu tiempo. Por lo tanto, si dejas de agregar valor, te cambian. La idea, entonces, es mejorar la versión de uno mismo, de uno como producto, ver qué voy a ofrecer a mi empresa, cuál es el valor agregado que voy a dar para que mi organización me siga considerando rentable. Este tipo de cambio se consigue con el emprendedorismo, ya que uno es dueño de su propio negocio dentro de la empresa, que parte por ser un generador permanente de valor.

• Tercero, implica ser empleable, atractivo con talento para el mercado laboral y, por consiguiente, muy cotizado para crecer dentro de la empresa.

• Cuarto, transformarse de espectador de los cambios dentro de la empresa a protagonista de los mismos.

• Quinto, fijarse metas propias y tomar la iniciativa.

• Sexto, se autoestablecen normas personales de calidad muy altas que repercuten en un resultado para la empresa.

• Séptimo, están dispuestos a superar los errores y fracasos, que son tremendamente necesarios para competir.

• Octavo, como consecuencia saben administrar bien el riesgo.

• Noveno, generan lealtad hacia los objetivos a largo plazo.

• Décimo, trabajan en equipo y saben reconocer a sus colaboradores.

PERFIL BÁSICO DEL INTRAEMPRENDEDOR
- Profesional generalista-especialista, con visión global y acción local.
- Posee una visión de futuro clara, sus anhelos y sueños son bastante ideales, sus metas altas, pero nunca pierde el sentido de realismo.
- Hábil en comunicación humana, sabe escuchar primero y se expresa con asertividad.
- Privilegia las relaciones interpersonales, cultivando la confianza al interior de su equipo de trabajo y/o colaboradores.
- Conoce sus propias Fortalezas y debilidades, y desde ahí observa nuevas oportunidades de mejoramiento, para ponerlas en práctica.
- Dispuesto a enfrentar riesgos como desafíos permanentes. Reconoce los fracasos como resultados, y tiene la capacidad de reinventarse.
- Flexible, con un conocimiento integral del negocio. Se adapta con facilidad y casi automáticamente a cambios permanentes.
- Tolerante a la incertidumbre en la que se mueven el mercado, los negocios y las estructuras.
- Alta capacidad creativa en el pensar, y de innovación en el hacer.
- Practica el liderazgo interactivo (coaching), no aspira a tener seguidores como un pastor de ovejas, sino que prefiere entrenar a nuevos líderes.
- Inspira y promueve el cambio más que el status quo. Es capaz de motivar a otros en su quehacer, generando compromiso con su ejemplo.
- Privilegia el conocimiento a través de la integración de la diversidad de información, con una modalidad autopropulsada. Se auto instruye.
- Desarrolla el capital intelectual en su empresa. Sabe distinguir y aprovechar los talentos individuales de la gente en beneficio del negocio.
- Tiene pasión por una causa, busca trascender, no se conforma con facilidad.
- Reconoce sus errores y aprende continuamente de ellos, generando normalmente una mística especial de aprendizaje en su organización.

Autor: Fernando Vigorena Pérez es Consultor de Empresas y Director de Entrepreneur Consultores Gerenciales Ltda., una de las más importantes empresas orientadas a los servicios de Outplacement y Coaching en Chile.