La confiabilidad del líder: Base de su influencia.
“Liderazgo es influencia”. Esa es una definición exacta y acertada de lo que es liderazgo. Sin influencia no existe liderazgo. Y la influencia está asociada a la confianza que inspira el líder en sus seguidores. Podemos afirmar enfáticamente la confianza es el combustible del liderazgo, así como la gasolina es el combustible de un vehículo. Sin gasolina un vehículo no puede andar, así mismo sin confianza no se puede liderar. Sin la confianza de los seguidores no hay influencia posible, y sin influencia no existe liderazgo. Esa es una ecuación infalible en materia de liderazgo.
El líder necesita hacerse confiable para lograr ascendencia e influencia sobre sus seguidores; de esto depende su efectividad como líder. Acertadamente dice el Dr. Jesús Sampedro: “Cuando un líder genera confiabilidad personal, también influencia la realidad organizacional”. La confiabilidad del líder es indispensable para poder influir sobre el entorno de la organización. Si un líder no es digno de confianza, la gente no seguirá su visión, ni cooperara con entusiasmo para alcanzar las metas organizacionales, ni se comprometerá con la organización.
La confianza es fundamental para el ejercicio del liderazgo. El liderazgo está basado en el manejo de las relaciones, y las relaciones son fundadas sobre la confianza. De modo que sin confianza no hay conexión entre el líder y sus seguidores.
Necesitamos entender que la capacidad del líder de influir tiene su fuente en el alto grado de aceptación del líder. Para poder influir sobre otros, se requiere primero que los seguidores crean en el líder: en su ética, su integridad, su entereza, su competencia.
Ahora, la confianza de los seguidores en el líder, no se decreta ni surge por azar, requiere ser trabajada con intencionalidad por éste. Son las acciones del líder las que le permiten inspirar la confianza en sus seguidores. El líder necesita establecer a través de sus comportamientos, de su ejemplo y congruencia, de su confiabilidad y credibilidad, su influencia. Esto no se logra con una acción puntual; por el contrario, requiere un enfoque de largo plazo. La confiabilidad no surge gracias a una decisión eventual o a una actuación episódica, sino producto de un largo camino en el que el líder se conduce con integridad, sentido ético, congruencia personal y competencia. Y esto es un proceso que dura toda la vida. Esa es la base de una influencia duradera, que incluso trascienda la vida del líder. Entonces, hablamos del legado del líder.
Sin confiabilidad no hay confianza, y sin la confianza de los seguidores no hay liderazgo. Pero antes de la confiabilidad del líder, viene primero su credibilidad o congruencia personal que lo hace predecible ante sus seguidores.
Los líderes confiables son predecibles
Decimos entonces que los líderes confiables son predecibles. Un elemento asociado a la confiabilidad del líder es su predecibilidad o capacidad de que otros puedan prever su comportamiento. Al respecto comenta Warren Bennis: “Lo mismo que el liderazgo, es difícil describir la confianza, y más aún definirla. Sabemos cuando está presente y cuando no lo está, y no podemos decir mucha más de ella, excepto que es esencial y se basa en la predecibilidad. La verdad es que confiamos en las personas que son predecibles, cuyas posiciones se conocen, y ellos las mantienen; los líderes en quienes se confía se hacen conocer, y siempre mantienen una posición clara. La confianza implica responsabilidad predecibilidad y confiabilidad”. La predecibilidad es una condición necesaria de la confiabilidad. Un líder al igual que una organización que no es predecible tampoco es confiable.
Cuando los seguidores perciben en el líder estabilidad, consistencia y constancia, vale decir, predecibilidad, surge como fruto la confiabilidad del líder. Éste, entonces, está en capacidad de influir, persuadir y direccionar a sus seguidores. La predecibilidad del líder es muy persuasiva; habla con gran elocuencia, aún en ausencia de sus palabras.
Cuando los líderes exhiben un comportamiento y una actitud consecuente y constante en el tiempo, no en el sentido de rutinidad, aburrimiento y monotonía, sino en el sentido de saber que no defraudaran, manipularan o engañaran, que cumplirán su palabra, que honrarán sus compromisos, que actuarán coherentemente y en consonancia con los valores que declaran tener, se hacen predecibles, porque la gente sabe que esperar de ellos. En mi libro El Carácter: Factor Clave en la Gestión del Líder, co-escrito con el Dr. Jesús Sampedro, lo expreso de la siguiente forma: “Los líderes confiables se hacen predecibles por dar a conocer sus puntos de vistas, por mostrar sus posturas sobre aspectos controversiales, ambiguos y difíciles, evitando posturas neutrales. Los líderes confiables son predecibles por su resolución a tomar partido, fijar postura, responsabilizarse y comprometerse”.
Los líderes que quieren hacerse confiables ante sus seguidores, necesitan establecer posiciones claras y firmes, y fijar posturas sin ambigüedades. No se consigue la confianza de las personas mediante exhortaciones; se logra mediante el ejemplo, en hechos y en palabras; siendo consecuentes y congruentes en su comportamiento, con sus creencias y valores, mostrando una conducta signada por la integridad; de esa forma ganan credibilidad ante las personas.
La confiabilidad es un posicionamiento que surge de las acciones del líder, al actuar con congruencia y consistencia. La predecibilidad se construye con la constancia y consistencia del líder. Un líder se hace confiable como consecuencia generar certidumbre y credibilidad en lo que dice y hace, al actuar de manera estable y consistente.
Los líderes confiables se caracterizan por una tenacidad y consistencia en su forma de enfocar y vivir la vida, al igual que por su enfoque en la consecución de los resultados y las metas. Afirma Warren Bennis:”Liderazgo es lanzarse al aire con tal conocimiento de uno mismo y con tal energía de colaboración que pueda mover a otras personas a desear seguir. El ángulo con que se despegue es menos importante que escoger un ángulo y conservarlo razonablemente, porque razonablemente incluye la voluntad de dejarse llevar con corrientes favorables”. Según esta aseveración de Warren Bennis, más importante que el punto de partida con que arranca el líder, es su constancia y consistencia, su perseverancia y enfoque en mantener ese rumbo. Si el líder constantemente cambia la visión, las instrucciones o las reglas del juego, pierde posicionamiento como líder confiable.
Los líderes confiables son congruentes
Pero así como la confiabilidad es fruto de la predecibilidad, ésta última es fruto de la congruencia. La congruencia está relacionada con la capacidad de alinear lo que decimos y pensamos con lo que hacemos. La congruencia personal se deriva de la integridad del líder.
El mejor indicador de la confiabilidad es la integridad. Es imposible hacerse confiable como líder fuera del manejo integro de la vida y el trabajo. Una vida de integridad genera indefectiblemente confianza en las otras personas.
El diccionario The American Heritage Dictionary define a la integridad como una firme adhesión a un estricto código moral o ético; el estado de mantenerse incólume; solidez o la cualidad o condición de ser íntegro o no dividido; totalidad. Integridad procede de la palabra integer, que significa entero o completo.
Lo opuesto al hombre integro, es el hombre ambiguo, al cual la Biblia le define como “el hombre de doble ánimo”, quien es inconstante en todos sus caminos. Por el contrario, alguien integro es aquel que es totalmente consistente en las convicciones que expresa. Integridad significa congruencia entre pensamiento, emociones y voluntad. Describe a alguien sin hipocresía ni doblez.
La integridad del líder como valor fundamental no puede ser negociable, mucho menos en el liderazgo. En materia de liderazgo, integridad es igual a confianza. El líder que brinda una visión clara coherente y creíble, y cuya vida se ajusta a un conjunto de valores que inspiran en los demás el deseo de imitarlos, posee una fuente fundamental de poder. Ciertamente, la vida del líder, su carácter, integridad, compromiso, deben representar un ejemplo a seguir, porque la gente apoya primero al líder y luego la visión.
La integridad toca un aspecto fundamental del líder como es su carácter. El carácter del líder es el factor más decisivo para el desarrollo y crecimiento del liderazgo. Es también el área con la que los líderes generan la mayor influencia y trascendencia sobre sus seguidores. No es el talento, ni el carisma, ni la inteligencia, ni el conocimiento, los factores que más definen al líder, sino su carácter.
Paradójicamente el carácter es el área donde los líderes son más confrontados, medidos, probados y cuestionados. El carácter es precisamente donde los líderes más fallan. Al respecto dice Stephen Covey:”El 90% de todos los fallos del liderazgo son fallos del carácter”.
En estos tiempos donde se cuestiona tanto la transparencia de muchos gobiernos y aun empresas privadas, agobiados por números escándalos de corrupción, tráfico de influencia y uso doloso del poder, se impone una línea de integridad en la actuación de los líderes que aspiren a ejercer influencia sobre la gente. Por otra parte, numerosos estudios afirman que hoy en día, la integridad es la cualidad más deseada por los seguidores.
La integridad por sí sola no alcanza la metas y resuelve los problemas, pero si su presencia todo lo demás se cae. La integridad se constituye, entonces, en un activo para los líderes.
Ahora, ¿qué significa una actuación integra? Actuar con integridad requiere autenticidad de carácter, sinceridad en nuestras acciones y opiniones y compromiso con unos valores, elementos éstos que dan forma a nuestro carácter y determinan los recursos y las estrategias con las cuales dirigimos e interactuamos con otros. Supone además cumplir con los compromisos y promesas hechos, así como hacernos responsables de nuestras acciones y las consecuencias que éstas generan; significa también practicar la verdad.
Cuando actuamos con integridad, la gente nos percibe como personas confiables, en consecuencia, nos hacemos predecibles para ellas; las personas saben que esperar de nosotros, por lo que eliminamos o reducimos de las relaciones interpersonales, el nivel ambigüedad, tensión e incertidumbre.
La conducta coherente con las palabras, la disponibilidad a cumplir con los compromisos contraídos, la responsabilidad de las tareas atinentes a los roles que le competen, demuestran en forma elocuente la integridad de los líderes, y las hace confiables. La congruencia hace predecible a los líderes, ésta a su vez genera confiabilidad, que gana la confianza de los seguidores.
La ecuación del liderazgo se inicia con la congruencia, que da como fruto la predecibilidad, que a su vez engendra la confiabilidad, que termina por generar e inspirar la confianza de sus seguidores, lo que se traduce en influencia.
Congruencia => Predecibilidad => Confiabilidad => Confianza
Cuando un líder actúa con congruencia (integridad), la gente lo percibe como una persona confiable y, en consecuencia, se hace predecible para ellas. Las personas saben que esperar de los líderes que actúan con integridad, pues éstos son consecuentes con su sistema de valores y cumplen invariablemente con las promesas hechas.
La confianza tiene que ver con confiabilidad, y ésta con la integridad del líder. Los líderes necesitan exhibir integridad, lo que se debe traducir en la capacidad de mantener y cumplir los compromisos hechos, de hacer honor a los acuerdos suscritos con la gente, de asumir la responsabilidad por las acciones y las promesas hechas. El líder que aspira generar confianza en sus seguidores, necesita ser ejemplo, no solo de la claridad y la transparencia, sino también de la constancia, de la credibilidad y de la confiabilidad.
Los líderes que actúan por principios son predecibles
Por otra parte, la gente confía en los líderes que dicen la verdad, y cuya vida armoniza con sus valores y creencias. Un elemento fundamental, entonces, en el líder para forjar su confiabilidad es la congruencia con sus valores personales.
Congruencia con los valores personales
”Los valores son como lo íntimo de la persona, algo que no estaría dispuesto a negociar, parte importante de la persona, que responde a una realidad interna, a necesidades propias, y tienen relación directa con objetivos personales” - Manuel Barroso
Los valores definen aquellas cosas en las que se cree. Los valores dan propósito y sentido a la vida. Fijan los objetivos y las razones para movilizarse a realizar las cosas. Podemos decir que sin valores claramente definidos y comprometidos, la gente y, aún las organizaciones, van a la deriva.
Los valores son parte esencial de cualquier líder para el ejercicio efectivo del liderazgo. Representan su sentido de orden, seguridad y realización. Conforman el sentido ético de la persona, el marco de referencia para darle sentido y significado a sus experiencias.
Los valores del líder dan forma a su identidad. Generan la caracterización con que sus seguidores le perciben. Los valores hablan mucho de quién es el líder como persona, de lo qué es importante para su vida, de cuál es su marco filosófico, y cuáles son sus convicciones y creencias.
Para el líder es importante contar con un centro o núcleo que le de estabilidad y congruencia a sus decisiones. De la congruencia del líder con sus valores y convicciones dependerá la efectividad de su liderazgo. Si el líder, en sus acciones y conductas, no es congruente con lo que predica, perderá la credibilidad de sus seguidores. Eso quiere decir que son otros actores e influencias los que lideran sobre sus valores, imponiéndole criterios, creencias y mapas prestados, ajenos a su carácter. Pero como dice Manuel Campuzano Arribas:”Un líder integro lidera sus propios valores”.
Sin congruencia no se puede generar confianza en los seguidores, y la confianza es el combustible del liderazgo. Pero cuando el líder satisface las exigencias de la realidad (demandas del entorno, necesidad de resolución de conflictos, fijación de posturas, decisiones difíciles, etc.) sin sacrificar sus valores y convicciones, mostrando congruencia, gana confiabilidad y aumenta su base de confianza. Por el contrario, cuando responde a las exigencias del entorno, sacrificando sus valores y principios, erosiona su carácter y, por ende, su credibilidad y confiabilidad.
Esto es particularmente cierto en periodos difíciles, en momentos de contingencia y de situaciones adversas. Muy a menudo los líderes tienen que lidiar con situaciones ambiguas que demandan de su parte fijar posiciones claras en esas áreas grises. En ocasiones los líderes son confrontados con dilemas y conflictos que necesitan resolver. En esos momentos los líderes necesitan cuidarse de no renunciar a sus valores más fundamentales. Cuando se actúa conforme a valores claramente definidos que representan genuinas convicciones, el líder no será emocionalmente fluctuante, ni propenso a reaccionar ante las circunstancias, o manipulaciones de otras personas, problemas, etc., sino que tomará decisiones basadas en sus valores, lo cual les garantiza coherencia y efectividad a largo plazo, a la vez que le gana un posicionamiento delante de sus seguidores. Ese posicionamiento representa para el líder la identidad con que sus seguidores le identifican.
En la medida que los líderes logran transformar sus valores personales en acciones intencionadas, reafirman su liderazgo porque ganan coherencia. De esta forma sus valores actúan como plataforma para renovar sus objetivos, tomar decisiones pragmáticas e inteligentes, fijar posición ante situaciones ambiguas, enfrentar desafíos, etc.
No hay influencia como líder sin la credibilidad que los seguidores le atribuyen a éste. Sin la confiabilidad el líder no tiene una base firme para influir en sus seguidores. Es la confiabilidad del líder la que genera la confianza. Y como ya hemos dicho la confianza es el combustible del liderazgo.
Bibliografía:
- Campuzano Arribas Manuel, Alejandro Magno. La Excelencia desde el Liderazgo.
- Sampedro Jesús y Arana Arnoldo, El Carácter: Factor clave para la gestión del líder, Amazon. http://www.amazon.com/EL-CAR%C3%81CTER-Gesti%C3%B3n-Liderazgo-ebook/dp/B00D4Z5XP0.
- Bennis Warren y Nanus Burt, Líderes: Las cuatro claves del liderazgo eficaz.
- Harvard Business Review, Liderazgo.
- Barroso Manuel, Meditaciones gerenciales.
Autor: Arnoldo A. Arana - Maestría en Gerencia de Empresas y Licenciatura en Contaduría Pública de la Universidad del Zulia. Es certificado como facilitador en Dinámicas de Grupo por el Centro de Aprendizaje e Investigación en Facilitación Gestáltica (CENAIF), donde además se formó como psicoterapeuta en procesos personales. Realizo también un programa en sexualidad en el CENAIF. Tiene una certificación (diplomado) como coach avalado por la firma Future Achievement International y la Universidad Iberoamericana de Liderazgo. Posee una certificativción como Coach por Lifeforming Leadership Coaching. Se ha desempeñado como profesor universitario en instituciones tales como la Universidad del Zulia (LUZ), la Universidad de Carabobo (UC) y la Universidad de la Tercera Edad (UTE). A la fecha se desempeña como docente en la Universidad de Carabobo. Ha sido profesor del Diplomado en Consejería Cristiana patrocinado por la Asociación Venezolana de Consejeros Cristianos. Se desempeña también como facilitador - terapeuta en Epignosis Consultores y Asociados en la formación de Psicoterapia Gestalt. (...)