Las profesiones del futuro
Vengo observando últimamente la proliferación de libros enfocados hacia las nuevas profesiones del futuro. El mundo laboral que se avecina no se parece en nada al que conocíamos hasta la fecha. Está cambiando y debe evolucionar al ritmo que marca la globalización de los mercados. Aquellas competencias y habilidades hasta ahora requeridas no bastarán mañana. Hay que reorientarse profesionalmente poniendo en práctica todos esos dones y capacidades que poseemos si queremos afrontar un futuro profesional más exigente.
Hoy en día prevalecen competencias y actitudes tales como el liderazgo, la innovación, la creatividad, la polivalencia, la búsqueda del reto, el emprendimiento, etc... ¿Os suenan estas asignaturas? A mí no. Y a mi hija de 13 años tampoco. Nuestro sistema educativo está mal enfocado de principio a fin. Arcaico, obsoleto, pasado, caduco y hasta antediluviano. Ya no responde a las exigencias de hoy y de mañana.
Es significativo que los niños de hoy sigan queriendo ser médicos, pilotos, profesores. A priori, nada malo. Pero las profesiones del mañana serán Community Manager, controlador de datos personales, personal branders, coaches, y muchas otras que ni siquiera se conocen aún. ¿O acaso existían los programadores web hace 20 años? Muchas de estas profesiones carecen incluso de formación específica en nuestras Universidades. Es más, según los expertos, en el futuro existirán profesiones tan increíbles hoy en día como broker del talento, experto en ética científica, organizador virtual o incluso gerente de bienestar.
Llegados aquí, ¿que podemos hacer? ¿Qué opciones nos quedan?
Para empezar, asumir la realidad, aceptando que todo lo ocurrido hasta este momento es fruto de nuestros propios actos y pensamientos. Recuperar el mando sobre nuestras vidas y sobre todo lo que nos ocurre. Dejar de caminar sin rumbo a la espera de que la vida nos sonría y sea más benevolente con nosotros. Créeme, esto no va a ocurrir. ¿Sabes por qué? Porque sencillamente las cosas son como son, ni justas ni injustas, simplemente son. La justicia y la injusticia no son más que conceptos que nos hemos inventado para refugiarnos en la excusa y tapar nuestras propias incompetencias. Al igual que ocurre con la buena y la mala suerte. Así que tomas las riendas de tu existencia. Toma conciencia de que llevas años al ralentí, o incluso estancado y de que posiblemente tus habilidades y conocimientos están obsoletos. Empieza a remediarlo.
Una vez consciente y responsable de tu realidad te diría: descubre tu pasión. Piensa en que te gustaría hacer y qué quieres, a nivel profesional en este caso. Cuando lo haya descubierto habrás recorrido gran parte del camino. Y es que mucha gente alcanza el final de sus días sin haber descubierto lo que realmente querían hacer de ella, su verdadero propósito.
Unos nunca se lo preguntaron y muchos otros, aún cuestionándoselo, nunca lo descubrirán. Pero quizás no sean estos los más punibles.
Porque otros lo saben pero no quieren. Demasiado esfuerzo, un precio demasiado alto que pagar, demasiado riesgo. No están dispuestos a sacrificio alguno. Prevalece el conformismo.
Sigan calentando el sofá…una pena.
Un tercer grupo sabe, quiere pero no puede. Falta de tiempo, de formación, de oportunidades, afirmarán. A todos estos les diría que sigan adelante, que hagan lo que tengan que hacer, que la meta está cerca. Están a un paso de lograr lo que todo hombre anhela. Encontrar su pasión para luego tratar de vivir de ella.
Y por fin están los que saben, quieren y pueden. A todos estos, mi agradecimiento y mi enhorabuena. Sois los que hacéis que este mundo evolucione a un ritmo mayor, los que proporcionáis nuevas oportunidades, nuevas vías para un futuro mejor. Haciendo caso a la intuición, actuáis rápidamente, sin procrastinar. Vuestra tenacidad y fe en vosotros mismos os hace ser pacientes y poco dados al cambio innecesario. Todo lo contrario a otros, los permanentes insatisfechos, los perfeccionistas, lentos a la hora de actuar y en constante cambio fruto de la inseguridad y falta de confianza. A los primeros, de nuevo, gracias.
No quisiera parecer brusco pero es mi manera de ver las cosas. Tampoco pretendo dar consejos a nadie. Entre otras cosas porque considero que no formo parte de este último grupo. Aún no. Pero soy consciente de cuál es el camino.
Te diría también que te formes. Asiste a cursos, seminarios, lee todo lo que se te cruce sobre lo que te gusta, libros, revistas, artículos. Escucha, estate atento a todo lo que ocurre en tu gremio, que hay de nuevo, de diferente. La curiosidad hará de ti una persona más creativa.
Recíclate amigo, o acabarás fuera del mercado.
No trates de reinventar la rueda. Todo o casi todo lo que hay que saber está en los libros, recopilatorios de tantas y tantas experiencias de otros muchos que lo intentaron antes que tú. Y si no, búscalo, está en tu entorno, te rodea. Y una vez encontrado, tómalo. Imita a los mejores, a los que lo consiguieron. Modélalos. Hay miles de ejemplos a seguir. Si ellos lo consiguieron es que se puede hacer. Trabaja tus puntos débiles y sobre todo céntrate en tus fortalezas.
No olvides darte a conocer. Practica el branding personal. Véndete, es decir, da a conocer tus cualidades, tus habilidades, lo que te diferencia de los demás. Aporta valor añadido a tu entorno.
Aprende a comunicarte como los mejores. Asiste a cursos de oratoria, practica sólo en casa si es necesario. El mundo es de los crean y aportan ideas pero sobre todo de los que saben comunicarlas y expresarlas hasta llevarlas a cabo.
Y por último, persevera, persiste. Lo más probable es que al principio no salga como lo habías planeado o incluso fracases. Ten la fuerza necesaria para seguir tomando decisiones difíciles. Como explicaba en otro post, practica el prueba error, prueba error.
En cualquier caso, inevitablemente tendrás que prepararte para afrontar un nuevo mercado laboral en constante evolución. De tu facultad para adaptarte a este nuevo entorno depende tu futuro profesional.
¿Estás preparado?
Autor: Francisco Marin Delgado - Coach Life y Ejecutivo