Alto Rendimiento
Una de las primeras metas conscientes del ser es lograr la individuación, su diferenciación, como parte de la madurez. La pregunta es: ¿Quién soy? Asumir la responsabilidad de conocer y trascender la sombra. Ahí residen las ideas limitantes aprendidas y reacciones emocionales, reforzadas por el miedo durante la inconsciencia infantil.
El logro es identificarse consigo, con aceptación y respeto, transformando esa información en confianza y auto estima. Prepararse con el conocimiento educativo profesional. Esta es una etapa de medir logros por los valores culturales que implican éxito: posiciones de poder empresarial, imagen física, reconocimiento de los demás, economía…etc.
Pasando a otra etapa, que depende del nivel de conexión profunda interna, la pregunta es: ¿Para qué? Las respuestas llegan desde una dimensión de información intuitiva y creativa. Estas son las vibraciones que se convierten en auto motivación, desde la conciencia espiritual del ser. Al dejar ir sentimientos de separación, con la empatía y el perdón, comienzan a delinearse otras metas. Nacen de unas “urgencias” diferentes que dependen de los valores y prioridades de la vida con propósito.
Después del desapego a las rutinas de éxito del ego, viene una transformación a la conciencia “divina”. Surge el entendimiento de ser parte de la creación, a través del amor. Las rutinas diarias cambian, fluyen y contribuyen al bien común abrazando causas humanitarias y ecológicas. Esta evolución personal incluye el éxito relacional, a todo nivel y con todos los relacionados.
Las metas de alto rendimiento son otras:
• Ser líder con una mentalidad de conexión y servicio, a través de la evolución a la conciencia personal.
• Ser co-creador de un mundo de más igualdad, justicia y paz que alivie e inspire a otros.
• Ser un mensajero de buenas nuevas: se puede hacer la diferencia con valores superiores.
!! Nuestro mundo necesita líderes de alto rendimiento !!