La comunicaciĆ³n tradicional agoniza frente al auge del marketing de contenidos

Toda empresa requiere de una buena planificación y estrategia de comunicación.
Todas quieres visibilidad, que otros sepan de ellas, de sus servicios y novedades. No es ningún pecado que las marcas pretendan contar al mundo cuales son sus innovaciones, sus cambios internos, nuevos productos, etc... Sin embargo, en la forma de acometer este objetivo, muchas empresas están cayendo en la fosa cavada para enterrar la comunicación del pasado.

Con pico y pala excavada, esta fosa sin fondo siente cada vez más cerca la llegada de un cadáver. Una comunicación aun viva pero agonizante que siente que sus días de gloría han terminado y que su final cada vez está más cerca. Y es que la comunicación se encuentra inmersa en una gran revolución donde todos sus paradigmas están quedando obsoletos.

La comunicación de la nueva era social en la que nos encontramos, se nutre de generar conversaciones, de contar experiencias e historias, de saber dar lo que otros realmente demandan, necesitan o consideran verdaderamente interesante y pueden llegar a compartir con emoción y entusiasmo. Una tendencia cada vez más extendida que nos está diciendo a voces que ya no es válida ni muchos menos efectiva la denominada "Comunicación Basura". Aquella que satura bandejas de entrada en correos electrónicos para terminar eliminada y olvidada, y con ello haciendo inútiles todos los esfuerzos invertidos para finalmente no conseguir nada.

Muchas empresas y marcas aconsejadas y asesoradas por empresas de comunicación obsoletas que se resisten al cambio, cometen pecado tras pecado, pensando que lo que pretenden comunicar es interesante para los demás, o que los medios pondrán su alfombra roja para hacer de altavoz gratuito cuando la historia no tiene ni fondo, ni contenido ni continente. Y lo más importante es que a pesar de todo ello, muchas de estas empresas se nieguen a invertir en modelos publicitarios capaces de ofrecer un reporte exhaustivo de sus acciones y resultados, y pierdan dinero en acciones que están demostrado no generar apenas impacto, o están siendo completamente ignoradas por su poco interés o valor añadido.

Y el señor ejecutivo se sienta en su mesa mientras recibe la última propuesta de comunicación que habla de su empresa, donde la misma es mencionada mil y una veces en un prepotente ejercicio de ego, sin más que aportar y menos que contar. "Que bien lo hacemos, que buenos y guapos que somos". Así el señor ejecutivo llevado por el engaño de su mente originado por tanta mención, se ensancha de pecho pensando que los demás percibirán las siglas de su empresa como letras grabadas en oro y que los demás estarán deseosos de propagar la palabra como si nada. Directo a la palelera! Allí termina su gozo señor empresario, por qué eligió mal su comunicación y la forma de comunicar sin aportar nada y nada interesante que contar.

Las marcas y empresas que están triunfando sin lugar a dudas lo hacen por su buen hacer y trabajo, por sus servicios y productos de calidad, pero también por que están sabiendo adaptarse a los nuevos tiempos, a conectar con los consumidores, a implicarlos y hacerles participes de las experiencias de marca y de sus historias a través de la nueva comunicación. Consumidores y potenciales clientes que se sienten parte de una marca con un vinculo emocional y que reaccionan de forma positiva cuando la estrategia de comunicación está basada en la generación de información y contenidos realmente útiles y de calidad, que por su impacto y contexto no dudan un segundo en replicar y hacerla a un más efectiva y viral. Está mucho más que claro, la comunicación tradicional agoniza frente al auge del marketing de contenidos.

¿Y usted donde desea llegar con su comunicación, a la papelera o la mente del consumidor?