Ética empresarial en acción

Hace poco se realizó el Quinto Foro “Ética empresarial en acción” promovido por Bavaria y el Instituto latinoamericano de Liderazgo, en 8 ciudades colombianas con asistencia de dos mil empresarios del país. Quisiéramos en estas líneas recoger el pensamiento sustancial fruto de ese Foro para que los empresarios comprendan que el camino de la ética es no sólo necesario sino viable, y que ya hay empresas que han recorrido parte de ese camino y tienen mucho para compartir con el resto.

No se trataba de un Foro para hablar de la corrupción, que todos sabemos que está al tope. Todos los días hay un nuevo escándalo que revelan que no son suficientes las medidas legales en que los gobiernos están empeñad en lograr cero corrupción. Sólo se lograra disminuir la corrupción si nos tomamos seriamente la tarea de construir culturas éticas a nivel del estado y de la empresa privada. La crisis económica mundial ha revelado a la saciedad que detrás de la debacle económica causada por un puñado de aventureros de las finanzas faltos de ética y dominados por la ambición desmedida de poder y de dinero, estaba el fracaso de la formación ética en las más altas escuelas del mundo.

Ser ético es la prioridad hoy para las personas y para las empresas. La ética orienta a la obtención del bien adecuado a la empresa. Esta es un conjunto de personas unidas en torno a un bien común y a la búsqueda de un beneficio económico, personal, de crecimiento del capital intelectual y humano, sicológico y ético y al aumento del capital social y del cumplimiento responsable de la empresa con el entorno social que la rodea. La sociedad mira a la empresa como una maquina económica de producir utilidades, pero también la debe mirar como una comunidad de personas que busca un bienestar integral y, sobre todo, como una comunidad ética que realiza valores con responsabilidad social.

Una ética realista
Hay modelos de ética que tienen convulsionada la sociedad y son causa de una crisis moral profunda. El consumismo es uno de ellos porque da primacía al tener cosas ya gastar. El individualismo va de la mano de él porque centra todo en el bienestar particular, que se vuelve egoísta. Y se une al utilitarismo para el cual el disfrute material es el valor supremo. Y de ahí se pasa fácilmente al relativismo como actitud moral en la que cada uno hace lo que quiere y en la que no se admiten puntos de referencia válidos para todos. La defensa de esas posiciones se emparenta con la violencia para defensa de los otros que son una amenaza para lo que yo poseo y con la corrupción como camino para enriquecerse a costa del bien público, sacrificando los principios éticos

Por contraposición a esas teorías, la ética realista afirma la primacía del bien de la persona en la empresa y en la sociedad. Más que atacar la corrupción hay que hacer el bien y formar personas buenas; fortalecer la conciencia de las personas para que actúen bien bajo su propia responsabilidad; proponer la vivencia de valores éticos más que imponer normas disciplinarias, fijarse más en el obrar interior que en el hacer interior, dar prioridad al servicio sobre el beneficio, fomentar una cultura del dar y del servir,; atender a la felicidad de las personas más que su solo éxito económico, para que de verdad busquen la plenitud, la verdadera felicidad. Y contribuir al desarrollo de una sociedad integralmente sostenible (ambiental, económica, social y éticamente), dando prioridad al capital no tangible sobre el económico (intelectual psicológico, ético, cultural y social)

Visión integral de la ética
Una visión integral de la ética nos permite mirarla como una tarea que implica intenciones, decisiones y acciones tendientes a alcanzar los fines específicos de la empresa, esos distintos beneficios antes mencionados, por parte de personas cuyo comportamiento es observable para comprobar si es correcto o no. La ética es dinámica y flexible pero se apoya en principios y valores que encarnan las personas concretas y se proyectan interpersonalmente. en la organización. Ayuda a desarrollar hábitos estables de buena conducta y fomenta practicas colectivas correctas y hace que se cumpla la legalidad (las normas del país y las normas de la empresa pero, sobre todo, crea una cultura que va mucho más allá de la legalidad, apoyada en la libre voluntad de quien la práctica.

La ventaja de la ética es que vale per se (por sí misma), depende de la condición humana, de la naturaleza de las personas, no de los avances de la ciencia y la tecnología, ni del entorno, como ocurre con la Responsabilidad social. La ética tiene cuenta las circunstancias (económicas, ambientales, sociales, personales, corporativas), pero sus decisiones no se toman sólo por ellas. Lo primero a lo que mira la ética es al objeto de la acción (producir unos beneficios, por ejemplo, siempre que tengamos en cuenta que ellos no son sólo de tipo económico sino también humano y social). Luego analiza el fin que se propone la acción, por ejemplo satisfacer unas necesidades, desarrollar a las personas, lograr su calidad de vida, buscar un bien común. Y finalmente estudia las circunstancias, por ejemplo, no es lo mismo una circunstancia de extrema escasez que de abundancia.

¿Cómo poner en acción la ética en la empresa?



A. Primero que todo fijando políticas éticas para todos: la ética como algo fundamental en la organización, no simplemente como una moda pasajera. A eso ayuda que la ética es por sí misma porque está arraigada en la persona. Sólo hay que despertarla y fortalecerla. Para ello hay que:

- Promover una cultura ética en todos los niveles,

- Capacitar a la gente a que sea ética y

- Monitorear la conducta a través utilizando la comunicación ética y el diagnóstico sobre la conducta (medición de cultura ética, de vivencia de valores, etc.)



B. Estrategias éticas (Driskoll y Hoffman, 2002)

1. Conciencia ética: Se da en la persona y en la organización. Implica tener conocimientos básicos sobre la ética y compartirlos para que todos hablen el mismo lenguaje: que todo el mundo comprenda qué se entiende por obrar correcta o incorrectamente.

2. Razonamiento ético: Pensar y juzgar en situaciones concretas de acuerdo con las políticas y pautas éticas establecidas y conocidas por todos. Hay que efectuar un razonamiento adecuado, pensar y discernir éticamente para poder pasar a la acción.

3. Acción ética: Si nos quedamos en la el conocimiento o en el razonamiento, no hay verdadera formación ética. Esta se da cuando se pasa a la acción concreta, al comportamiento, al cambio de conducta. Esto implica actuar éticamente en situaciones concretas (dudas, conflictos de intereses, acosos laborales o sexuales, dilemas éticos, denuncias sobre conductas equivocadas). Se pasa de la intención a la acción mediante las decisiones y se busca configurar hábitos estables de conducta A nivel corporativo o social se crean costumbres éticas y a nivel personal las personas adquieren virtudes. Las primeras no tienen en cuenta las circunstancias personales y las segundas sí.

4. Liderazgo ético: para construir una auténtica cultura corporativa hace falta que todos en la empresa sean de alguna manera líderes éticos, partiendo de los directivos que se convierten en motor de ejemplaridad. Se busca que existan líderes multiplicadores de la ética y los valores a todos los niveles de la organización, que destaquen por su compromiso, por la comunicación de valores, y por el reconocimiento de los demás.



Hay políticas, estrategias y acciones adecuadas a cada uno d elos grupos de interés de la organización: los empleados, los clientes, los proveedores, los accionistas, la instancias sociedad y el Estado.

C. Prácticas éticas: aquí se tiene en cuenta la experiencia concreta en el manejo de las situaciones de conflictos de intereses, de privacidad de la información, de prácticas de corrupción. Así mismo se mira a través de los mecanismos que la organización ha adoptado para estimular la vivencia de la ética y las circunstancias que aparecen al aplicarlos: código de buen gobierno, código de ética, manual de valores, línea ética, comité de ética, etc.

Recomendaciones generales:
Proponerse la creación de una cultura ética corporativa, que hay que construir

Elaborar un programa integral de ética en la empresa

La ética es una e indivisible: se es ético personalmente, se es ético corporativamente y se tienen unas responsabilidades éticas como directivo en la empresa. Se pueden mirar por separado esas dimensiones pero todas confluyen en la persona

No bastan la teoría ética ni las buenas intenciones: hay que gestionar la ética creando estructuras, procesos y aportando recursos de personas y de medios

La ética contribuye a fortalecer la empresa como un sistema generador de riqueza que distribuye también justicia, y como un sistema humano que aporta a la calidad de vida de las personas y al desarrollo de la comunidad.

El punto de partida es el compromiso de los directivos con la cultura ética y su contribución permanente a la ejecución de las políticas, estrategias, y prácticas, a partir de su propio ejemplo como dirigentes éticos


Estamos convencidos que es una tarea necesaria, atractiva y fácil si hay voluntad y compromiso para llevarla a cabo. Hay que perseverar hasta que se vean los frutos de la acción ética en el trabajo de las personas y en los resultados de la organización.. Es la hora de la ética empresarial y de hacer de las empresas comunidades éticas que contribuyan a la comunidad social y al estado. Lo que está bien claro es que hoy en día para las empresas no hay futuro sin ética.


Autor: Jorge Yarce