4 delitos que "acechan" a tu empresa
En los últimos 12 meses, cuatro de cada 10 empresas mexicanas han sufrido actos criminales al interior de sus oficinas.
La encuesta Global de Delitos Económicos 2011 de PricewaterhouseCoopers (PwC), arroja que más de una tercera parte de las empresas y otras organizaciones alrededor del mundo ha sido víctima de algún delito económico.
Por zonas geográficas, los niveles más altos de delitos se reportan en: Kenya, (66% de los encuestados); Sudáfrica (60%); Inglaterra (51%), Nueva Zelandia (50%); España y Australia (47%); Argentina y Francia (46%); Estados Unidos (45%); Malasia (45%), y México (40%).
Las cifras evidencian que la cuarta parte de las víctimas mencionó haber estado sujeta a ataques cibernéticos, siendo el uso de la tecnología el principal factor para este tipo de delitos.
Estas prácticas fraudulentas pueden alcanzar costos considerables pues el 10% de las víctimas a nivel global reportó pérdidas por más de 5 millones de dólares. Además está el costo emocional, pues el 28% consideró que estos atentados mermaron el estado de ánimo de los empleados, así como a la marca, la reputación, y también las relaciones de negocios.
"Los delitos económicos siguen generalizándose, afectando a empresas grandes y pequeñas en todo el mundo, sin discriminación alguna. Ninguna industria o empresa de ningún país es inmune al impacto de un fraude", señala Tony Parton, socio de PwC en Londres.
A continuación, te presentamos los cuatro principales delitos que amenazan a tu empresa y algunos tips para evitarlos.
1) Robo o malversación de activos: Desde un lápiz para la escuela de los hijos, hasta dinero de la 'caja chica' bajo conceptos falsos, el mal uso del dinero es una práctica que debe detectarse y erradicarse.
PwC señala que el monitoreo de transacciones sospechosas se ha convertido en el método más eficaz para la detección, a esta práctica puedes sumar la realización de evaluaciones de las necesidades de tus empleados para establecer programas de apoyo (como un vale de útiles escolares, por ejemplo) para fomentar la lealtad.
2) Soborno y corrupción: Estás en el súper y descubres que los insumos que estás comprando para tu empresa son mucho más caros aún que los precios de las materias en el autoservicio, descubres entonces que la persona encargada de compras está haciendo algo mal.
Muchas de éstos casos son sobornos de personas al exterior que ofrecen dinero por elegir proveedores, toma en cuenta que la mayoría de los delitos económicos son cometidos por estafadores internos; es importante que tengas al menos un filtro de supervisión para los procesos de compra.
3) Fraude contable: Los aspectos contables son complejos porque se trata de manejar el lenguaje fiscal, sin embargo, si sientes que pagas demasiado o muy poco por concepto de impuestos pide asesoría de un segundo contador, aún si las prácticas resultan favorables para tus finanzas, una multa por llevar erróneamente tu relación con el fisco podría ser una experiencia amarga y costosa para tu empresa.
4) Ciberataques: La percepción de los delitos cibernéticos como una amenaza externa predominante está cambiando y las organizaciones ya están reconociendo el riesgo de que estos delitos también se lleven a cabo desde el interior de las mismas.
Los participantes de la encuesta de PwC comentaron que, a pesar de que notaron un incremento en el nivel de concientización sobre los delitos cibernéticos, la mayoría de los dijo no tener un plan de respuesta a las crisis de delitos cibernéticos o no están enterados de que exista uno en sus empresas. Asimismo, 60% comentó que su organización no monitorea los medios sociales.
La encuesta reveló que el perfil típico de un defraudador cibernético interno muestra las siguientes características: puede tener un nivel bajo o intermedio dentro de la organización (citado por 85%), tener menos de 40 años (65%), y haber trabajado para la empresa menos de cinco años (50%).
En este punto, lo más recomendable es asesorarte de una compañía de servicios de seguridad que tenga alguna división para pequeñas y medianas empresas.
Autora: Viridiana Mendoza Escamilla