Self-coaching con perspectiva sistémica
Trascendencia del significado histórico de self
En el siglo XVI, se produjo un cambio muy importante en la manera de verse la persona a sí misma. La identidad, basada en la tribu, en la familia empezó a transformarse en una identidad fundamentada en los logros personales a lo largo de la vida.
Los historiadores han podido evidenciar este cambio radical en la abundancia de términos nuevos que fueron incorporándose al vocabulario vernáculo de Europa.
Uno de los más significativos fue la palabra inglesa self. Apareció como pronombre con el significado de propio en el siglo XV. Tardó muchos años en convertirse en sustantivo, con el significado de yo mismo. Pero su uso inicial tenía connotaciones negativas. Fue en el siglo XVI cuando pasó a ser un término positivo. A principios del siguiente siglo el término self se unió a tantas palabras que era difícil que pasase un día sin que apareciese en un contexto nuevo.
Su significado de identidad propia y autonomía personal vuelve a ser vigente y, según Jeremy Rifkin, autor de “La Civilización Empática”, lo será cada día más en ámbitos también más amplios.
Los términos del renacimiento: self-consciousness (conciencia personal), self-love (auto estima), self-regard (consideración a uno mismo), self-made (auto realización), self-confidence (auto confianza), self-presenvation (conservación de uno mismo), self-knowledge (conocimiento de uno mismo) y los actuales que podemos añadir como self-coaching (entrenamiento de uno mismo), self-management (gobernarse uno mismo)… vuelven a tener mucha importancia. Y, la tendrán todavía más, en un mundo donde comienza a emerger la civilización empática que se está extendiendo a toda la humanidad englobando a todo el planeta.
Objetivos del self-coaching con perspectiva sistémica
- Saber lo que a uno más le importa, condición fundamental para iniciar el proceso para poder alcanzarlo.
- Tomar consciencia de la realidad actual con perspectiva sistémica para poder ver los recursos reforzadores de que dispones para dicho proceso, también los que te faltan, alternativas u opciones.
- Hacer un plan de acción y su seguimiento para guiar el proceso hasta alcanzarlo.
La perspectiva sistémica es indispensable para el self-coaching, el verdadero sistema de aprendizaje laico
En el uso cotidiano, el aprendizaje ha pasado a ser sinónimo de adquirir conocimientos y habilidades. En cambio el verdadero aprendizaje debe llegar al fondo de lo que significa ser humano en un mundo cambiante e interrelacionado como el que estamos viviendo. Las personas, equipos y organizaciones, por más conocimientos que tengan deben estar abiertas al aprendizaje continuo, permanente, empático y ecológico.
Con este sistema descubrimos lo que auténticamente nos importa y, así, ampliamos nuestra capacidad para crear en una realidad compleja y cambiante. Para el self-coaching con perspectiva sistémica no basta el aprendizaje para la supervivencia. Hay que conjugar el aprendizaje adaptativo con el generativo. Un aprendizaje que incremente los resultados y la satisfacción de las personas. Va más allá de la adaptación al cambio. Aborda la manera más eficaz para gobernarlo con éxito que es crearlo. Podemos aprender a verlo como una oportunidad en lugar de una amenaza.
Es posible entrenarse a sentirse parte de un proceso creativo en el que se puede influir sin controlarlo unilateralmente. Es muy eficiente para que el self-coaching con perspectiva sistémica se convierta en agente de cambio, alcance resultados sostenibles y ecológicos.
En cualquier aprendizaje el enfoque con perspectiva sistémica es hoy más necesario que nunca porque la complejidad nos abruma:
- Tenemos capacidad para crear más información de la que nadie puede absorber.
- Se está alentando una interdependencia que es muy difícil administrar.
- También es muy difícil seguir la celeridad de los cambios que estamos impulsando.
- Esta escalada de complejidad no tiene precedentes en toda nuestra historia.
La complejidad puede ser de dos tipos: la dinámica y la de detalles con muchas variedades.
La complejidad dinámica se produce porque el cambio en los sistemas ocurre en escalas de tiempo diferentes y esas escalas a veces interactúan. En la complejidad dinámica la causa y el efecto no están próximos en el tiempo ni el espacio.
Sólo puedes comprender los efectos de una tormenta contemplando sus elementos en su totalidad. Nunca lo comprenderás si lo haces individualmente.
Todos estos acontecimientos están separados en el espacio y el tiempo. Pero todos están conectados. Cada uno influye en el resto. Aunque, muchas veces, esta influencia no es evidente.
Lo mismo ocurre en cualquier organización y en todos los comportamientos personales, sociales, empresariales y ecológicos. Las tramas invisibles actúan interrelacionadas y pueden tardar tiempo en producir efectos mutuos. Como nosotros mismos formamos parte de esta urdimbre nos resulta muy difícil ver los patrones de cambio. Solemos concentrarnos en partes aisladas del sistema. Vemos sólo fotos instantáneas. De esta manera la mayoría de nuestros problemas más profundos no se resuelven.
La perspectiva sistémica nos ofrece un marco conceptual donde los patrones totales resultan más claros, nos ayuda a modificarlos y ver, a la vez, las partes y sus sutiles interrelaciones.
La perspectiva sistémica es una herramienta muy poderosa para afrontar la complejidad dinámica y, por tanto, para el self-coaching con perspectiva sistémica.
La complejidad de detalles vuelve incompletas todas las explicaciones racionales. Los sistemas humanos son muy complejos. No podemos comprenderlos del todo. Hay experiencias suficientes de que tenemos “limitaciones cognitivas”. Nuestra mente consciente sólo puede abordar un pequeño número de variables cada vez.
La complejidad de detalles se resuelve en el inconsciente. Es lo que llamamos el juego interior del coaching.
Cuando el consciente desplaza la carga de una tarea al inconsciente este se hace cargo y se vuelve automático, natural. Esto libera la mente consciente para que se concentre en la complejidad dinámica.
Cuando Messi ve que viene el balón su mente consciente solamente le permite ver como abordar la portería. Es su mente inconsciente quien le guía para sortear automáticamente todos los obstáculos que se le interpongan por el camino.
Te invito a recordar cómo aprendiste a conducir, manejar el teclado del ordenador, andar, hablar… Para un niño de dos años puede que el colocarse la cuchara de la sopa en la boca sea una tarea muy compleja…En cambio, cuando lo ha aprendido lo hace sin pensar.
El inconsciente se programa con la experiencia. Las culturas y creencias programan el inconsciente. El lenguaje también lo hace y tiene efectos muy sutiles.
Pero, ¿cómo hemos enseñado al inconsciente a estructurar la información?
No es fácil describir procesos de realimentación con nuestro lenguaje habitualmente lineal. Normalmente desistimos de ello. Pero esto cambia cuando empezamos a dominar la perspectiva sistémica. El inconsciente se reeduca sutilmente para estructurar los datos. Ocurre como cuando aprendemos una lengua extranjera.
La mente inconsciente abarca muchos más detalles que nuestra mente consciente.
La mente inconsciente no está limitada por la cantidad de procesos de realimentación que puede examinar como le ocurre a la mente consciente. Así se puede integrar la complejidad dinámica y la de detalles, quedando más capacidad para que la mente consciente se pueda dedicar a la complejidad dinámica.
Este es el propósito del self-coaching con perspectiva sistémica.
Autor: Joan Palomeras - Licenciado en Ciencias Químicas. Autor de "Coachung con perspectiva sistemica". Presidente de Coaching Lab. Director de Blog del Coaching
Más de 30 años de experiencia en Alta Dirección y Formación de Equipos.