Tips de la gestión del talento humano para los jefes workaholics
Ser un adicto al trabajo o un workaholic no es una novedad, muchas personas muestran estas tendencias patológicas debido a múltiples razones, que van desde la carencia de una vida social activa hasta problemas de índole psicológicos que los extraen de la conducta generalmente aceptada aun en las personas que han logrado experimentar éxito y reconocimiento. También es mostrada por personas con altísima orientación al logro de metas propias e impuestas, o con deseos de superar las expectativas que existen en entorno de sí.
Se dice que cuando el empleado es workaholic resulta ideal para los empleadores, pues es usado como ejemplo de dedicación y constancia, de entrega, compromiso y sentido de pertenencia; pero cuando el jefe es el workaholic, los empleados o colaboradores bajo su supervisión no experimentan la misma percepción y el horario de trabajo, que debería fluir con tranquilidad y entusiasmo, termina siendo, académicamente hablando, “un verdadero infierno”.
Es bien sabido, en el mundo de las relaciones humanas y la gestión del talento, que propiciar un ambiente pesado, incómodo, desmotivante y de alta presión en las empresas disminuye la calidad de los resultados y del desempeño de quienes conforman los equipos de trabajo, e incrementa tanto la rotación como la pérdida de interés por las actividades que ahí se realizan.
Para evitar que los supervisores, superiores, jefes, responsables o encargados –sea como sea que se les llame– afecten la calidad y fluidez del trabajo debido a sus particulares características que los hacer ser considerados workaholics, he aquí algunos tips e informaciones –pues esto es un resumen- que le serán de gran utilidad e iluminación:
1. Días de 24 horas: sí, aunque usted no lo crea, los días no son de 36 horas o más. Como usted se encuentra en la Tierra, es importante que recuerde que los días –en nuestro planeta- duran 24 horas, y por más que usted crea que necesita de más tiempo para hacer sus labores, es completamente imposible que extienda este período a su conveniencia; no al menos de manera convencional. Para su información, casi ningún otro planeta de nuestro sistema solar excede el límite de las 24 horas terrestres por día, aunque el más cercano a nosotros, Marte, tarda 25 horas terrestres en girar, Júpiter y Saturno apenas los tienen de 10 a 11 horas, Neptuno de 16, y Urano no supera las 18 horas. Como puede ver, si los seres humanos requirieran más tiempo al día habrían nacido en Plutón, que posee días de 144 horas, o en Venus, que alcanza las 5.832 horas aproximadamente.
2. Horas de trabajo: tanto la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como la Organización Mundial de la Salud (OMS) coinciden en que 6 u 8 horas de trabajo son suficientes para la realización de cualquier actividad, y lo exponen como estándar de lo que debe entenderse como jornada diaria de trabajo. Tal vez para usted trabajar más de 8 horas es algo normal, pues carece de vida social, no tiene familia o, si la tiene, no le dedica el tiempo ideal que ella requiere, pero ese es usted, su personal tiene todo el derecho de recrearse, entretenerse, desestresarse o simplemente experimentar la vida más allá de las obligaciones propia del trabajo, por lo que si usted quiere quedarse después del horario de trabajo, hágalo, pero entienda que no debe, bajo ningún pretexto, obligar a su gente a quedarse con usted.
3. Alimentación: aunque usted no lo crea, una barrita energética, café (o tinto) y unos cuantos vasos de agua no son una dieta sana; casi todas las organizaciones y expertos consideran que la persona debe comer al menos tres veces al día, y al hacerlo es importante dedicar el tiempo ideal, así como consumir alimentos de manera balanceada, ya que cualquier desorden afectará la absorción correcta de las vitaminas y minerales que el cuerpo necesita para subsistir, y obviar esto puede crear desórdenes alimenticios que fácilmente se transformarán en enfermedades que, obviamente, perturbarán el desempeño del colaborador. Tal vez para usted comer es opcional, quizás ha desarrollado un sistema digestivo que absorbe del aire lo que requiere, pero el común de las personas necesita alimentarse adecuadamente, en horas apropiadas y con suficiente dedicación. Si quiere que su gente trabaje bien y con gusto, tenga presente esto.
4. Recreación: es posible que para usted la vida sin las labores propias del trabajo no tiene sentido, y por ello dedica todo el tiempo que posee a entregarse a él. Pero esa tendencia admirable en usted no resulta natural para el resto de la sociedad; para ellos es común buscar momentos de ocio, distracción y entretenimiento, ya sea de manera individual o colectiva, por lo que, muy a su pesar, debe planificar descansos o “breaks” que ofrezcan a sus colaboradores instantes de liberación. Si usted así lo prefiere, no los tome, pero no evite que los demás lo hagan ni se dedique a interrumpirlos.
5. Planificación y consideración: trate de evitar acordarse de cosas urgentes e importantes justamente unos minutos antes de terminar la jornada de trabajo y precisamente los días viernes, pues, aunque la gente se quede, no lo hace a gusto, y ello genera altísimos resentimientos y frustraciones. Además, recordar o pedir hacer cosas importantísimas justo al final de la jornada demuestra su falta de planificación y una total ausencia de respeto para con su gente. Si lo que solicita o recuerda fuese realmente importante, usted no lo habría olvidado ni lo hubiese dejado para el final del día. Los jefes con tendencia workaholic suelen exigir estrictamente que se cumplan los horarios de entrada, pero parecieran hacer la vista gorda cuando se trata de los de salida. Evite este singular descuido.
6. Importancia del sueño: como workaholic, usted considera que unos minutos de sueño son suficientes, su cuerpo se ha adaptado para trabajar sin descanso y sin dormir. Eso es admirable, pero los empleados, que son simples mortales, requieren al menos ocho horas de sueño; no los llame, no les envíe e-mails, no les mande mensajes de texto ni los contacte por “pin”, sea lo que sea que usted necesite, de seguro puede esperar para la mañana siguiente o el próximo día laborable; y si no, use sus habilidades extraordinarias para ubicar la solución sin entorpecer el sueño de los demás. Un empleado cansado, agotado y con sueño es un empleado propenso al error, y los errores afectan la calidad de los resultados... ¡y cuestan dinero!
7. Fines de semana: la semana laboral está usualmente establecida de lunes a viernes y, en algunos casos, medio día de los sábados, aunque obviamente existen excepciones. Sin embargo, después de ese tiempo límite es oficialmente la culminación de la jornada laboral, y las actividades que realice su gente en ese espacio deben ser respetadas y, salvo que se trate de vida o muerte, no deben ser interrumpidas. Si para usted la semana no tiene principio ni fin, muy bien, lo felicito, pero para su gente sí, entiéndalo y acéptelo, al hacerlo logrará que su equipo de trabajo lo respete tanto como usted los respeta a ellos.
8. Vacaciones: sabemos que para un workaholic es motivo de orgullo señalar los años que posee en la empresa sin necesidad de tomar vacaciones, pues, obviamente, son una pérdida de tiempo y se expone a que la empresa se dé cuenta de que no es indispensable para que ella continúe operando; pero para el resto de las personas las vacaciones no solo son necesarias sino que constituyen un derecho irrenunciable. Si usted no quiere salir de vacaciones, no lo haga, aunque obviamente ello representa una irresponsabilidad con respecto a su salud mental y física, pero que usted prefiera pernoctar en la empresa no significa que su gente desee lo mismo. Trabaje todo lo que quiera, pero no evite con ello que los demás se tomen su merecido descanso.
Si bien es cierto que aún quedan muchas sugerencias, tips e informaciones que agregar, no es menos cierto que las ocho que se han nombrado le ayudarán a bajar la presión en el trabajo, mejorar el desempeño de su gente, tal vez también su imagen como líder, y humanizar las labores que se realizan en la empresa. Sin duda usted, como workaholic, puede ser objeto de admiración para algunas personas, pero debe tener en cuenta que buena parte de su gente no es adicta al trabajo; por lo tanto quien debe adaptarse a lo que la mayoría considera sano, normal y legal, sin duda alguna, debe ser usted; hacerlo le ayudará a gestionar con éxito a su gente, crear lazos con su equipo y hacer del trabajo una experiencia agradable y no un verdadero infierno.
Autor: Félix Socorro - Doctor en Ciencias Administrativas, asesor, consultor y autor de varios libros en las áreas de gerencia, talento humano y administración. Es también conferencista internacional y facilitador de cursos y talleres.