Dolor y sufrimiento
El dolor es parte de la experiencia humana. Se nace con esa capacidad de sentirlo, como una medida necesaria para la sobrevivencia. La manera en que se procesa esa emoción primaria se convierte en un sentimiento subjetivo que es el sufrimiento. La reacción y duración emocional dependerá de: etapa de vida, el sistema nervioso y personalidad única, la crianza y el modelaje cultural, los dolores pasados acumulados, las creencias espirituales y el nivel de conciencia personal.
Las desilusiones, las enfermedades crónicas, los fracasos y las pérdidas, primero se experimentan, con dolor o miedo. Especialmente, ante la muerte, como una experiencia inescapable. Si es muerte dramática, es inexplicable y, hasta intolerable, durante la primera fase de la separación fiísica. EL lado izquierdo del cerebro buscará las razones para entender y justisficar tanto dolor. Después de aquietar la intensa reactividad emocional, el lado derecho del cerebro comenzará el proceso de buscar un sentido superior a la experiencia.
Es aconsejable ser proactivo y vivir el libreto único de cómo procesar el sufrimiento, conguente con si mismo. El proceso de luto, tristeza y reacciones asociadas, pasa por etapas. Según la Dra. Elisabeth Kubler-Ross estas son: negación, coraje, tristeza, negociación, hasta la aceptación de la pérdida. Confusión, desorganización y desorientación son parte del camino del sufrimiento a la paz. El Manual de Diagnóstico de Enfermedades Mentales establece que el luto es esperado por un período de dos años. Después, se consideraría un luto complicado y puede requerir la intervención de algún profesional.
Nadie puede pasar el sufrimiento por otra persona. Ante esta impotencia, los allegados, dan apoyo solidario con escucha empática. Con su presencia ofrecen el espacio para experimentar y ventilar los sentimientos. Adormecer el dolor podría perpetuar el luto, más de lo necesario. Ser una compañía silenciosa es mejor opción que ofrecer explicaciones y palabras estereotipadas, a destiempo.
En una conexión más profunda, el doliente pasará por un período de revisión de toda su vida. Descubrirá sus fortalezas, cuando el consuelo y la fortaleza espiritual, calmen el sufrimiento. Desarrollará una personalidad más fuerte y una vida con más propósito … eventualmente, cuando el amor vuelva a ser más fuerte que el dolor. Se convertirá en una persona diferente con lecciones aprendidas. Su historia de superación servirá a otros de modelo de transformación integral.
De convertirse en un luto complicado, buscar apoyo profesional.