Los miedos inherentes
Una de las principales barreras para conseguir nuestros objetivos y nuestro desarrollo son los miedos inherentes. Todos nosotros en algún momento de nuestra vida hemos sentido miedo, dudas o algo que no sabíamos explicar peor que nos generaba una clara sensación de bloqueo y no nos dejaba avanzar, no nos dejaba actuar.
Una de las claves más potentes del coaching es conseguir poner en duda las creencias y reflexionar sobre ellas. Una de las barreras que nos genera esos miedos y nos bloquean se deben a algunas de esas creencias, a las que llamamos creencias limitantes.
Muchas de estas creencias son inherentes a nosotros. En algún momento nos pusimos o pusieron una etiqueta (imaginaria) basada en juicios o prejuicios y no en evidencias u hechos reales y fundamentados. En algún momento hicimos nuestras esas etiquetas sin ser conscientes de ellas y sobre todo sin ser conscientes del daño que nos hacían y nos harían en un futuro.
La principal causa de la existencia de esas etiquetas está en el poder del lenguaje, del que no somos realmente conscientes y del que abusamos y abusan nuestros congéneres en forma no correcta.
Aquí es importante detenernos en el coaching ontológico y en las reflexiones de Echeverría o Maturana y hacer si quiera un breve repaso a algunos de los diferentes instrumentos lingüísticos y su gran poder de ser y de generar acción. Bajo este punto de vista hemos podido hacer o recibir Declaraciones y juicios que nos han marcado más profundamente de lo que creemos.
Quizás también hemos de revisar nuestros mapas mentales y paradigmas que pueden generalizar y convertir en ley una mala experiencia que después nos provoca ese miedo inherente que no nos permite avanzar, frente a muchas buenas experiencias que nos demostrarían nuestra capacidad y potencial real y que quedan veladas por las anteriores.
Es importante reflexionar sobre todos estos puntos, reformular y destruir con hechos y fundamentos nuestros miedos inherentes para que dejen de bloquearnos y nos permitan crecer. Es importante ser más conscientes para asumiendo nuestra responsabilidad y libertad, “liberarnos” de esos miedos y frenos y eliminar esas etiquetas y pensamientos que no están justificados y no nos ayudan en absoluto.
Muy al contrario quedan dando vueltas en nuestra mente, anticipando malos resultados y generándonos estrés, angustia, mal estar, y diversas emociones negativas que nos impiden pensar y actuar en la dirección adecuada.
Toda emoción viene generada por un pensamiento. ¿Porqué dejarnos “machacar” por un pensamiento negativo sobre algo que no ha ocurrido y puede no ocurrir? Las mismas posibilidades de futuro tienen los hechos positivos que generarían un pensamiento positivo y una emoción gratificando y motivadora. Nadie dijo que sea fácil pero os propongo que eliminéis de vuestra vida esos pensamientos, negativos, esos miedos inherentes que sólo paralizan y que provocan emociones negativas entrando en un círculo vicioso. Cambiarlo por un círculo virtuoso que os lleve a la acción y a la persecución y consecución de vuestros objetivos. Abandonad esos “y sí…” que no ayudan para nada.
Salid de vuestra zona de confort, crecer, aprender y desarrollaros hasta aumentar esa caja de confort y seguir aumentándola sin parar. No digo que no se deba planificar y medir riesgos, pero siempre sobre hechos reales y fundamentados, recordando que sin acción no hay aprendizaje y sin aprendizaje no hay acción y si no actuamos no avanzamos.
Para ello nada mejor que un proceso de coaching.
Cómo dijo Einstein: “Locura es hacer siempre lo mismo y esperar a que las cosas cambien”.
Autor: Pablo Álvarez Lillo - Coach. Master Coaching Personal-Empresarial (Coaching Corporation). CCEE Empresariales ICADE (U. Pontificia Comillas). MBA e-Business (I E). Es Redactor Jefe de la revista Coaching Magazine