El poder de los micromomentos
Durante estos dos últimos años he venido creando y practicando un sistema de lifestyle llamado “micromomentos”.
Cada día, esté donde esté y haga lo que haga, creo o encuentro (al menos) uno o dos momentos íntimos, que pueda saborear, donde sea consciente sobre el instante, es sobre estar más presente que nunca, en el ahora y hacer que eso importe para ti. Ignorar urgencias, posponer prioridades, desconectar de otras personas y dejar a un lado obligaciones o responsabilidades. Un pequeño instante consigue que todo tu día merezca mucho la pena.
Los micromomentos aparecen de la nada, no puedes planificarlos, dependen del lugar, la situación y tu estado de ánimo en un momento puntual. Debes ser consciente de esos tres factores para que puedan ocurrir, ya que cuando vas a 300 km/h no tienes tiempo para evaluarlo, ni siquiera darte cuenta
Por ejemplo, algunos de mis últimos micro-momentos han sido:
- Terminar de una sesión de running en Barcelona, subir a las 11:30h a lo alto del edificio a tomar un baño y a disfrutar de unos pocos, pero intensos, rayos de sol.
- Interrumpir la jornada de trabajo en casa para bajar a la playa de la Patacona (Valencia) y practicar yoga.
- Pasear por la Zona Norte (Alcoy), mi barrio de toda la vida, a las 23:45h, recordando mil historias vividas.
-Trabajar en el Café de las Letras (Madrid) mientras disfruto de una o dos – o tres – copas de champagne.
Cuando integras esos micro-momentos dentro de tu rutina diaria, entonces empiezas a tomar más control sobre tu tiempo y tu vida. Por ejemplo:
- Tomar una copa de champagne a media tarde mientras escribo o leo algún blog o libro.
- Tomar 30 minutos cada mañana, justo al abrir los ojos, para meditar y hacer un set de estiramientos.
- Escuchar Opera Aria cuando acabo la parte de meditación y estiramientos por la mañana.
- Salir a explorar corriendo cada nueva ciudad que visito.
La parte interesante de los micromomentos es que además de mejorar tu lifestyle – te ayudan a sentirte mejor y conectar contigo mismo – te ayudan a ser más productivo.
Nota: un “micromomento” no necesariamente debe ser en las cataratas del Niágara, en el campo base del Everest o en Necker Island de Richard Branson, puede ser en la terraza de tu casa o en el parque de tu barrio.