Empoderamiento
Cotidianamente escuchamos hablar acerca de la importancia del empoderamiento personal dentro de las diferentes organizaciones. Pero sabemos realmente, en qué consiste este concepto de manejo de personal que incide en la vida diaria y que forma parte fundamental de la acción efectiva de la gestión humana?
Pues bien, la concepción gerencial del empowerment o empoderamiento forma parte fundamental de la teoría de la inteligencia emocional y hace alusión al rescate de los valores agregados que poseen las personas dentro de la organización. Es reconocer el poder de las gentes, las capacidades, habilidades y destrezas que poseen dentro de sus cargos. Este proceso hace consciente a la persona del poder que tiene, de los valores que los destacan, de su poder creativo y se le hace sentir importante frente a los demás desde el punto de vista laboral como ser humano. De aquí nace la capacidad de ser y de realizarse.
En muchas empresas los administradores y jefes frecuentemente olvidan estos aspectos y es mucho más relevante cuando el funcionario comete errores o se equivoca, otorgándole toda la trascendencia posible al hecho negativo con las consabidas sanciones recriminativas. Al contrario, cuando sobresale, se esfuerza, lucha y se entrega verdaderamente a su labor, no se le reconoce, no se estimula, no se le motiva.
Al respecto se hace imprescindible efectuar cambios, reconsideraciones administrativas e implantar sistemas de reconocimiento laboral en las organizaciones. No es suficiente con decir, ...para eso se le paga, para que haga bien su trabajo y cumpla... , sino preocuparse por el bienestar emocional de los empleados, por su calidad de vida, por el reconocimiento personal y establecer factores motivadores que lleven al éxito y la realización personal. Es apenas obvio que los empleados hacen en sus empresas lo que saben hacer, cumplen satisfactoriamente, nada más. Pero si se promueve su bienestar emocional se está promoviendo también el desarrollo de las gentes, de sus familias y no se necesita presupuesto para ello, solamente un cambio de actitud de parte de los jefes, que redundará en beneficio del equipo de trabajo y en el descubrimiento de potencialidades.
El establecer políticas de valoración y reconocimiento real del trabajo es fundamental para aumentar el ego, la confianza en las capacidades individuales y como preámbulo de mejores realizaciones e incrementos en la productividad. Para llevar a cabo un adecuado empoderamiento se requieren incentivos instrumentales e incentivos expresivos que incluyen entre otros desde los sencillos elogios ante los compañeros de labor, la palmadita en el hombro y las felicitaciones por la calidad del trabajo, ya sean éstas verbales o escritas. Igualmente, el merecido crédito laboral en los trabajos, las oportunidades de viajar en comisiones dentro y fuera del país, hasta calificaciones objetivas y motivantes, bonificaciones en dinero, ayudas económicas para estudiar, así como los incrementos salariales, las promociones y los ascensos, las mejoras de ubicación dentro de las entidades o la exposición de las fotos de los empleados en el cuadro de honor mensual o en el informativo de la organización. Este último sistema es empleado usualmente a nivel de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional.
Como afirmara recientemente el Ex Director General de la DIAN en Colombia, Juan Ricardo Ortega, “Una entidad es tan buena como el material del que se hace y esto ante todo es capital humano. Pues solamente valorando asertivamente a los subalternos y colaboradores, se construye una verdadera política de talento humano en la organización.”