Quien mata a su negocio no es el cliente, sino quien lo dirige
La gran complejidad financiera por la que atraviesa el mundo entero, ha hecho que las empresas se concentren en “hacer lo necesario” para generar resultados que les permitan subsistir en medio de la turbulencia.
En algunas organizaciones, la estrategia está orientada a minimizar los costos y gastos operativos, en otras en aumentar la eficiencia y productividad interna y otras más han decidido transitar en medio de la innovación sin que hasta ahora sea ésta oportunidad de diferenciarse la que los coloque con cierta ventaja contra sus competidores.
La verdadera razón por la que ninguna de éstas estrategias parece funcionar se encuentra en tres palabras: NO HAY COMPROMISO.
No me refiero a que en las juntas de Consejo o Directivas no se hable del tema, de hecho la palabra compromiso pareciera que está en la boca de todo el nivel gerencial, y ésto es un hecho: ¡Sólo está en la boca!.
La palabra compromiso, se deriva del término en latín compromissum, que significa una obligación que se ha contraído. Pues bien, en éste sentido, cuando reviso las declaraciones de principios de diferentes empresas y de distintas ramas de la industria, me quedo anonadado al ver el excelente trabajo de redacción que han hecho sobre la visión, misión, valores y filosofía del negocio y si considero ésto como una obligación contraída y puesta en práctica, las empresas deberían estar en un lugar mucho más decoroso, en el momento de medir el nivel de satisfacción que obtienen frente a sus clientes.
¿Pero que sucede realmente? ¿Porque éste compromiso no se cumple a cabalidad en
todos los niveles de la estructura de cada empresa? ¿Dónde mueren los sueños y las buenas intenciones que se plantearon en esas reuniones de estrategia los inversionistas o las personas a quienes les toca el trabajo de dirigir el negocio? ¿Porqué al final los clientes no reciben lo que se les promete y en justicia merecen?.
La respuesta es dura pero cierta. ¡Los clientes no son la prioridad más alta para usted, como lo son sus utilidades o sus resultados operativos. ¡EL ENEMIGO ESTÁ EN CASA!
Soy de la opinión de que los clientes reciben al final lo que usted hace realmente con sus colaboradores. La ecuación no falla, pues el compromiso que usted guarda con su gente es directamente proporcional a la efectividad de éstos frente al propósito y visión del negocio, es decir, frente a sus clientes.
En varios de mis procesos de Coaching de Negocios, escucho historias de Ejecutivos de primera línea que están verdaderamente sufriendo los embates de Directivos Hostiles y tiranos (es la palabra correcta). Hombres y mujeres que están trabajando con un pié afuera de la empresa todo el tiempo, con amenazas por parte de quien dirige el negocio, personas que a ese nivel no son escuchados por la representación máxima de la empresa. Y si a éste nivel, existe éste grado de acoso, ¿que se puede pensar de los niveles inferiores en la pirámide? ¿Cómo será posible que el cliente reciba lo que merece, cuando la organización completa, no está alineada con la visión del negocio?
Es Usted quien mata a la empresa con su actitud, es usted Directivo, Gerente, Jefe, Supervisor o como sea que se llame su puesto, quien representa la mayor amenaza para el negocio, aunque lo dude. Es su falta de compromiso con practicar la filosofía organizacional, los principios y valores que la sustentan y su falta de fe en la gente la que genera un bajo nivel de compromiso de la gente con su negocio.
Sé que son palabras dolorosas las que estoy diciendo, pero son más que reales, son verdad pura y son en última instancia contra lo que usted debe luchar si lo que desea es recuperar la credibilidad y la confianza de quienes le sirven.
Tenerlos de su lado significa ir en el mismo sentido de lo que usted estratégicamente ha planeado, significa la posibilidad de Alinear sus recursos con el propósito y visión de su negocio y por ende alcanzar un alto nivel de resultados con los clientes.
Actuar congruentemente le da la posibilidad de mejorar su posición competitiva al mejorar el nivel de exposición de las capacidades y el potencial de aquellos a quienes dirige, pero sobre todo le da la más alta posibilidad de convertir a la empresa, con todas sus áreas y departamentos que la integran en una sola unidad, en un frente unido que le permitirá cumplir la obligación que se han puesto en su reunión de Planeación Estratégica.
Así que no basta con redactar la visión del negocio, es necesario que en cada rincón de la empresa realmente SE VIVA.
Si usted es de las personas a las que le ha tocado el trabajo de dirigir a otros, tiene una gran responsabilidad, pues dependiendo de lo que realice hacia adentro de su negocio, serán los resultados hacia afuera. Usted es el responsable de hablar de lo que el Cliente significa para la empresa y de la importancia de mantenerlo en una posición de fidelización, usted debe decirles a sus empleados, cuanto los necesita para hacer de la visión una realidad. ¡No tema!
Se buscan líderes....
¡Para hacer lo correcto siempre!
Para hacer realidad su visión, requiere usted de altas dosis de liderazgo en toda la cadena de valor. Usted debe impulsar una filosofía de hacer las cosas correctas siempre. No se trata de hacer las cosas bien a la primera vez únicamente, como lo define el concepto de Calidad, sino de hacer lo correcto SIEMPRE.
Y para hacer lo correcto siempre usted debe estar dispuesto a varias cosas, entre ellas:
1. A confiar en el potencial de su gente: Ya sabemos que usted es el representante máximo de la empresa, pero eso no quiere decir que usted lo sepa todo.
2. Olvídese de sus caprichos: Si la prioridad es el Cliente, el trabajo debe hacerse de acuerdo a lo que éste necesita y no de satisfacer sus gustos.
3. Deje trabajar a los expertos: Usted dirige si, pero no es el experto. No se engañe, usted no hace ni las ventas ni los costos, usted sólo lidera, pero su gente si es quien hace posible que éstos factores se cumplan a cabalidad según lo presupuestado.
4. Romper el mito de la posición: No porque usted tenga el cargo más importante de la empresa es el líder. El liderazgo se gana haciendo las cosas correctas durante mucho tiempo y tiene que ver con su disposición a SERVIR a los demás y no de presumir su nivel en la estructura organizacional.
5. Aprenda a comunicarse: Si usted es de los que grita o no escucha tenga cuidado, pues no sabe controlar sus emociones y ésto lo puede llevar a perder su credibilidad como dirigente.
6. Cambie su postura de presionar a inspirar: Deje de utilizar y mostrar su poder frente a los demás, pues al hacerlo pierde únicamente sus posibilidades de erigirse como un buen líder.
7. La excelencia es lo que importa: Si quiere transitar en medio de la Excelencia, permita que los demás muestren de lo que son capaces y deje de obstaculizarlos.
8. No busque gente que piense como usted: No se trata de que piensen como usted sino que dejen de hacerlo y piensen para el cliente. Aprenda a conectar con éste
principio.
9. Pague lo justo: No se trata de bajar el costo de nómina si no de incrementar las ventas y su participación en el mercado. Así que cuando se trate de reconocer los aciertos de su gente, hágalo sin recato.
10. Reconozca a tope: No se trata de abrir la cartera para todo, sino de reconocer el trabajo sobresaliente. Ahí es donde debe usar su cerebro, en reconocer y motivar de una y mil formas a los colaboradores que están haciendo un alto nivel de desempeño.
11. Escuche la voz del Cliente: Aprenda y enseñe a sus colaboradores a escuchar las necesidades del Cliente y a trabajar en consecuencia. Son las ACCIONES que usted realiza con el cliente las que mantiene su vínculo con él.
12. Altas dosis de motivación y trato justo: Las personas se motivan y comprometen, cuando usted actúa congruentemente con los principios de la organización. Recuerde: Como trate a sus colaboradores, ellos tratarán a sus clientes.
13. Juegue derecho: Jamás le presente una doble cara a su gente pues su credibilidad estará en juego y con ella sus resultados y su permanencia. El principio de Integridad debe ser parte de su filosofía en el negocio.
14. Administración por terror: Cuando usted utiliza la represión o el castigo, detiene la marcha de la empresa. Las personas no se atreverán a exponer su potencial por temor y optarán por sujetarse a sus deseos. Trabajarán para usted y no para el cliente, ¡QUE RIESGO!
15. Elimine el mito del conocimiento: Su puesto no hace que usted posea el mayor número de conocimientos en el negocio. Usted está para inundar a la organización completa con aquello que ha aprendido. Usted es el responsable de proveer sabiduría, pero ésto no quiere decir que la posea toda. Cada cerebro que trabaja con Usted, posee una gran cantidad de información que debe ser expuesta para servir mejor al cliente.
16. Venza a sus demonios: La posición de la poder sobre los demás, pero no liderazgo. Elimine la tentación de usarlo únicamente con el afán de que todos se enteren que lo tienen. Úselo para allanarle el camino a su gente y para facilitarles el trabajo, no para obstruir su desarrollo y para administrar por terror. Darle buen uso al poder es lo que lo hace grande, no el abuso del mismo.
17. Busca innovación, muestre la suya: Lo he dicho siempre, las organizaciones cambian cuando la gente cambia, pero usted debe poner la muestra. Si su interés es diferenciarse, comience a ser la diferencia para los demás, pues sólo así se podrá mostrar congruente con el cambio.
18. Sea congruente: Una visión se alcanza cuando se practica. Y quien dirige es el primer obligado a cumplirla.
19. Ame a su gente, tanto como a sus clientes: Si quiere alcanzar un alto nivel de resultados con los clientes, trate a su gente de maravilla. ¡No hay otra salida posible!
20. Gane siendo un ganador: Su ejemplo de grandeza debe permear a al organización entera, o ésta muere.
Hacer lo correcto agrega valor a su negocio.
Dispóngase a levantar el vuelo.
El evento más importante de un líder, no es cuando alcanza el éxito por sus acciones sino cuando se decide a dar el primer paso para convertirse en una persona diferente. Capaz de entregar a otros los dones que le han sido conferidos y a mostrar que su buen juicio y capacidad de acción son consistentes y confiables.
Si usted por alguna razón está en la posición de dirigir a toda una organización, haga lo correcto siempre, sea congruente en el actuar con los valores y principios de su empresa, pues solo así podrá estar en el posición de obtener lo mejor de los demás, sean seguidores, colegas o sus superiores. Y lo crea o no, para tener éxito, depende de éstos tres niveles, así que prepárese para cambiar, haga realidad el cambio y muestre un gran compromiso con el líder que es.
Prepare a su gente también, fórmelos como líderes y apóyese en ellos. Si los contrató es para que expongan el potencial a los demás, no para tenerlos como artículos de lujo. Siempre nuestra disposición a ayudarle en éste propósito. ¡Felices vacaciones!