¡Quiero ser Bróker!: ¿vocación o plan “B”?
Desde nuestros primeros pasaos en la vida, comenzamos a visualizar de alguna u otra manera lo que pudiera ser nuestra “vocación de trabajo”; es decir, aquella actividad laboral que poderosamente cautiva nuestra atención, aquella que mejor se adapta a nuestra personalidad y que en muchos casos deberá ser capaz de brindarnos el sustento necesario para el resto de nuestra existencia.
Algunas personas suelen encontrar y definir esta actividad vocacional con mayor rapidez que otras; Pero de igual forma, pudiera ser para otros la consecuencia de innumerables circunstancias que le han llevado al desempeño de un determinado oficio y que con el tiempo han desarrollado “Cierta empatía” hacia dicha labor.
Hoy en día, el mercado laborar se ha diversificado hacia innumerables profesiones que en el pasado bien pudieron ser vistas como utópicas; al mismo tiempo, la tecnología ha cubierto por completo algunos espacios que hasta hace poco requerían del ingenio y la intervención del ser humano. Pero sin duda alguna, tanto los avances tecnológicos, la evolución de la economía global y de la sociedad en su conjunto nos brindan nuevos nichos y oportunidades de desarrollo personal y laboral.
No recuerdo haber escuchado a cualquiera de mis compañeros de escuela diciendo: “De grande!... quiero ser el mejor bróker!”, aunque contradictoriamente, los mejores de estos profesionales que conozco en la actualidad, nunca visualizaron esta lucrativa labor como una vocación desde una edad temprana, sino que generalmente esta incursión estaba determinada por una situación coyuntural como el desempleo, cambio de domicilio, jubilación prematura o cualquier otra condición que nos desvinculase radical o parcialmente de nuestras labores rutinarias.
Un bróker, es aquel individuo capaz de encaminar su esfuerzos hacia la construcción de relaciones recíprocamente beneficiosas entre una firma y un conjunto de clientes; en pocas palabras, se transforma en un ente conector y catalizador de “fuerzas” que van desde una firma al cliente y del cliente a dicha firma.
Si ya decidió o se encuentra evaluando su incursión como bróker de una firma comercial, debe procurar que sea un proceso minuciosamente evaluado y planificado con la mayor objetividad posible; si su intención es convertirla en su actividad económica principal o complementaria deberá estar asociada de manera imperiosa a un plan de carrera y a un objetivo inicial: diversificación de ingresos, cambio de trabajo, , adquisición de experiencia, entre otros.
¿Qué caracteriza a un bróker exitoso?: 1) Es una persona planificada, perseverante y autodidacta, 2) Profesa y practica la ética en los negocios, 3) interpreta oportunamente las oportunidades del entorno, 4) Reconoce sus propias limitaciones, 5) Sabe escuchar, 6) Inspira confianza, 7) Mantiene una actitud objetivamente positiva, 8) Se apoya en la experiencia de amigos, colegas o compañeros, 9) Es empático y proactivo, 10) Establece objetivos medibles y alcanzables y, 11) Genera beneficios para el cliente, para la firma y para si mismo.
Mis recomendaciones adicionales para quienes quieran desarrollar esta labor en el futuro cercano, deben desde ya acompañar sus esfuerzos con la mayor paciencia posible y una imperiosa visión de su nueva faceta en largo plazo; para ello, deberán adicionalmente: 1) Focalizar sus esfuerzos iniciales dentro de su circulo social inmediato, 2) Crear y fortalecer círculos de referidos, 3) Construir un portafolio diversificado de clientes y por sobre todo, 4) Seguir al pie de la letra y respetar su plan personal. Ya sea por vocación o por constituirse en un plan “B”, recuerde el contenido del presente artículo, pues el éxito o fracaso de muchos yacen reflejados en las líneas precedentes.