El ABC para un plan de negocios
¿Tienes un pequeño negocio y lo operas día con día, sin planear más allá de tu flujo de efectivo cotidiano? ¿Sabes hasta dónde quieres o puedes llegar con tu empresa? ¿Tienes conocimientos básicos de administración o conduces tu negocio de manera intuitiva?
Si tu respuesta es afirmativa, quizá te convendría empezar a delinear un plan de negocios. En México, más del 60% de las nuevas empresas fracasan antes de cumplir los dos años de operación, según cifras del Observatorio Pyme de la Secretará de Economía.
Esto se debe en buena medida a que muchos emprendedores se embarcan en la aventura empresarial sin haber establecido previamente un plan de negocios; es el equivalente a un capitán que se embarca en una travesía sin tener a la mano un mapa e instrumentos de navegación.
"Mucha gente primero renta el local donde se va a instalar y luego se preocupa por el plan de negocios", comenta Jorge Enrique Velarde, director general del Centro de Innovación Empresarial para los Servicios Corporativos, del Tecnológico de Monterrey, Campus Santa Fe. "Sin misión y visión, no se llega a ningún lado", afirma el académico.
Negocios ubicados en función de la cercanía del domicilio del dueño, pequeñas empresas dirigidas por muchos ‘jefes', desconocimiento de la competencia y cálculos financieros "a ojo de buen cubero", son parte de los errores más comunes de las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPymes) mexicanas.
Estos y muchos otros errores pueden evitarse si el emprendedor recurre a una asesoría para diseñar un plan de negocios. Con apoyo de Jorge Enrique Velarde, profesor y consultor del Tecnológico de Monterrey, te presentamos cinco pasos útiles para delinear tu plan de negocios:
1. Definir y justificar bien el negocio. El primer paso es definir la misión, la visión y los objetivos de tu empresa. La misión establece el propósito central y la razón de ser de un negocio: ¿qué actividad quieres realizar y porqué?, ¿qué logros pretendes cumplir en tu entorno y qué beneficios vas a brindar y obtener. La visión define la meta o el camino hacia el cuál se dirige una empresa en el largo plazo. Sirve también para marcar el rumbo y como incentivo para orientar decisiones estratégicas: ¿quieres ser el líder en tu segmento o sector?, ¿quieres ser el más innovador? Los objetivos se definen en función de la misión y la visión: ¿en donde quieres asentarte en cinco años?, ¿en qué nivel de ventas quieres estar?
2. Definir la parte de mercadotecnia e imagen. El emprendedor debe apoyarse en un estudio de mercado inteligente, cuyos datos sirvan para tomar decisiones claras sobre el negocio, como definir cuántos productos debe fabricar o vender una nueva empresa. El estudio de mercado permite hacer un análisis de tu negocio; de ahí parten el resto de los elementos de mercadotecnia: publicidad, promoción, manejo de imagen y lanzamiento. Es necesario también hacer un análisis macroeconómico y microeconómico sectorial. "Si quieres vender tu producto en el DF, digamos en Santa Fe, tienes que hacer un análisis macroeconómico de cómo está la zona y luego un análisis específico del giro que va a tener el negocio: cuántas empresas y proveedores existen alrededor, quienes podrían ser tus clientes, etcétera.", explica el consultor del Tecnológico.
3. Delinear la operación de la empresa. Una vez que se han definido el negocio y la parte de mercadotecnia, hay que establecer los lineamientos de la operación: desde la ubicación de la empresa hasta los procesos de producción y comercialización. Un buen consejo es observar las mejores prácticas de producción del giro elegido, no sólo nacionales sino internacionales, y adoptarlas en tu negocio. Aquí también es importante definir el organigrama y el gobierno corporativo de la empresa: quién va a ser el director general, quién va a ser el administrador o el contralor, quien va a ser el contador y quienes los operativos y en qué jerarquía van a funcionar. "Este es un gran problema de las empresas que inician: no definen esto desde un principio y todos quieren dar órdenes, todos asumen que son directores y pueden tomar decisiones sin preguntar", dice Velarde.
4. Manejar una planeación financiera y contabilidad adecuadas. Muchos emprendedores manejan montos de inversión para su negocio basados en cálculos superficiales, indagaciones con amistades e incluso corazonadas propias. Por lo mismo, no saben explicar un cálculo razonable o las partidas de gasto. Todo negocio serio debe partir de una planeación financiera. El emprendedor tiene que definir punto por punto qué es lo que se va a gastar para empezar el negocio. "El capital inicial debe incluir el activo fijo (maquinaria o equipo) que se va a adquirir; los gastos administrativos; los gastos operativos, incluyendo pago de licencias, altas, abogados, todo lo necesario para formalizar el negocio; los sueldos de los socios y una partida adicional para cualquier imprevisto", añade Velarde. Una regla básica dice que hay que prever capital para iniciar y subsistir los dos primeros años, antes de recuperar la inversión y obtener utilidades netas.
5. Compararse financieramente con la competencia. Es importante que el emprendedor mida sus capacidades frente a las de sus competidores más cercanos a su negocio. La idea es comparar los niveles en la parte financiera, de deuda, de financiamiento y de viabilidad del costo financiero. La comparación permite al emprendedor ver las fortalezas y debilidades propias y ajenas. Un estado financiero más saludable que el de los competidores refuerza las posibilidades de crecimiento y expansión del negocio