No desperdicie el océano por unas cuantas olas, ¡apunte alto y déjese de miedos!
El año que termina, al menos en nuestro país, ha estado matizado de un alto grado de complejidad en los mercados, en la economía y más aún en el aspecto social, donde la violencia vuelve a aparecer y ahuyenta las inversiones tanto del país como las extranjeras. Muchas empresas realmente han sorteado momentos difíciles y se han concentrado en hacer cambios importantes en varios ajustes en su operación, a saber:
1. Cambios en su estrategia de distribución: La reforma fiscal, ha influido directamente en el pequeño comercio, incluso, ésto dio pié al cierre de muchas pequeñas “tiendas de esquina”, lo que ha repercutido directamente en la baja de ventas de las empresas de consumo masivo, obligándolas a redefinir sus canales de distribución.
2. Enfoque: Las empresas están centradas en buscar como satisfacer la demanda de sus mercados, realizando modificaciones e innovaciones tecnológicas, mercadológicas y en sus procesos internos.centradas en buscar como satisfacer la demanda de sus mercados, realizando modificaciones e innovaciones tecnológicas, mercadológicas y en sus procesos internos.
3. Manejo de los recursos: Las organizaciones están básicamente centradas en la recuperación de la cartera, en la disminución de costos y gastos y en procurar la mayor rentabilidad para los accionistas.
Pero hay algo que no ha cambiado mucho, ¡no están apostando al talento de la gente que tienen consigo!. Steve Jobs decía: ¿De qué sirve contratar a los mejores, si no les das la oportunidad de utilizar su talento?. Ésta máxima, en mi concepto es donde hemos perdido el foco. Tenemos que aprender a liberar el potencial de nuestra gente y a desencadenar el talento en aras de obtener el más alto valor percibido por nuestros clientes.
Considere hacerse las siguientes preguntas: ¿Cuanto le cuesta no poner a trabajar el cerebro de su gente? ¿Cuanto le cuesta el bajo o nulo nivel de aportaciones de la gente que está con usted a su empresa?
Éste tipo de preguntas son las que se hacen las empresas de alto desempeño. Son preguntas que responderlas puede ser doloroso, pero que vale la pena hacerse si lo que desea es salir adelante con su plan de negocios y espera incluso, ir por delante de sus competidores. Así que cambie la manera de cuestionarse, no es lo que deja de invertir meramente en capacitación sino lo que pierde por no poner en funcionamiento la maquinaria llamada ¡GENTE!
Ha llegado el tiempo de dejarse de nimiedades, ya no se puede seguir apostando tan bajo. Por el contrario son momentos en que debemos disponernos a lanzar nuestras más altas intenciones a las estrellas e ir tras ellas. Debemos actuar sin temor si queremos cruzar el río, pues al otro lado de éste se encuentran las mejores oportunidades de nuestra vida.
Pero recuerde, no está solo ni puede pretender asumir un riesgo tan grande sin poner a prueba el valor de su gente. Usted debe aprender a desencadenar el potencial de sus colaboradores a través de los líderes formales a su disposición y sus líderes deben asumir ésta responsabilidad como una condición de empleo, es decir, gran parte de su sueldo, bonos y su trabajo mismo estarán en juego si no se logra desencadenar el potencial de las personas a su cargo y si no se traducen en ideas diferenciadoras frente a sus clientes.
Le doy un dato de reflexión que he leído en un artículo reciente.. ¡Solo el 6% de las personas trabaja en lo que soñó de niño” (http://www.software-para-rrhh.com/solo-el-6-por-ciento-de-las-personas-trabaja-en-lo-que-sono-de-nino). ¿Se imagina el tamaño del problema que tienen las organizaciones hoy día con relación al entusiasmo y motivación de sus colaboradores? Pues ésta responsabilidad de motivar y entusiasmar a la gente a nuestro alrededor es mayor para quienes pretendemos liderar a otros. Entonces, nos desgastamos en invertir en procesos, nuevas metodologías, etc., y ¿qué pasa al final?: Poco realmente si vemos y creemos en las abundantes posibilidades que cada persona posee en términos de su talento. Para esto está usted entonces, para ponerse y poner a prueba el talento de los demás, por lo tanto déjese de cuentos y de ponerse excusas de que no llega a sus planes por culpa de otros.
Hoy debe disponerse a enfrentar quizá uno de los mayores retos de su vida: Desafiarse a sí mismo.
Estamos como líderes acostumbrados a pedir cuentas, a presionar a otros por los resultados, incluso a actuar con amenazas hacia los demás, sobre la pérdida de empleo o cierre del negocio si los “resultados” no justifican la operación pero, ¿está usted preparado para cuestionarse a sí mismo sobre si pone o no todo de su parte para alcanzar un alto impacto en la gente que le rodea?
Usted debe apuntar a lo más alto para alcanzar el TRIPLE BALANCE en su organización. Recuerde siempre que tiene la obligación siguiente con éstos tres principios:
1. Ser la empresa mejor manejada: Que tiene que ver con la eficiencia en todas las áreas de la empresa, el control eficiente de los recursos etc.
2. Ser la empresa más productiva: Que tiene que ver con la eficiencia y productividad de cada área y departamento y con el servicio de calidad al cliente.
3. Ser la empresa más innovadora: La razón de ser de la empresa. Darle al cliente lo que nadie se atreve a dar en términos de diferenciación tanto en servicio como en producto, precio, promociones etc.
Éstos tres factores no será posible alcanzarlos sin un cambio en la manera de concebir lo mejor para los demás, no podrá acercarse siquiera a sus metas de largo plazo si no se dispone a desencadenar su talento y el de los demás como una sola unidad. No será posible lograr su sueño si no invierte en el incremento de las capacidades de los que le rodean y les otorga la posibilidad de demostrarlo.
¿Cierre o comienzo?
Es ésta la pregunta clave que debe hacerse en éste momento. O está cerrando el ejercicio o está abriendo la posibilidad a su organización para transitar a una nueva cultura, ¡no hay más!.
No deje que le invada el frío invernal de las noticias de cierre de año en el país, no dedique su tiempo a visualizar únicamente los indicadores de riesgo que existen y se publican diariamente en los indicadores de desempeño. Focalice su atención en los factores internos de su negocio y dése cuenta, de una vez por toda, la cantidad de infinitas posibilidades de mejorar su nivel de actuación a partir de la abundancia de talento con que cuenta en su empresa.
Para los líderes de su negocio, ha llegado la hora de despertar, es el tiempo de asumir la responsabilidad que les ha sido conferida en términos de hacer que los que les rodean expongan su potencial y no solamente alcanzar resultados a costa de lo que sea. Ya se ha gastado mucho dinero y esfuerzo la empresa contratando y entrenando a la gente, pero poco o nada ha hecho por retener al talento a partir de alcanzar un ejercicio de liderazgo que genere motivación, cohesión y una participación profunda del talento de la gente en cada parte del proceso de operación del negocio. Déle la oportunidad a su gente de servir a través de una exhibición de talento que no ha visto todavía. Ellos quieren verse reflejados en sus resultados de negocio, ellos también quieren hacer historia junto con usted y su empresa.
La mejor manera de que un empleado pueda sentirse orgulloso de su negocio, es a través del impacto que hace en él y ésto solo es posible cuando se le brinda la oportunidad de exponer su potencial y se le faculta para la toma de decisiones en los momentos más importantes para la empresa.
Lo he dicho mil veces, no podrá cambiar su organización, mientras su modelo mental no cambie y mientras el suyo no lo haga jamás lo hará el resto del personal de la empresa.
Usted es el ejemplo a seguir, usted es quien debe mostrar el camino y el valor del dar el primer paso.
No bastará un nuevo plan de negocios para llegar a buenos resultados, ni siquiera una nueva redacción respecto de la visión de su empresa. Requiere de poner en acción no a su gente, sino al talento que éste posee y para ello deberá ganarse la confianza de sus colaboradores, de lo contrario no habrá compromiso alguno.
Mis mejores deseos para 2015.