Cómo comunicar un despido
Comunicar una desvinculación es siempre una tarea muy difícil. Tanto para el empleado que dejará la empresa, como para el responsable de anunciárselo, a lo cual se suma el temido fantasma del desempleo que aún habita en nuestro país.
El colaborador que se va, ha sido excluido. Su autoestima, comienza a descender desde el primer minuto al escuchar la noticia. Muchas veces su reacción inmediata es pensar que hizo algo mal, pudiendo manifestar sentimientos de culpa o reacciones hostiles. También, es difícil para el jefe, o la persona encargada de comunicárselo aunque no sea quien se lleva la peor parte en el asunto.
Puede provocarle sentimientos encontrados, por un lado si estuvo de acuerdo o formó parte de la decisión que conllevó al despido, de culpa al momento de hablar con el empleado, y así transmitir el mensaje de manera ambigua o impersonal.
Por otra parte, sentir una tensión enorme por la incertidumbre sobre como reaccionará el colaborador al recibir la noticia.
Visto desde cualquier ángulo es el momento más desagradable y de mayor tensión dentro de una relación laboral. Si bien nada puede quitarle el sabor amargo, la misma situación puede atravesarse de diferentes maneras. Estas diferencias por un lado están dadas por los motivos que propiciaron la decisión del despido.
Es diferente cuando se trata de una desvinculación por reestructuración o recortes presupuestarios, a otra causada por bajo desempeño. Con esto no quiero decir que le quite peso al hecho, sino que el impacto de la noticia puede ser distinto.
En el primer caso generalmente se trata de una decisión que tiene como sustento un problema económico o financiero de la empresa, si bien puede tenerse (y se tiene) en cuenta el rendimiento para decidir que empleado permanecerá, casi siempre se trata de un despido compartido con otras personas y las causas recaen más en el problema de la empresa que en la capacidad del empleado.
El segundo caso, es más complejo porque el motivo está referido a la calidad de trabajo o a la productividad individual, es decir que lo que motiva el despido radica en el desempeño del colaborador. Ahora bien, esta situación empeora sustancialmente si el empleado no ha recibido feedback o ayuda por parte del jefe para mejorar (como sucede muchas veces). Entonces, la noticia del despido le “cae” como un balde de agua fría y es vivida como una injusticia y no como el resultado final de una relación laboral desgastada.
El despido también puede deberse a factores vinculados con la adaptación del colaborador a la cultura de la organización. En este punto me pregunto si no es la propia estructura social de la empresa quien produce la expulsión del empleado. Retomando las diferencias en el abordaje de la situación, la segunda estriba en como se comunica la decisión al colaborador, pudiendo convertirse tanto en una situación de máxima hostilidad como en la culminación dolorosa pero madura de un vínculo laboral.
A continuación menciono 4 claves para tener en cuenta a la hora de la comunicación al empleado.
Sea honesto:
Esto implica explicar los motivos del despido con claridad y en forma directa. No intentar disimular la decisión como si se tratara de una oportunidad para el empleado, desde la lógica que todos los cambios son positivos. Es una situación muy difícil y será él quien en el futuro valorice el acontecimiento, es decir si fue o no mejor. Este tipo de situaciones como otras en la vida, se significan a posteriori.
Mantenga el control de sus emociones:
Si bien es una situación difícil tanto para quien recibe la noticia como para quien la comunica, es tanto peor para el despedido. Por eso es importante brindarle un espacio dentro de la reunión para que pueda hablar, ser escuchado y no decirle lo difícil que también es para usted la situación.
No entrar en discusiones:
Si la decisión ya fue tomada no vale la pena entrar en discusiones sobre lo que podría ser o podría haber sido. Esto, podría además generarle falsas expectativas al empleado sobre una posible reincorporación. Por otra parte, para esto es importante que la decisión se haya basado en datos objetivos y no un criterio subjetivo.
Implicarse en la decisión:
Es importante que la comunicación se realice en primera persona del plural “nosotros” y no en tercera persona “ellos”. El motivo es que quien comunica debe implicarse en la decisión, ya que esto le da la posibilidad al empleado poder hablar sobre el tema.
A modo de conclusión general, la disolución del vínculo laboral, forma parte de un proceso en el cual el empleado conociendo lo que la empresa necesita y espera de su trabajo, no consigue alcanzar el desempeño esperado. Ya tomada la decisión de desvinculación lo más importante como en todas las cosas es ser honesto estableciendo una comunicación adulta y en un marco de respeto