La PYME frente a la tecnología

 Las Pymes están en una encrucijada que les lleva a definir si se renuevan o se mueren. Esa es la norma que rige la competitividad empresarial. La relación entre las nuevas tecnologías y un agente clave en el desarrollo de la Sociedad de la Información.

“Renovarse o morir” una frase que constantemente se repite en los medios de comunicación. Los diversos planes a nivel de Gobierno y sectorial que se están implementando centran su atención en las Pymes de nuestro país, pero pasan desapercibidos para otras que no advierten la necesidad y ventaja de innovar y crear valor a sus modelos de negocio. Por su parte, los empresarios emprendedores saben que el proceso de innovación no se detiene en ningún momento y que no pueden quedarse atrás por lo que la revolución tecnológica de sus empresas avanza progresivamente en el día a día, se pronostican ritmos vertiginosos de cambios en la industria global.

Resulta difícil creer que hoy en día sobreviva alguna empresa que no afronte algún proceso de renovación a corto o medio plazo. En este nuevo entorno, la implementación de las Tecnologías se ha convertido en el elemento central para de mejorar la competitividad de las empresas para la optimización de sus procesos.

A las empresas se les vienen tiempos difíciles y las empresas centran su actividad en el impulso de iniciativas para la innovación tecnológica. Según las últimas investigaciones, el lograr el desarrollo nacional no se alcanzará si no se fomenta la inversión en tecnología, innovación y formación.

Conceptos como conectividad, teletrabajo, identidad digital, oficina digital, son cada vez más frecuente en los países desarrollados: El escritorio como lo conocemos desaparecerá, gran parte de las labores las desarrollaremos desde un equipo móvil desde cualquier punto a través de instrucciones de voz, el papeleo dará paso a documentación que se administrará digitalmente y todo bajo estrictas medidas de seguridad. En cuanto a los profesionales de las Tecnología, se dividirán en cuatro dominios de conocimiento: tecnología, información, procesos y relaciones humanas. Además, en el año 2010, seis de cada diez personas relacionadas con las TI asumirán roles directamente relacionados con la estrategia de negocio.

Esta nueva estrategia de negocio, liderada por los profesionales de las tecnologías, está en línea de las declaraciones de Nicholas Negroponte, quien afirma que, frente a la oficina del átomo (lo tangible) se pasará a la oficina del bit (lo virtual). El mundo digital permitirá que los computadores estén conectados con todo el mundo a través de banda ancha. La oficina del próximo siglo se basará en las comunicaciones, que tienden a la globalización del trabajo a través de las nuevas tecnologías, las empresas de TI ofrecen las herramientas como mensajería instantánea, telefonía IP, todo ello integrado, en un solo equipo las funciones que ahora desempeñan varios aparatos. La puesta al día de la nueva oficina implicará aceptar dos conceptos tan opuestos como lo global y lo integrado.

La oficina digital, que representará a la Pyme del futuro, requiere simultáneamente el dominio técnico de todos los procesos digitales de la información. El soporte material del papel debe dar curso a los bits, lo que constituirá el núcleo de la oficina digital, entendiendo por documentos facturas, informes, bases de datos, deben ser las nuevas herramientas. La empresa aglutinará todo un conjunto de información mediante las TIC, la gestión documental, redes y comunicaciones. Así, las técnicas más importantes deben ser la gestión de documentos electrónicos, la tecnología de imágenes y la gestión de flujos de trabajo (workflows), integrando todos los dispositivos. Esto evitará, por ejemplo, que un empresario no encuentre a un cliente por tener varias fuentes de contactos, unos en el ordenador portátil, otros en el PDA, otros en el ordenador de casa y otros en la oficina. De alguna manera deberá haber una sola lista de contactos a la que se pueda acceder desde cualquiera de sus dispositivos, la conectividad jugará un rol fundamental.

Las rutinas, hábitos profesionales cambian y las competencias laborales de los empresarios del siglo XXI deben adecuarse a este nuevo contexto, la Pyme requiere conectividad, y se espera que en algún momento todo el mundo esté conectado a través de redes inalámbricas. Todos los empleados podrán acceder a cualquier contenido para el que tengan permiso, estén en una red pública o privada, en una explosión de intercambio entre personas, documentos y formatos digitales.

Con este sistema, el trabajador se empleará por objetivos, no por horas, los horarios serán más flexibles. Las empresas se ahorrarán los costos fijos de la oficina convencional, de la misma forma que las entidades bancarias se han ahorrado múltiples operaciones físicas que sus clientes realizan ahora mediante cajero o banca electrónica. El contacto entre los miembros de la oficina se llevará a cabo de manera virtual, siendo mucho más dinámico y evitando traslados innecesarios a los empleados. El teletrabajo puede constituirse en una importante modalidad que disminuye los costos de traslado y tiempo, pero para su implementación debemos dejar atrás las barreras de la presencialidad que limitan la permanencia del trabajador en la oficina, por otra parte requerimos de un trabajador más disciplinado y autoprogramable que sea capaz de afrontar desafíos y encargos para que trabaje realmente por objetivos, importantes desafíos son los que se deben abordar, pero sobre todo debemos aprovechar las oportunidades que el comercio global nos ofrece, debemos pensar a nivel internacional y aprovechar al máximo los diversos TLC que hoy tiene nuestro país.