La búsqueda de empleo: Cinco recomendaciones para abordar el mercado laboral con éxito.

La búsqueda de empleo: Cinco recomendaciones para abordar el mercado laboral con éxito.

La sociedad actual ha venido evolucionando continuamente a ritmos realmente vertiginosos. El mundo tecnológico y la universalidad de la información están dando paso a nuevas formas de organización de los mercados, transformando las necesidades humanas y por ende modificando las perspectivas de sus relaciones interpersonales. El mercado laboral se hace cada vez más exigente de cara a las nuevas realidades y los parámetros de selección de personal válidos para cualquier departamento de Recursos Humanos en la década de los noventa difieren de manera sustancial de los requerimientos existentes hoy en día y de manera muy probable seguirán evolucionando hacia escenarios mucho más específicos y exigentes.

Primera recomendación: Sepamos ¿dónde estamos y hacia adonde vamos?

La concepción que las organizaciones del mundo moderno tienen de su personal difiere en forma diametral a las clásicas teorías de la administración del recurso humano. Los criterios de selección de las empresas divergen de acuerdo con múltiples variables del entorno de negocios, de forma tal que cargos similares en distintas organizaciones podrían requerir perfiles profesionales con diferencias sustanciales. Lo primero que debemos conocer es qué tipo de requerimientos son solicitados por una determinada organización antes de sumergirnos en nuestro proceso de búsqueda de empleo.

La gran mayoría de las frustraciones durante la búsqueda de empleo, se originan al pensar que nuestra hoja curricular debe contener la mayor cantidad de elementos posibles que describan lo que nosotros creemos que es nuestro potencial profesional. Nada más alejado de la realidad, ya que el resumé profesional funciona más como un “arma de seducción laboral” que debe saber emplearse de acuerdo con la particularidad del caso. Debe lucir más como una fotografía de nuestra condición profesional, y no debe entenderse como un instrumento que persuadirá por si mismo al seleccionador a contratarnos de forma inevitable.

El objetivo de un buen resumé es el de llevarnos al próximo paso: la entrevista laboral. Recordemos que la empresa es un cliente que, de acuerdo con su estructura, misión, visión, valores y necesidades laborales, requiere de un perfil profesional que se adecúe en forma alineada con sus objetivos estratégicos, y muchas veces esto no tiene nada que ver con nuestros conceptos ya preestablecidos acerca de lo que debe ser o no un profesional bien preparado, el de mayor experiencia, el que ya ha trabajado en puestos similares o el que posea el grado académico más alto.  Es entonces cuando hemos aprendido lo primero: debemos realizar una investigación que nos permita formarnos una idea clara y concisa de las necesidades que la organización tiene con respecto a un determinado perfil profesional. De la misma forma esa empresa debe indagar acerca de la preferencia de sus clientes antes de fabricar un determinado producto, ya que es la voz de esos mismos clientes la que determinara el tipo de producto que desean consumir, además la organización se va a tomar el tiempo de saber quiénes somos nosotros. Hoy en día, la dinámica tecnológica provee suficientes herramientas de acceso a la información que permiten construir hipótesis bastante aproximadas al respecto. El resumé, nuestra foto de perfil y otras formalidades se realizarán en consecuencia a una estrategia previamente definida, y no deben constituir de ningún modo la estrategia en sí.

En definitiva, podemos comenzar por utilizar herramientas que nos ayuden a precisar nuestras fortalezas principales como las contenidas en el libro de strenghtfinders 2.0 de Gallup u otras gratuitas como las ofrecidas en línea por la Universidad de Wharton en Pensilvania y combinarlas con aquellas muy evidentes provenientes de nuestra propia experiencia. Luego de enlistar las fortalezas, debemos enfocar nuestras baterías en la descripción del cargo solicitado por la organización. Desmenuzarlo detalladamente en competencias básicas, habilidades técnicas requeridas y otros aspectos de relevancia. Por último, un análisis SWOT nos permitirá generar las estrategias necesarias para cerrar el gap entre nuestra condición profesional actual y la condición deseada. Es muy importante destacar, que no descartamos debilidades (prefiero llamarlas oportunidades internas), pero ocupan un papel secundario en nuestro análisis. De acuerdo con Drucker (2008), el ser humano debe mejorar su desempeño solo a partir de fortalezas.

Lo segundo que debemos saber: Elaborar una estrategia para la entrevista.

Una vez que hemos visualizado todos los posibles elementos que conformarían el perfil profesional que la organización requiere, debemos intentar formular un plan de acción. El ejercicio de la empatía nos ayuda enormemente a completar este paso a través de las respuestas a las siguientes interrogantes:

  1. ¿Si fuésemos el reclutador de la organización, calificaríamos para el puesto? ¿Se elegiría a usted por encima de otros aspirantes? ¿Por qué?
  2. ¿Contamos con las competencias necesarias para desempeñar el cargo de manera solvente y autónoma? ¿Es usted capaz de hablar de sus experiencias y fortalezas en sólo 50 segundos?
  3. ¿Sus aspiraciones salariales se encuentran dentro del rango del mercado para puestos similares
  4. ¿Qué beneficios obtendría la organización al contratarnos?
  5. ¿Nuestra definición de trabajo en equipo está acorde con lo esperado por la empresa?
  6. ¿Cuáles fueron nuestros logros, reconocimientos y aportes alcanzados en trabajos anteriores?
  7. ¿Cuáles son nuestras principales debilidades profesionales y personales con relación al puesto ofertado?
  8. ¿Cuál es nuestra visión profesional a corto, mediano y largo plazo?

Mi recomendación es que no obviemos la respuesta a ninguna de estas preguntas. Le aseguro que al menos el 50 por ciento de ellas deberá responderlas de manera segura, clara y precisa en una entrevista laboral. Luego en esta instancia: tengamos exhaustiva precaución al momento de responder, ya que muchas de estas interrogantes están formuladas para evaluar nuestra forma de responder, seguridad, convicciones y determinación más allá del contenido. Recordemos que el único objetivo real y tangible que nuestro plan debe perseguir es: ¿Cómo alinear nuestras fortalezas personales y profesionales con los requerimientos de la empresa? El éxito de esta etapa pasa principalmente por el conocimiento que tengamos de nosotros mismos y de la oferta laboral. Debemos ser capaces de disponer en nuestros sombreros mágicos de argumentos de valor, firmes, concisos y contundentes. Es una imagen integral la que estamos vendiendo y no una máquina de resolver problemas. De nada nos sirve profundizar en nuestra experiencia laboral como vendedor de pólizas de seguro cuanto estamos tratando de acceder a un puesto de jefe de operaciones de una reconocida empresa de manufactura, a menos que queramos rescatar nuestras habilidades de atención al cliente, entre otras. Es decir, es muy probable que a pesar de las extraordinarias fortalezas que poseamos en otras áreas laborales, las mismas no sean relevantes o consideradas para la nueva oportunidad profesional a la que aspiramos.

No perdamos el foco. Si hemos entendido esto, entonces hemos aprendido lo segundo: No hay éxito seguro sin una estrategia que refleje solo nuestras fortalezas y habilidades que generen un valor agregado al cargo vacante al cual aspiramos (Recuerda, un unicornio muere cada vez que traemos debilidades a la mesa).

Tercera recomendación: La actitud es lo primordial.

Las organizaciones buscan personas que se adapten, aporten un valor profesional y estén dispuestos a crecer y desarrollarse junto con ellas. Cuando demostramos entusiasmo (no excesivo), seriedad, seguridad y ganas de integrarnos a equipos de trabajo, es muy difícil que dejemos una mala impresión en el reclutador. La actitud pasa inclusive por nuestro aspecto personal y el modo de comportarnos en una entrevista laboral. Con esto no quiero decir que debamos acudir a todas las entrevistas laborales en traje formal. Según mi punto de vista, esto es un error. Imagine que aspira a un cargo de Ingeniero de Mantenimiento Mecánico en una reconocida empresa de manufactura, ¿Qué cree usted que causará una mejor impresión: nuestro traje formal negro con una corbata en perfecta combinación, o una vestimenta que sin ser descuidada, nos asocie a con un trabajo de planta? ¿Piensa que en ese caso los mocasines negros son más apropiados que un calzado y otros implementos de seguridad que demuestren nuestra disposición inmediata para visitar la planta? La actitud no es sólo nuestra mejor cara de felicidad, es también nuestra disposición corporal, nuestra motivación, en resumen, nuestras ganas de hacer las cosas correctamente y cuan centrados y preparados estemos para ello.

En este punto, le presento los principales “mandamientos” que se deben respetar en una entrevista de trabajo y cuyo incumplimiento difícilmente se oculten con un excelente resumé:

  • No sea impuntual. Esto significa llegar tarde o en muchos casos: muy temprano a la entrevista.
  • Evite la apariencia descuidada y aspecto desarreglado. Si usa aretes: quíteselos. Si tiene el cabello largo: sujételo. No use maquillaje excesivo (usted no va a una fiesta) ni prendas que distraigan la atención del reclutador. Deseamos proyectar una imagen profesional. No use colores excesivamente llamativos u opacos: evite el uso del color rojo en su vestimenta. No use faldas cortas, escotes pronunciados, pantalones rotos, manos descuidadas, perfumes muy fuertes o zapatos en mal estado.
  • No hable de forma desordenada y acelerada. Permita que sea el entrevistador quien guíe el proceso, aunque eso no lo exime de tratar de llevar una conversación fluida. Haga las preguntas pertinentes sólo cuando el entrevistador lo indique. Jamás pregunte si ha sido seleccionado, ni cuanto es la compensación monetaria. Eso va a llegar en su momento.
  • No use goma de mascar, ni acuda con bebidas o alimentos de ningún tipo.
  • No utilizar el teléfono celular, ni dispositivos de audio antes o durante la entrevista. Ni siquiera los tenga a la mano. Tome la precaución de desactivarlos y guardarlos antes de su entrevista. Tampoco observe la hora durante la entrevista, usted no debe dar la impresión de estar apresurado.
  • Dé la mano al entrevistador de manera firme, educada y mirando siempre a los ojos. El lenguaje corporal es fundamental.
  • Responda a las preguntas de manera simple, concreta, segura y calmada. No use lenguaje rebuscado ni tampoco vulgar. No se extienda en comentarios sin valor a la entrevista. Sea usted mismo en su aspecto formal.
  • Nunca olvide documentos probatorios de su condición profesional, copia legible de su resumé e implementos para realizar anotaciones.
  • Debe mentalizarse que su entrevista de trabajo es una evaluación que comienza desde el mismo momento en que atiende la llamada telefónica. Incluso, en un lobby de espera podrían existir cámaras de vigilancia que estén observando su desenvolvimiento.
  • Todo su lenguaje debe plantearse en función a oraciones en positivo. Por ejemplo, no diga: Nunca he manejado un equipo tan complejo como ese. En su lugar afirme: Estoy siempre dispuesto a aprovechar nuevas oportunidades de aprendizaje.

En este punto hemos comprendido la tercera recomendación: No importa la excelente preparación profesional que tengamos, ni la excelencia en nuestra hoja curricular, ni lo basto de nuestra experiencia laboral si la actitud en la entrevista no convence al entrevistador. Este es un aspecto fundamental sobre todo cuando la persona carece de experiencia profesional o acude a la búsqueda de su primer empleo. Usted puede acceder a casi cualquier empleo si cuenta con la actitud adecuada y genera una excelente impresión en el entrevistador, salvo casos en los que su perfil profesional diste demasiado de las características que la organización exige. Aún en este caso, será tomado en cuenta para futuras oportunidades.

Cuarta recomendación: Cuidemos el resumé (La hoja de vida)

A continuación, le indico algunas recomendaciones muy generales, sin embargo, podría solicitar la ayuda de un profesional para la elaboración de su resumé.

En cuanto a la forma:

  • Olvide elaborar un résumé a todo color, llamativo y escandaloso. Tampoco use fuentes distintas a: Arial, Times New Roman, Calibri, Microsoft Sans Serif, etc. Tamaño 12 puntos.
  • Debe enfocarse en presentar una hoja de vida profesional, de corte ejecutivo. Recomiendo utilizar sólo el color negro.
  • Se recomienda encabezar con su nombre legible, profesión, edad, dirección y muy importante: sus datos de contacto visibles. Suministre direcciones de correo electrónico actualizadas y que contengan su nombre preferiblemente. Evite sobrenombres o alias.
  • Evite párrafos mayores a cinco líneas. Utilice oraciones breves con la utilización de viñetas. Muchas bolsas de trabajo utilizan programas de búsqueda de perfiles curriculares a través de palabras clave. Si usted quiere obtener un cargo de: Asistente Ejecutivo, trate de que estas palabras estén incluidas en su résumé. Redacte de manera impersonal.
  • Cuide la ortografía. Si no está seguro de poseer una ortografía correcta, someta a revisión su documento.
  • Guarde un orden cronológico inverso en sus experiencias profesionales y educativas.
  • Su resumé no debería exceder una página. En casos donde la experiencia laboral es muy extensa, puede abarcar hasta dos páginas.

En cuanto al contenido, en lo posible mantenga la siguiente estructura:

  • Resumen profesional: Breve descripción de perfil profesional, objetivos e intereses laborales. No debería exceder 5 líneas.
  • Experiencia laboral: Sea preciso en sus cargos, responsabilidades, fechas de comienzo y finalización y muy importante: Sus reconocimientos y logros. Evite en lo posible mostrar tiempos muertos.
  • Experiencia académica: Fundamente sólo sus grados académicos universitarios en caso de tenerlos. Universidad en la que estudió, fecha de ingreso y culminación. Cursos y otras actividades académicas de manera opcional y que estén directamente relacionados al puesto al que aplicamos.
  • Habilidades y Fortalezas: recuerde colocar sólo aquellas que estén alineadas con sus intereses profesionales.

Es muy importante recalcar lo siguiente: No exageremos acerca de nuestras capacidades, mucho menos suministremos información falsa. No lo hagamos. En esta fase, le corroboramos nuestra cuarta recomendación: su résumé debe estar orientado y totalmente alineado con su objetivo profesional.

Quinta Recomendación: Participemos en bolsas de trabajo, construyamos nuestras redes profesionales.

Las redes sociales y profesionales han llegado para quedarse. Atrás quedaron los tiempos del resumé impreso y las planillas de requisición laboral. Debemos acceder a redes profesionales como LinkedIn y a bolsas de trabajo como Indeed.com. Muchas empresas utilizan portales propios en Internet para administrar su reclutamiento de personal. Investiguemos y permanezcamos siempre muy atentos a las oportunidades. No desestimemos ninguna oferta y seamos muy cuidadosos cuando deseemos descartar alguna opción. La quinta recomendación es: mantengamos presencia permanente y actualizada en las redes profesionales.

Recordemos que excelentes profesionales hay muchos, sólo nuestra estrategia nos hace destacar y nuestra actitud nos hará alcanzar el éxito que deseamos y merecemos.

Referencias

  • Drucker P. (2008). Managing Oneself. [Gestionarse a sí mismo] Boston, USA. Harvard Business School Press.

 

Will Canduri

CEO & Founder of BPRO Performance Solutions LLC

Director Corporativo | Red Global de Mentores USA

Email: wcanduri@bproconsulting.com

Instagram: @bprollc