EVALUACIÓN DE LOS APRENDIZAJES

EVALUACIÓN DE LOS APRENDIZAJES

Evaluación de los aprendizajes

¿Es igual que calificación de los aprendizajes?

Primera parte 

En distintos encuentros con profesores y Directivos he repetido la necesidad de que nos corramos de la evaluación tradicional, con todo lo que ello implica, y mejoremos nuestras prácticas, desde un paradigma crítico-cualitativo-cognitivo. Esto conlleva a privilegiar el razonamiento, la imaginación, la cooperación, la comunicación, el sentido crítico, promover procesos mentales complejos y retadores, retroalimentar e indicar cómo superar errores.
Apelar a la INTEGRACIÓN del TRINOMIO: enseñanza-aprendizaje-evaluación, con el fin de evitar que la evaluación sea un producto final, en lugar de proceso.  En la Tesis realizada para la Licenciatura en Gestión de Instituciones Educativas, a través de la UAI, (2014) elegí como tema: “La evaluación de los aprendizajes en la escuela secundaria actual”. Las prácticas evaluativas se alinean con los modos de enseñar. En el resumen escribí lo siguiente: “La evaluación es un fenómeno educativo que condiciona todo el proceso de enseñanza y de aprendizaje. Es una cuestión de todos y para todos. En este trabajo se intenta pensar los procesos evaluativos como prácticas cotidianas en las instituciones educativas. La evaluación es visualizada como acompañamiento para la mejora de los aprendizajes de los alumnos, lo que requiere de una devolución de parte del docente que incluya  una comunicación escrita, oral, individual, o colectiva. Esta devolución comunicativa se la considera como una instancia más de aprendizaje.

La intención es correrse de la evaluación con metodología tradicional, que se caracteriza por ser individual, igual para todos, en un tiempo y espacio idéntico.  Correrse también, de la evaluación como transposición didáctica de la que participa. Al pretender dejar la visión de la evaluación estándar -igual para todos, con igual número de notas, de prueba, de promedios-, se pone el acento en la construcción de los conocimientos, y una formación que privilegie el razonamiento, la imaginación, la cooperación, la comunicación, el sentido crítico, entre otras. Este cambio de paradigma impactará considerablemente en la mejora de las trayectorias educativas de los estudiantes. La idea es favorecer las experiencias y las innovaciones, adoptando nuevos medios de enseñanza, nuevos métodos de aprendizaje, nuevas prácticas de evaluación. Una evaluación más formativa, que otorgue más importancia a las didácticas innovadoras…”

Continué y sigo investigando sobre “la evaluación de los aprendizajes”, por ello en febrero de 2016, en un ensayo que realicé cursando el Doctorado en Educación, (AIU), “Evaluation in a competency model” escribí que la mayoría de los docentes creen que la función más importante de la evaluación es la de acreditación y quienes están comenzando a pensar diferente, requieren que se produzca un cambio en las políticas educativas, que exigen esa acreditación bimestral, trimestral o cuatrimestral. En ese ensayo insisto en la necesidad de pensar en evaluaciones alternativas, y en un modelo de evaluación como una parte del trinomio enseñanza, aprendizaje y evaluación.

El contenido precedente, lo escribí en el año 2016, en mi primer libro dedicado al aspecto educativo. Siento que, en el año 2020, ante la medida tomada por el Ministerio de Educación de la Argentina, de no calificar a los estudiantes, reflotó el erróneo concepto que subyace tanto en muchos docentes como en la sociedad en general, al creer que la evaluación se reduce a la calificación.