Carta a un docente de arte

Carta a un docente de arte

Querido docente: tienes una muestra de alumnos ¡¡¡felicitaciones!

Lo que te voy a preguntar seguramente será un poco incómodo, pero realmente lo he visto tantas veces de colegas y ahora de ti, que quisiera encontrarle una respuesta en algún momento.

¿Porque en el flyer de publicidad de la muestra de tus alumnos, está tu foto? Me quedo pensando mucho en ello cuando veo este tipo de publicaciones.  ¿El concierto es de tus alumnos o tuyo?.

Sinceramente no me explico porque pondría mi foto en un evento que no es mío. Es algo muy difícil de entender para mí y es por eso que con mucho respeto te lo pregunto. Se que no puedo tener todas las respuestas que quisiera, pero esta realmente me interesa en particular, porque creo que el hecho de que un docente crea que la muestra de sus alumnos es “su momento”, es realmente para conversar.  

Con mucho amor y respeto te comparto este pensamiento, con la intención de que te ayude a reflexionar. Nosotros trascendemos siempre, en cada palabra y ejemplo que le damos a nuestros alumnos, no necesitamos ni debemos ponernos sobre ellos cuando claramente es el día en que ellos abrirán sus alas y expresarán su arte.

Que solo tu foto y tu nombre aparezcan en el flyer, es como ponerte por encima de cada uno de ellos y lo bello de la docencia es entender que cuando enseñamos caminamos juntos en un fluir continuo con nuestros alumnos, aprendemos también de ellos, en todos los sentidos. Seguramente tenemos más experiencia o conocimientos, pero siempre en cada acto pedagógico existe una dialéctica única e incomparable y es precisamente por ello que debemos respetar los momentos de cada uno, con humildad y trabajo en equipo.

Ese día muchos de ellos estarán aterrados, quizás incluso sea la primera vez que algunos pisen el escenario, muchos necesitarán un empujón de amor extra, te necesitarán a ti, pero lo que no necesitan es que tomes el protagonismo de algo que no te pertenece. No les robes el instante mágico que están esperando, deja que lo disfruten desde los días previos cuando compartan la publicidad con sus afectos.

El trabajo que hacemos con nuestros alumnos es de guía, son ellos los que ponen el cuerpo, la mente, el alma y amorosamente la dejan en nuestras manos. Valoremos ese acto de confianza porque es lo más hermoso que podemos recibir, es un honor y no importa que ese día la técnica tal venga errática, o haya alguna nota corrida en afinación, olvidos de letra o tantas cosas que pueden pasar en un vivo, lo que vale y será realmente poderoso es que, en ese instante, den el alma y para que den sus almas necesitan que primero la entreguemos nosotros.

Tómales las manos, abrázalos fuertes, dales la confianza necesaria para que sientan que están allí para compartir lo que han aprendido con sus seres queridos, no les pongas una presión más, tu carrera solo te pertenece a ti, en esta muestra no eres la estrella, eres la guía y juntos han trabajado para llegar a este momento, ese logro nadie te lo deja de reconocer, pero por favor, hoy no… no quieras brillar más que ellos, solo acompáñalos, llénalos de laureles, pon sus nombres, sus imágenes o no pongas nada, pero no te pongas tú por encima de ellos.

La docencia en las artes no es fácil, empero es mas bella cuando el único pensamiento que tenemos es el de ir juntos por el camino.  Es cierto que a veces el camino se complica, es duro y necesita de mucha fortaleza, pero jamás olvidemos que nuestros alumnos son su propia esencia, no son la nuestra. En el tránsito de una docencia sana, los maestros solo tomamos la mano, no caminamos al frente.