BIOGRAFÍAS PEDAGÓGICAS I y II- Laura Vaccarini

BIOGRAFÍAS PEDAGÓGICAS I y II- Laura Vaccarini

BIOGRAFÍAS PEDAGÓGICAS I y II – Laura Vaccarini

Articular para mejorar la calidad educativa. De nivel Inicial a Superior.

Gestionar la innovación educativa. El aula y la clase,

ante el reto del siglo XXI.

Estos son los títulos de mis dos libros escritos, en los que relato mi biografía pedagógica para mostrar una trayectoria escolar que fue enriqueciéndose a través de la construcción de nuevos saberes y experiencias escolares concretadas con otros y para otros. El primero de ellos lo publiqué en diciembre de 2016, y el segundo, en 2019.

En ese recorrido singular, desafiante y complejo, siempre se focalizó la necesidad de pensar en la escena del aula, como un espacio abierto, flexible, acogedor, capaz de producir ambientes de aprendizaje con momentos lúdicos, creativos e innovadores. Para ello es necesario una gestión institucional que lo habilite, que ofrezca instancias para la reflexión colectiva con el fin de generar acuerdos al interior de la escuela y mejorar el proceso de enseñanza y de aprendizaje. Este, debe estar centrado en el sujeto que aprende.

Escribí los dos libros para quienes les interesara leer sobre educación, leer para pensar la educación de sus hijos, sobrinos, nietos; leer investigaciones con sus resultados… propuestas… sugerencias.  Ambos fueron narrados desde la reflexión sobre la acción, es decir, que no me limito a evocar las acciones realizadas, las tomo, las analizo con el fin de provocar, de transformar mi propia práctica, en este oficio de enseñar desde el rol docente y como Supervisora.  La principal apuesta consistió en recuperar los saberes de la experiencia, basada en un diálogo con lo real y la reflexión en la acción y sobre la acción.

Siempre me posicioné desde la acción. Los títulos, Diplomas, Licenciatura, Masters, Doctorado, hacen a mi identidad profesional, a mi formación, pero yo me ubico desde la práctica de caminar las aulas durante más de treinta años de carrera docente.

La pandemia de COVID-19, y su posterior aislamiento preventivo y obligatorio, hizo replantear a los educadores sobre la forma de enseñar y de aprender. Para quienes habíamos incursionado en una metodología innovadora, que se alejara de la propuesta tradicional, caracterizada por la memorización, enseñanza y evaluación igual para todos, en un mismo tiempo y lugar, el impacto negativo de la primera etapa de aquella enseñanza remota, en la distancia, fue menos significativo. Pero para quienes enseñar se enmarca en la explicación docente, como única fuente de información verdadera, todavía no pueden superar la situación. Incluso muchos de ellos, se resisten a hacerlo.

Esta crisis sanitaria puso en evidencia, las diferencias existentes entre las escuelas, los educadores y los estudiantes. Un primer interrogante que surge:

¿Cuáles son los primeros pasos a dar, para que el contexto 2021, disminuya esas brechas?

Muchas son las dimensiones a analizar; algunas dependen de la intervención de cada uno de los Estados, de sus políticas educativas. Pero otras, son micro-políticas, propias de la escuela, y tal vez, una posible respuesta alternativa a pensar, entre tantas otras, sea la que planteo en el primer libro: “atender las dificultades de los estudiantes, ante las entradas y salidas de un nivel a otro”. Los primeros responsables son los Equipos Directivos y los Supervisores. Ellos son los que deben conducir la articulación interniveles, siempre y cuando gestionen al interior de sus instituciones educativas, procesos de articulación. La hipótesis que planteo es que primero es necesario lograr una articulación intranivel, que busque la mejora del aprendizaje de los estudiantes de la Institución Educativa. Luego estará en condiciones de participar de una articulación interniveles que procure una formación integral de los educandos. En consecuencia, esa articulación intra e interniveles mejorará la calidad educativa, ya que asegurará un camino a recorrer que brinde un clima escolar apropiado.

Debemos dedicarnos a lograr que los estudiantes tengan un tránsito satisfactorio al desplazarse de un nivel a otro, y, además, que transiten con éxito el nivel que cursan. De esta forma, se habrá logrado la “calidad educativa” en todas las instituciones que intervengan. Para ello es necesario pensar simultáneamente en la unidad y en la diversidad del Sistema Educativo. Hoy, al hablar de articulación debemos referirnos a un todo entrelazado que se construye diariamente para la mejora educativa. Por eso en la tapa del libro represento esa articulación a través de la obra de arte que identifica ese todo circular, en cuyo centro se haya el sujeto que aprende, y a partir de él se inicia una trayectoria de descubrimiento, que permite crear todas las formas posibles y soñadas. La existencia del vórtice, en torno al cual gira el resto de los componentes de una unidad, es esencial para que cualquier organización se desarrolle exitosamente. Cada uno de los niveles educativos, forma una parte dentro del todo, y es su compromiso, descubrir las relaciones con ese todo.