¿Por qué las organizaciones deben desarrollar sus capacidades para ejecutar proyectos?

 Con clientes más exigentes, competencia más agresiva, plazos reducidos, regulaciones y cambios permanentes, entre otros factores, se hace necesario que las organizaciones sean eficientes y eficaces en sus operaciones del día a día. Es decir, el negocio de hoy.

Sin embargo, es tanto o más relevante que sean eficientes y eficaces al decidir y ejecutar los proyectos que las harán diferenciarse y estar un paso delante de sus competidores. O sea, el negocio del futuro.

En este contexto, tanto estudios internacionales como nacionales, reflejan que el nivel de madurez de las capacidades para identificar, evaluar, seleccionar y priorizar iniciativas y proyectos es un aspecto esencial para lograr el alineamiento de estos proyectos con los objetivos organizacionales y un factor preponderante en el adecuado uso de los recursos de la organización. Por otro lado, también es relevante ejecutar consistentemente estos proyectos para cumplir con los objetivos definidos con los recursos disponibles, considerando restricciones de tiempo, costo, calidad, tecnología y desempeño.

El principal agente en este desarrollo que permite a la organización no sólo “hacer el trabajo correcto” sino también “hacer bien el trabajo” son las Oficinas de Gestión de Proyectos (PMO, por sus siglas en inglés), cuyo objetivo principal es lograr una gestión sistemática de los proyectos y su alineamiento con los objetivos estratégicos.

De acuerdo al estudio “El Valor de las Oficinas de Proyectos en las Organizaciones 2013”, desarrollado por la Universidad Santa María y Deloitte, el que reunió a más de 100 PMOs, el nivel de madurez de nuestras organizaciones es bastante bajo, por lo que se requiere invertir en el desarrollo de estas capacidades en todas las dimensiones: competencias del personal, procesos, herramientas y servicios de las PMOs, de modo que se alcancen niveles cada vez más altos que permitan a nuestras organizaciones responder a las exigencias actuales y futuras.

Todas las organizaciones que quieren crecer y ser exitosas tienen este desafío y a la vez una gran oportunidad, que al igual que en otros ámbitos, como la educación, la salud y la energía, requiere de decisiones hoy para que rindan frutos en el mediano y largo plazo. Cada organización debe enfrentar esta realidad y no dejar pasar esta gran oportunidad, ya que no es una opción, es una obligación, pues su futuro depende de ésta.