Enfrentando la Sucesión

Enfrentando la Sucesión

¿Qué ocurre cuando un empresario tiene que optar entre varios hijos para determinar cual va a ser su sucesor?
¿Qué ocurre cuando el empresario pretende que el hijo que no trabaja con él lo suceda?
¿Qué ocurre cuando el sucesor trabaja con su padre, y este le mina el poder para eternizarse en el lugar?

Generalmente son situaciones muy difíciles de resolver
, porque cuando ya llegamos a plantearnos éstos problemas, ya es un poco tarde, y es porque no han sido encarados en el momento correspondiente.

La empresa familiar perdura después del retiro o fallecimiento de su empresario fundador
.
De ahí la importancia, especialmente en la pequeña y mediana empresa, del traspaso sin traumas a la próxima generación para su supervivencia.
Es una operación tan delicada, ya que el éxito o fracaso de esta instancia incidirá fuertemente en la futura estabilidad de la empresa.

Bien, como no todo esta perdido, y pensamos que todo padre puede equivocarse y reparar, y a la vez este padre es el empresario que pretende resolver conflictos ( por eso le va bien, y tiene una empresa que le pueda suceder), vamos a comenzar a analizar donde comienzan los éstos conflictos, para poder resolverlos.

Vamos a describir con trazos gruesos las características de ciertos empresarios a la hora de su retiro.

El Empresario - Rey
: No abandona su lugar hasta que sufre una rebelión palaciega, o simplemente fallece sin dejar continuidad.
El Empresario - General: Es retirado “ a la fuerza” pero vuelve inesperadamente para “ salvar” a su Compañía.
El Empresario - Diplomático: Deja su puesto elegantemente, desde su retiro, diplomáticamente actúa como consejero.
El Empresario - Gobernador: Gobierna la Empresa por un tiempo, se retira y busca otras salidas vocacionales.

Si bien, todo lo que decimos acerca de la sucesión es impecable desde un punto de vista lógico, el hecho de encararla, es enfrentarse a situaciones de cambio.
Toda situación de cambio trae malestares, especialmente cuando este cambio esta unido al hecho de desprenderse de atributos de toda una vida y renunciar por situaciones que van más allá de la voluntad, como es la de envejecer.

Por eso tanta resistencia, temor al deterioro, prejuicio contra el planeamiento por la ambivalencia en la cesión del control y el poder.
Perdida de identidad (identificación con la empresa)

La incertidumbre frente al retiro se debe, no solo a situaciones directas con la empresa, sino a no tener otro proyecto, el temor de quedarse en casa deprimido, en fin, fantasías de muerte, a la que se le podrán anteponer mil razones, pero hasta que el empresario no encuentre su camino, le será difícil enfrentar.

El empresario fundador considera a la empresa que ha creado como una garantía para el bienestar futuro de su familia y como un vínculo importante de unión familiar.
Teme que al retirarse su esposa e hijos menores queden sin sustento.

El empresario se encuentra ambivalente con entregarle el mando a su sucesor, que además es casado.
Percibe que si el se retira, el o la conyugue puede ser una persona que no se identifica con la filosofía y los valores que ha representado la empresa para el grupo familiar, “ayudará” a tomar decisiones, ( no está errado, porque su propia esposa lo hizo).

Hay veces que realmente no hay disponibilidad de los sucesores posibles que deseen y sean capaces de asumir el manejo de la empresa.

Por lo general , estos conflictos son de difícil resolución en el seno de la Familia-Empresa, y es necesario acudir a una figura externa, que comprenda y ayude a la transicón.

En próximos números desarrollaremos estos interrogantes abiertos, recuerde que todos somos mortales y se espera que los lideres tengan la responsabilidad de identificar, entrenar e instalar al sucesor.

Pero como el tiempo pasa, sugerimos tomar una de estas determinaciones en vista al retiro.

  • Designar un miembro de la familia.
  • Designar un gerente profesional.
  • Liquidar la empresa.
  • Vender la empresa en partes o en bloque.
  • O no hacer nada.
Pero tengamos por cierto, que no hacer nada es lo más costoso y destructivo. Ofenderá a sus sucesores hasta generaciones muy avanzadas, y confiamos que aquel que cultivó su imagen de por vida, será coherente con esta postura existencial.