¿Qué podemos aprender de los conflictos?

Desde la crisis en Ucrania hasta una discusión en la oficina, todo conflicto es un síntoma de que hay algo que necesitamos aprender y cambiar. Muchas veces nos sentimos tentados a asumir una posición, a evaluar quién tiene la razón o incluso a retirarnos a modo de evitar seguir profundizando el conflicto. En todos estos casos nos perdemos la oportunidad de superarlo. A continuación algunas recomendaciones para manejar conflictos y aprender de ellos:

Haz preguntas poderosas ¿Quién está en lo cierto? ¿Quién comenzó esto? o ¿Qué motivos podemos brindar para justificar el conflicto? son preguntas totalmente estériles. No conducen ni a un aprendizaje ni a una resolución, sólo profundizan las diferencias y la emotividad que releva un conflicto. Realizar en cambio preguntas que enfoquen en los intereses compartidos por las partes, en formas de sintetizar lo que cada uno argumenta o en vías de acción para “cambiar el juego” resulta mucho más efectivo.

Observa cuáles son las raíces del conflicto ¿Qué está dejando saber el conflicto? ¿De qué cosas estructurales es necesario hacerse cargo? Los conflictos surgen cuando las vías de comunicación no han funcionado durante algún tiempo. Un conflicto aparece como un grito para decir (probablemente no de la mejor forma) algo que no ha sido escuchado o comunicado oportunamente. Observa qué es eso y enfócate en darle una buena vía para ser comunicado, conversado y finalmente resuelto. No en el momento inmediato del conflicto, ya que los ánimos no serán los apropiados, sino en lo sucesivo, incorporando una nueva práctica que transforme lo que ocurrió y prevenga nuevos choques.

Considera que si gana una parte, no gana nadie El mejor resultado de un conflicto es la síntesis, no la supremacía de una de las posiciones. Cuando unos triunfan y otros pierden se genera un estado que no es sustentable: tarde o temprano nos encontraremos con el efecto rebote. Busca que todos los involucrados se sientan representados en alguna medida en la solución, busca que todos se retiren del conflicto salvando su dignidad y aprendiendo algo del proceso. Los conflictos no debieran dejarnos de un lado u otro de la cancha sino elevarnos a todos a un nuevo nivel donde no existe “tu terreno y el mío” sino un nuevo terreno que es nuestro, que hemos construído juntos a partir de nuestras diferencias.

“La prueba de una inteligencia superior es la habilidad de mantener dos ideas opuestas en la mente al mismo tiempo y ser aún capaz de funcionar. Uno debiera, por ejemplo, ser capaz de saber que las cosas no tienen remedio, y aún así, estar determinado ha cambiarlas.”

F. Scott Fitzgerald.