Guía útil para hablar en público hoy en día

 Esta es una guía rápida, fácil de usar y potente para mejorar tu discurso cuando hablas en público hoy en día: 

Atrévete: habla de aquello que usualmente otros no hablan, toca temas que otros prefieren dejar de lado. Aquello que quizás tu audiencias esquivaría. Confróntalos con el riesgo. 

Muéstrate: viste como desees (mejor, cómo más a gusto y feliz te sientas) y utiliza el mensaje que mejor se adecue a quien tu eres realmente (siempre sin perder la perspectiva de tu publico) y haz lo que quieras. Siempre que muestres tu mejor versión de ti mismo. 

Incomoda: pincha en el culo (no es motivar), conseguir que los asistentes y oyentes, se sientan identificados y tocados por tus palabras. Que les quemen y lleguen a lo más profundo, que rocen la insolencia, pero que contengan el fundamento suficiente como para inquietar y perturbar sus mentes (y en ocasiones cuerpos) eso hará que conectes en lo más profundo del alma y grabes en ellos tus palabras. Contén el impacto: justo cuando estés en el momento más potente y quieras decir aquello que más va a impactar, no lo digas, cuenta hasta tres y entonces hazlo, llegarás más adentro todavía.

Transcribe:
me es grandiosamente útil transcribir lo que quiero decir. Ayuda a mejorar tu lenguaje y a expresarte mejor.

Línea recta: sí, esa es la mejor, más eficiente, simple y útil manera de llegar desde un punto a otro punto. Pues eso, sé directo, cuanto más claro seas, mejor te entenderá todo el mundo.

Ignora Twitter: si quieres responder a las preguntas que te han hecho los asistentes a través de Twitter me parece estupendo. Pero no vayas corriendo a Twitter a ver que es “lo que han dicho” sobre tu discurso, tampoco te fijes demasiado en el tweet del usuario de la última fila, que o bien no le gustas, no te entendió o las dos cosas.

Vulnerabilidad: habla de tus fallos (los más pronunciados) y lo mejor, ríete de tus mayores defectos. Además de gustar, te darás un gran baño de humildad.

Enfoca: mira, toca, habla y señala a todos los ángulos posibles de la audiencia a la que te dirijas. Si son cientos, camina entre ellos, acércate, mantén contacto visual y accede a su zona de conexión.

Auto-critica y auto-percepción: tanto si lo has hecho bien como si no, tu lo sabrás muy bien. no necesitas preguntarle a nadie “¿Qué tal lo he hecho?” cuando das lo mejor de ti mismo, hablas con pasión, fundamento y conectas con tu audiencia, tú y sólo tu decides si tu trabajo es bueno o malo.

Obvia la ovación (fácil): la fácil llega muy rápidamente, sólo tienes que sacar el “truco emocional”, el “jugar sucio” (cómo los profesionales conferencistas dicen) hablar de temas, como la muerte de un familiar, historias de enfermedades, etc. Hay personas que cuando hablan de esto lo hacen de verdad, con el corazón, esa es la ovación valiosa. Sin embargo, hay otros que lo utilizan como medio de explotación. Triste y lamentable. No seas una de esas personas.

Contundencia: posiblemente la que más esté amando en estos momentos. La contundencia a la hora de hablar en público viene precedida de saber quien eres realmente (lo bueno y lo malo), de donde vienes y a donde vas. Viene de adueñarte de lo que tienes que hacer y merecerte. Viene de hacer que las cosas sucedan y escuchar 20 veces más que hablar. Esa contundencia te permitirá actuar ferozmente, dejando espacio cero a la más mínima duda (aunque dentro de ti pudieras dudar) y eso puede resultar incluso insultantemente convincente. Sexy. 

Photo credit: Thomas Wanhoff.