Relaciones románticas en el trabajo: ¿deben prohibirse o permitirse?

Relaciones románticas en el trabajo: ¿deben prohibirse o permitirse?

Diversas investigaciones ponen de manifiesto que las organizaciones parecen ser un lugar lógico para que las relaciones románticas se desarrollen, dado a que los trabajadores invierten un promedio de 40 horas a la semana en su lugar de trabajo, y tienden a tener antecedentes, aptitudes y aspiraciones similares. Reduciéndose a 16 horas aproximadamente el tiempo que comparten con su familia. Las relaciones románticas que ocurren en el lugar de trabajo se caracterizan por ser una relación que surge entre dos empleados que laboran para la misma organización, donde la atracción física y sexual está presente, el afecto se comunica y ambos reconocen que dicha relación es más que una relación profesional o de amistad.

Entre las razones principales que propician una relación romántica en el área de trabajo se encuentran: 1) la diversificación de la fuerza laboral, incluida la afluencia de mujeres en puestos que antes eran ocupados exclusivamente por hombres; 2) el exceso de horas que las personas invierten en su lugar de trabajo; y 3) el aumento de personas solteras, divorciadas o viudas en la sociedad. A pesar de que muchas de las relaciones románticas que ocurren en el lugar de trabajo terminan en noviazgos de larga duración y hasta el matrimonio, otras pueden tener efectos adversos para los individuos involucrados en la relación, para el grupo (los compañeros de trabajo) como para la organización. La consecuencia más grave para la organización producto de una relación romántica son las posibles demandas por acoso sexual. Aspecto que ha propiciado que algunas organizaciones opten por implementar políticas enfocadas en restringir la libertad del personal a enamorarse de otro empleado en el trabajo. Sin embargo, estas restricciones si no se delimitan cuidadosamente, podrían representar una violación a la privacidad y libertad de los individuos.

Contrario a la creencia popular de que el amor y lo sexual no mezclan con los negocios, numerosas investigaciones, incluido un reciente estudio llevado a cabo en Puerto Rico en el 2014, revela que la sexualidad no siempre es destructiva en el área de trabajo, puesto que puede servir a una serie de fines positivos. Que van desde dos empleados que deciden involucrarse en una relación amorosa para paliar el estrés o el aburrimiento en el trabajo sin que se afecte el buen funcionamiento de la oficina, hasta una mayor motivación y productividad en el área de trabajo por parte de los involucrados en la relación romántica.

En términos de la frecuencia, los hallazgos del estudio de Puerto Rico revelan que más de un 40% de los participantes ha estado involucrado alguna vez en una relación romántica en su área de trabajo; mientras que un 71% señala que ha observado al menos una relación romántica, específicamente durante los últimos 12 meses. Asimismo, al igual que otras investigaciones en Latinoamérica, EE.UU., Europa y Canadá, el estudio de Puerto Rico confirma que estas relaciones románticas que surgen en el trabajo se dan primordialmente por el contacto frecuente de un trabajador sentarse a diario al lado de otros; por la atracción física e intelectual; las creencias y valores en común de los trabajadores; y las actividades extracurriculares, que incluyen viajes de negocio, adiestramientos, compartir en la hora de almuerzo y fiestas de navidad.

Los hallazgos también destacan que los trabajadores, incluidos el personal no gerencial y el personal administrativo, favorecen más las relaciones románticas en el trabajo cuando la pareja está conformada por compañeros de trabajo y cuando ambos son solteros. Por lo que se considera la actitud y el tipo de relación un componente importante en la aceptación o rechazo de dicho fenómeno en el área de trabajo. También, un 52% de los participantes indicó que su organización no cuenta con una política para manejar las relaciones románticas que ocurren en el lugar de trabajo. Siendo de carácter disciplinario-punitivo la acción más común de la gerencia cuando ocurren resultados negativos para la organización.

Por tanto, para que las organizaciones puedan determinar de manera apropiada si van a prohibir o permitir de manera regulada las relaciones románticas en el área de trabajo, deben asegurarse de conocer las dinámicas, los aspectos positivos y negativos que conllevan estas relaciones en el ámbito laboral y las implicaciones legales que tienen los distintos tipos de relaciones románticas en el lugar de trabajo. Particularmente cuando cada una de estas relaciones tiene implicaciones importantes para la empresa en términos de cómo y cuándo intervenir. Es por esto que se exhorta a las empresas, indistintivamente de su tamaño, a tomar en consideración las siguientes recomendaciones por las implicaciones prácticas que éstas tienen en las organizaciones. Primordialmente con el objetivo de que la organización no pierda la oportunidad de beneficiarse de los aspectos positivos que tienen estas relaciones en el lugar de trabajo, así como prevenir y asegurarse de cumplir con la carga legal que les incumbe. Estas son:

1. Un modelo de comunicación ética, que informe explícitamente cuáles son los comportamientos aceptados en consonancia con el código de conducta de la organización; y a su vez, haga saber que Recursos Humanos puede intervenir cuando la situación exceda al "área gris" donde es considerado acoso sexual.

2. Desarrollo de políticas organizacionales que especifiquen la actitud patronal hacia las relaciones románticas en la oficina y el acoso sexual, los procedimientos de quejas internas y explicar los derechos de los trabajadores a buscar asesoramiento externo en consonancia con las políticas de la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo.

3. Adiestramientos y orientación al personal no gerencial sobre cómo serán manejadas dichas relaciones cuando estas ocurran (ej.: transferencia, consejería, asesoría, etc.).

4. Capacitar al personal gerencial sobre las implicaciones legales de las relaciones románticas en el lugar de trabajo. Esto incluye las reclamaciones relacionadas al acoso u hostigamiento sexual.

5. Capacitar a los dueños de negocio y profesionales de recursos humanos sobre la importancia de propiciar un ambiente que reconozca las relaciones románticas, pero que manifieste la posibilidad de conflictos y verbalice sobre la necesidad de crear un proceso que permita las vías de soluciones óptimas.

Por último, debido a que la ocurrencia de las relaciones románticas en el trabajo no es algo nuevo y dichas relaciones seguirán ocurriendo tanto entre personas heterosexuales como en personas homosexuales en el contexto laboral. Se exhorta a los administradores de empresas a que no prohíban el amor ni la sexualidad en el lugar de trabajo, puesto que solo pueden sujetar expresiones particulares de ella a vigilancia y disciplina; como por ejemplo, las expresiones explícitas de una relación romántica en el área de trabajo. Lo que hace fundamental que las organizaciones se orienten sobre cómo implementar una política para manejar dicho fenómeno. Ya que de no hacerse correctamente, el empleado podría presentar una reclamación con respecto a su privacidad y afirmar que prohibir sus afectos románticos y la socialización con otro empleado de la organización es una invasión injustificada a su privacidad.

Autor: Joel Rodríguez Polo -  Egresó del Bachillerato en Artes con una concentración en psicología general en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Cayey. Continuó estudios a nivel graduado, culminando dos másteres. Siendo el primero un Master en Artes en Asuntos Públicos con especialidad en Ciencias Forenses en la Universidad del Turabo, PR. y el segundo Master en Ciencias, con especialidad en psicología industrial y organizacional en la Universidad Carlos Albizu, PR. Por último, culminó un doctorado en filosofía (Ph.D.) con una concentración en psicología industrial y organizacional en la Universidad Carlos Albizu, PR. El autor es psicólogo licenciado por la Junta Examinadora de Psicología de Puerto Rico.
Actualmente, el autor se desempeña como consultor organizacional para distintos tipos de industrias y está en conjunto con varias universidades y asociaciones profesionales, desarrollando cursos de educación continuada presenciales para profesionales de recursos humanos y público general, así como en el proceso de publicar su disertación doctoral en una revista científica puertorriqueña.