La Calidad es Rentabilidad
En situaciones de incertidumbre o de estancamientos en el crecimiento de una economía, las organizaciones tienden a perder rentabilidad, disparada desde el entorno pero originadas por deficiencias propias de la misma.
La rentabilidad se vincula con dos factores: el precio de venta y los costos. El primero, tiene como referencia, a los competidores y a los clientes que forman parte del mercado meta en el cual se desarrolla la organización. Y el segundo, los costos, sean fijos o variables, se relacionan con la eficacia y eficiencia de la organización en la ejecución de sus procesos y en el vínculo con sus proveedores. A su vez, se suma, en medio de ambos extremos (precio y costo), los complementadores, a quienes definimos como lo inverso a un competidor, y el crecimiento o decrecimiento de los mismos afecta a nuestra organización.
Una alternativa para trabajar y obtener beneficios de esta “Red de Valores” compuesta por clientes, proveedores, competidores y complementadores, es el desarrollo de Sistemas de Gestión de la Calidad (SGC).
Los SGC requieren conocer en detalle al cliente y nos obligan a evaluar periódicamente su nivel de satisfacción, con lo cual, al conocerlos, comprendemos sus requisitos (del bien/servicio, precios, servicios complementarios, necesidades, expectativas, etc.) y a la hora de invertir, decidir y/o desarrollar un bien/servicio la probabilidad de aceptación va a ser significativamente superior a la que pudiéramos alcanzar en el caso de no evaluarla.
En el mismo campo de análisis, en el de los precios de ventas, debemos conocer a los competidores que se presentan en el segmento de mercado en donde me desarrollo, que al ser analizardos desde la organización, nos permiten conocer cuáles son nuestras fortalezas y debilidades; debiendo utilizar como ventaja competitiva a las primeras y trabajar en neutralizar o transformar en fortalezas las identificadas como debilidad.
En lo que refiere a costos, un SGC, cuenta entre sus principios desarrollar una “relación mutuamente beneficiosa con los proveedores” lo cual permita contar con los insumos necesarios, en cumplimiento de nuestros requisitos de calidad y logrando desarrollar vínculos estables a largo plazo. Este tipo de relación, de cooperación y entendimiento mutuo, nos permite obtener cierta estabilidad en la estructura de costos de la organización; lo que es sumamente beneficioso en momento de incertidumbre.
A su vez, una estructura de costos no solo depende de factores externos sino, también, de la eficacia (alcanzar el objetivo planificado) y la eficiencia (utilización de los recursos) de cada uno de los procesos que ejecuta la organización. En este sentido, los SGC, requieren que los mismos se midan, analicen y se mejoren de manera continua.
Por último, dentro de los elementos que conforman la “Red de Valores”, se encuentran los complementadores. Estas personas y/o organizaciones atienden a afectar tanto en el tema precios como en el de costos, siendo este uno de los jugadores que menos se analizan y que están totalmente vinculados a la organización, dado que su crecimiento o decrecimiento puede depender de nuestra organización o, a la inversa, nuestra organización puede depender de ellos.
En definitiva, contemplar los requisitos propuestos por un SGC, nos proporciona incrementar los niveles de eficacia y eficiencia en nuestra organización, lo cual siempre debe ser uno de los principales objetivos, sea la misma de origen público o privada, elabore bienes o servicios, sea con o sin fines de lucros o se componga de una o un millar de personas.