Destacan cinco razones para organizar más almuerzos de negocios

Destacan cinco razones para organizar más almuerzos de negocios

El colaborador de Inc. Kevin Daum, autor del best seller "Video Marketing for Dummies", ofrece cinco razones por las que un almuerzo con los compañeros de trabajo es un buen momento para comunicarse.

Parece que ni el correo, ni el teléfono, ni siquiera Skype ofrecen las posibilidades que plantea invitar al interlocutor a comer algo.

1. Tiene el control del entorno
En la oficina, sus compañeros pueden interrumpirlo a usted o al interlocutor, que puede ser distraído por llamadas o correos electrónicos porque el también está en su puesto de trabajo.

Incluso si le pide hablar en un momento de intimidad, puede que no lo consiga nunca. Salir de este entorno y elegir un sitio que usted conoce bien pone el control del lugar en su campo. Elija un restaurante con poco ruido y que se adecue con lo que quiere comunicar.

2. Está en igualdad de condiciones
Sobre todo si con quien quiere hablar tiene una posición distinta a la suya, ya sea por encima o por debajo, porque el mobiliario de la oficina deja clara esa jerarquía.

En un restaurante estarán sentados a la misma altura, en la misma silla, y cara a cara. Si algo tiene que hacerlo sentir mejor o peor que su interlocutor, que no sea su silla más o menos cara.

3. Tiene un tiempo mínimo asegurado
Durante el almuerzo, tiene al interlocutor cautivo durante mínimo, 20 minutos.

Por muy ocupado que esté alguien, en algún momento saldrá de la oficina a retomar fuerzas. Además, aprovechará ese tiempo para relacionarse socialmente. Así que si tiene algo que hablar, llévelo en papel, pero deje la notebook en casa o el sacará la suya y usted habrá perdido su oportunidad.

4. Crea una experiencia compartida
Haga que el otro comensal se sienta cómodo. Tiene la oportunidad, además de decir lo que tiene que decir, de establecer una buena relación con alguien de la empresa.
Consiga que el almuerzo sea una buena experiencia y que la otra persona no tenga problema en repetirlo, así, si necesita comentarle algo en privado otra vez en un futuro, estará más predispuesto. Encuentre maneras, pensando en la otra persona, de hacer entretenido el encuentro.

5. ¡Invite usted!
Sobre todo, ya que es el que quería hablar, el interesado en hacer este encuentro y el que ha elegido el restaurante, lo mínimo que puede hacer pagar la cuenta.

Muchos empresarios tienden a dividir el ticket, y está bien en almuerzos improvisados, pero en este caso usted tiene que conservar el poder del encuentro.
Y salga como salga, agradezca el acercamiento al final y abra la puerta a repetir la experiencia.