Cuando tu empleo te desmotiva.

Con la inestabilidad laboral que existe, podría pensarse que tener un trabajo es razón suficiente para estar feliz. Eso no es del todo cierto, empleados con un puesto fijo quieren ‘huir' de sus oficinas por una razón: sienten que el lugar donde laboran no es ‘psicológicamente' seguro, ni saludable.

Así lo expresaron tres de cada 10 trabadores, a nivel mundial, según una encuesta de la firma Ipsos Public Affairs, realizada en 24 países. Un porcentaje importante de los colaboradores entrevistados coincidieron en que sus empresas, en vez de motivarlos, les producen insatisfacción, producto del pésimo ambiente laboral.

De un universo de 14,618 encuestas, el 47% indicó que sus oficinas ofrecen una atmósfera de trabajo sólo ‘buena', mientras que el 27% opina lo contrario. En el caso de México, un 43% dijo no sentirse emocionalmente contento en el espacio profesional donde labora.

Los principales problemas que refieren los empleados son alto nivel de estrés, conflictos interpersonales, frustraciones, falta de feedback (retroalimentación) con el empleador y poca o nula expectativa laboral en la organización. México se ubico entre las naciones con mayor insatisfacción emocional de sus trabajadores, junto con Hungría (42%) y Argentina (44%).

Aún cuando los estadounidenses tienen actualmente la problemática de conseguir un empleo debido a la crisis económica, estos empleados, junto con los canadienses, arrojaron los comentarios más positivos sobre "salud mental" en sus oficinas, seguidos por los trabajadores de India, Australia, Reino Unido y Sudáfrica.

Respecto a edades, los empleados mayores de 50 años son lo que más contentos se mostraron con el aspecto psicológico en su organización, señala, a través de un comunicado, Alexandra Evershed, vicepresidente de Ipsos Public Affairs.

La principal razón a la que se atribuye el deseo de renuncia es "la gente" en la empresa, y a dificultades con las actividades realizadas. Un estudio de la Universidad Estatal de Florida refiere que cuatro de cada 10 empleados deja su puesto por problemas con el jefe.

Entre más de 1,500 encuestados por la universidad, un 39% dijo que su superior no cumple las promesas realizadas; otro 37% se molesta por no recibir el crédito de los logros obtenidos; 27% dice que su jefe hace comentarios negativos de los empleados entre integrantes del equipo, y 24% se siente frustrado porque "invaden" su privacidad.

Los costos de tener una mala relación con el superior son variados. Por ejemplo, quienes trabajan con jefes que sólo exigen resultados sin considerar otros aspectos del empleado, son menos propensos a dar el esfuerzo extra cuando se necesita. El otro problema latente es la renuncia; el costo de perder a un empleado potencial se calcula, en promedio, entre 15,000 y 17,000 dólares, de acuerdo con estimaciones de la Universidad Estatal de Florida.

Muchas empresas y jefes creen que ser "sensible" a los problemas que enfrenta un trabajador es negativo. Sienten que su forma de gestión no debe incluir "sentimientos" del personal porque eso quita tiempo y no le incumbe a la empresa.

Para algunos jefes, incluso, representa una distracción que no pueden permitirse, sin embargo las "emociones" acompañan al empleado. Si bien no hay que enfocarse exclusivamente en ellas, tampoco se pueden omitir, hay que tener acciones para conciliar el trabajo con el entorno personal, dice la psicóloga industrial Patricia Noriega.

Sin necesidad de grandes inversiones en aumento de sueldos, se puede implementar un esquema de beneficios, como dar mayor flexibilidad en sus horarios de trabajo y obtener una fuerza laboral más motivada, explica Pamela Meyer, directora de la firma de consultoría Meyer Creativity Associates.

También funcionan otras actividades que, más que dinero, requieren organización y aceptación por parte de los jefes, como ofrecer a los empleados la libertad para tomar un descanso y hacer una lluvia de ideas sobre cómo podría mejorar su trabajo, o sencillamente destinarles un tiempo para socializar entre ellos.

Aquí el mensaje es "yo como empresa confío en ti, empleado". Si quieres que la gente haga el trabajo y te rinda mejor, hay que incentivar, no tratarlo como un reloj que debe dar resultados cronometrados, puntualiza Mayer.

Autora:  Ivonne Vargas Hernández