Incertidumbre Económica… A Capacitarse!!!

En épocas difíciles o de incertidumbre en la economía, las empresas, analizan con mayor detenimiento sus presupuestos e inversiones, reevaluando las decisiones tomadas, ocasionando cambios que determinaran su situación futura.

Este artículo hace referencia a uno de los “recortes” que realizan las compañías en épocas de receso económico o ante la falta de perspectivas económicas claras a futuro. El tema que analizaremos es la desinversión en Capacitación del personal.

Esta disminución en la inversión de Capacitaciones se observa con mayor frecuencia en la pequeña y mediana empresa, local o regional que abarca desde el Emprendedor hasta la Pyme. Situación que, sin embargo, se observa en menor medida en las grandes empresas nacionales o de capital extranjero; dado que la incidencia en el presupuesto anual total tiene menor significancia que en las de menor escala.

En general, a menor tamaño, las organizaciones acotan la inversión en Capacitaciones focalizando sus capitales en las actividades que se vinculan directamente con el producto que fabrican o el servicio que proporcionan.

La desinversión en Capacitación, en la que uno de los principales motivos es la incertidumbre económica y la falta de respaldo financiero ante la misma, hace que afecte en mayor medida a las compañías de menor tamaño, lo cual aporta a incrementar la brecha competitiva entre esta y las de mayor escala, aumentado así su share en el mercado.

“Los Emprendedores, Pequeñas y Medianas Empresas NO deben dejar de invertir en Capacitaciones durante épocas de incertidumbre o crisis económica”

¿Por qué Capacitarse en épocas de crisis o incertidumbre generará una Ventaja Competitiva? La respuesta es simple, luego de una crisis, en general, en nuestro país, afloran épocas de crecimiento económico los cuales pueden ser aprovechas, de mejor maneras, por las compañías que han desarrollado su personal a la espera de que se presente la oportunidad de crecer y desarrollarse y, como consecuencia, obtener un beneficio económico a corto plazo y sostenible en el tiempo. Permitiéndonos, también, afrontar de mejor manera los nuevos periodos de crisis.


¿Cuál es la diferencia entre las grandes empresas y las pequeñas empresas? Otra respuesta sumamente simple seria decir que las pequeñas empresas no cuentan con los recursos necesarios para capacitar a sus empleados, lo cual es erróneo. “LAS” pequeñas empresas pueden capacitar a sus empleados al igual que las grandes empresas.

La mayoría de las actividades se encuentran nucleadas en diversos entes (Cámaras de Comercio, Federaciones, Asociaciones, Cooperativas, Mutuales, Fundaciones, Sociedades, etc.) los cuales deben ser el punto de encuentro entre comerciantes y empresarios de características similares e, incluso, competidores entre sí para Cooperar en su desarrollo, invirtiendo en conjunto y logrando disminuir la brecha competitiva entre las compañías de distintas escalas.

También, esta Cooperación permite incrementar el mercado de clientes potenciales para luego poder competir internamente en un mercado de mayor tamaño. No es lo mismo competir en un mercado compuesto por 1 millón de clientes potenciales que en uno, desarrollado en Cooperación, de 10 millones. El objetivo sería Cooperar para luego Competir.

Los puntos de encuentro, que nos invitan a la Cooperación, es el ámbito por excelencia en donde analizar y proponer inversiones conjuntas en Capacitación. O sea, lo que las grandes empresas hacen de forma independiente, las más pequeñas lo pueden realizar de manera conjunta.

Suele suceder, a menudo, que estos puntos de encuentro y de potenciación de diferentes sectores económicos realizan actividades educativas pero no cuentan con una asistencia acorde de sus miembros, lo cual ocasiona que estas Capacitaciones dejan de efectuarse.

O sea, quizás hoy contemos con las Capacitaciones que necesite nuestro sector pero no la estemos aprovechando. Esta situación, en épocas de incertidumbre, es cotidiana, dado que el empresario pequeño o de mediana escala se focaliza en mantener el negocio y no cuenta con el espacio para pensar estrategias de desarrollo de negocio.

La Capacitación, debe ser una necesidad permanente contando con posibles etapas transitorias de estacionalidad en épocas de incertidumbre o crisis económica, sin que sea necesario dejar de invertir dinero o tiempo en ella.

Para concluir, la propuesta es sencilla: intente no dejar de invertir en Capacitación en épocas de incertidumbre o crisis económica, proponga hacerlo en Cooperación en el Ente que nuclea su actividad y, si no lo hace, colaborará con un granito de arena en el incremento de la brecha competitiva que hoy existe entre los distintos tipos de empresas; lo cual, aún es recuperable en beneficio de los Emprendedores y de la Pequeña y Mediana Empresa.