La Progresividad como Clave de Éxito

La naturaleza es sabia y construye sus más magníficas estructuras de forma progresiva. La semilla no se transforma en árbol del día a la mañana, todo lleva su proceso. En medio de un mundo acelerado, en el que sí es posible dar grandes saltos de un momento a otro, a veces pasamos por alto que la progresividad es una clave importante, principalmente, cuando queremos generar resultados sustentables.

Algunas aplicaciones de la progresividad:

Todo gran proyecto es divisible en pequeños pasos. Esa es la clave para realizar hazañas: identifica los pequeños pasos que necesitas completar para construir lo que quieres. Visualiza el resultado final, pero encárgate solamente de la acción pequeña, concreta, simple, que te toca realizar ahora. ¿Cuánto no hacemos por no saber por dónde comenzar o por sentirnos abrumados ante la enormidad de un proyecto? Cuando encares algo grande, cambia tu enfoque hacia la progresividad y simplemente pregúntate: ¿cuál es mi próxima acción?

Entrenarte para cosas más grandes garantiza tu crecimiento. Intentar algo para lo que no estás preparado, por el contrario, aumenta enormemente las posibilidades de fracaso. La progresividad permite ir desarrollando habilidades y generando aprendizajes que serán necesarios para los siguientes niveles de crecimiento que alcanzarás. Los constructores saben de progresividad: para levantar un edificio muy alto, necesitas antes construir excelentes cimientos.

Aumenta tu auto- confianza. Los procesos personales de adaptación al cambio llevan su tiempo: implican concebirnos de una nueva forma, interactuar con nuevas reglas, conocer nuevos entornos. Para sentirnos seguros y a gusto en ese escenario necesitamos un tiempo de aclimatación. Necesitamos explorar, probarnos a nosotros mismos y asimilar las nuevas ideas sobre nosotros y los demás. Avanzar con progresividad permite que este proceso se dé naturalmente y así los cambios se arraigan de mejor manera.

Progresividad no quiere decir lento, progresividad es avanzar cumpliendo cada etapa y evaluando cuándo es momento para moverse a la siguiente. Muchas veces en el intento de “ir más rápido” acabamos demorando más por no poder comenzar nunca o por construir resultados que luego no se sostienen por sí mismos.
Progresividad implica estar atentos al proceso y tener un alto nivel de compromiso con el crecimiento.