¿Qué es ser un manager global?

Las constantes mutaciones de los factores políticos, económicos, socioculturales, ecológicos y legales mundiales, forman lo que podríamos denominar constelaciones de cambio, un conjunto de variables interrelacionadas que dan origen a un sinfín de oportunidades y amenazas presentes y futuras para las empresas globales.

Para afrontar este desafío, aparece la figura del manager global a quien ya no le alcanza con adaptarse localmente a estos cambios para ser líder y sostener la ventaja competitiva.

Adaptarse implica ajustar o adecuar las capacidades y recursos a los parámetros que dominan la mediocridad de un mercado para conseguir resultados promedio.

No obstante, alcanzar el liderazgo exige mucho más que capacidad de adaptación. Es necesario llevar a cabo un proceso de búsqueda sistemática de cambios globales con el fin de vislumbrar oportunidades en los mercados del futuro.

Capturar oportunidades globales

El manager global deberá proponer estrategias que configuren los recursos y capacidades globales de su compañía, con la finalidad de desarrollar procesos, productos y servicios innovadores que capturen dichas oportunidades y las transformen en mayores ingresos y menores costos sostenibles para su empresa.

Steve Jobs, CEO de Apple, supo capturar y aprovechar la oportunidad de la revolución de la música digital, de Internet y de las comunicaciones. Su empresa vendió globalmente 250 millones de iPods, casi 74 millones de iPhones y más de 7 millones de iPads, entre el 2006 y el 2010.

Gestionar la innovación

La innovación, como un proceso continuo, como una acción sistemática, será la médula espinal de la estrategia del manager global.

Ya no será suficiente con mejorar, optimizar, evolucionar o perfeccionar los procesos y los productos existentes. El manager global se concentrará en experimentar y utilizar imperfectamente lo desconocido, desarrollando capacidades para generar nuevos procesos y productos de vanguardia, apasionantes, que agreguen valor a los clientes del mundo y a su compañía.

Así se explica el éxito de Apple con el iPod y el iPhone, y de Nintendo con sus 71 millones de consolas Wii vendidas mundialmente. Estas empresas establecieron las nuevas reglas que rigen el microentorno de sus negocios.

Sus competidores se están adecuando a estas nuevas reglas, hasta que alguno vuelva a reinventarlas.

Gestionar talento global

Para generar e implementar esta estrategia, el manager global deberá organizar y liderar el talento humano de equipos multidisciplinarios donde impere la diversidad cultural, ya que las mejores ideas y resultados surgen del trabajo mancomunado de personas con distintos puntos de vista en un entorno multicultural.

A la hora de organizar el trabajo, el manager tendrá que diseñar e implementar estructuras divisionales globales donde convivan burocracias mecánicas eficientes y adhocracias innovadoras, distribuidas en todo el planeta.

Apple diseña en California y fabrica en China; Arcor posee 29 plantas industriales en Argentina, 5 en Brasil, 4 en Chile 1 en México y 1 en Perú; oficinas comerciales en América, Europa y Asia, y exporta sus propias marcas a más de 120 países.

Para dirigir equipos de distintas disciplinas, culturas y nacionalidades, el manager global tendrá que ejercer un verdadero liderazgo situacional que tenga en cuenta y aproveche la dimensión de la diversidad cultural y profesional.

De esta forma, podrá influir, motivar y persuadir eficazmente a todos los integrantes de su red de valor global para encauzarlos hacia los objetivos, enfrentar la reacción de los competidores y, en definitiva, convertir los planes en resultados concretos y duraderos.

Gracias al trabajo de managers globales innovando sistemáticamente, del año 2004 al 2010, Apple incrementó sus ganancias en un 5.168%, Nintendo en un 589% y Google en un 1.534%.

En definitiva, bajo el contexto actual y futuro, adaptarse a los cambios para sobrevivir es como "correr constantemente para alcanzar el tren y subirse como un pasajero al último vagón".

En cambio, ser manager global es innovar para el liderazgo, es decir, ser el maquinista que conducirá la locomotora por el camino que él decida, para que los demás se suban al tren y lo sigan.

Autor: Humberto Giani - Director de la Licenciatura en Dirección de Negocios Globales de UADE.