Las mujeres, ¿boicotean su carrera?

En México, la participación femenina en la creación de empresas va en aumento, en 2009 cinco de cada 10 negocios apoyados por el gobierno estaban encabezados por una mujer, según datos de Fondo Nacional de Apoyos para Empresas en Solidaridad (FONAES).

Pero, la misma suerte no se corre en el ámbito corporativo, de acuerdo con un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), casi el 50% de las grandes corporaciones en los países que integran esta instancia no tiene mujeres en los puestos de tomas de decisiones.

¿La razón? Aunque históricamente la mujer ha comprobado que tiene la misma capacidad del hombre para ocupar cargos, la división de roles es un factor ideológico y cultural que sigue encasillando al sexo femenino en ciertos puestos, comenta la directora del Programa de Estudios de Género de la UNAM, Marisa Rius.

La compatibilidad entre la vida familiar y lo laboral es uno de los factores de mayor peso. "El perfil directivo que prevalece en México está asociado a largas jornadas laborales, responder a bomberazos y hasta movilidad geográfica. Esto es algo que pone a pensar a las mujeres, y no porque no puedan cumplir esas tareas, sino porque el medio corporativo del país no está listo para darles las facilidades necesarias para cumplir su trabajo, mientras ejercen otros roles familiares", señala la psicóloga organizacional Patricia García.

México, inclusive, tiene una de las calificaciones más bajas en América Latina por su falta de capacidad para reducir la desigualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, según el índice de disparidad de género, que emite el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés).

En 2009, el País ocupó la posición 99 entre 134 naciones calificadas con este índice, el cual evalúa las oportunidades entre la población femenina y masculina de cada nación

Ellas ¿su propio enemigo?
Las organizaciones que obtienen mejores resultados financieros y capitalización bursátil son aquellas que tienen al menos tres mujeres en cargos ejecutivos importantes, revela un estudio de la consultora Mckinsey & Company.

Las ventajas del poder femenino parecen muy claras, la pregunta es ¿ellas lo creen? Algunos comportamientos parecieran indicar que no. Por ejemplo, los hombres a diferencia de las mujeres, son más hábiles para hacer un networking que los conduzca a mejores oportunidades laborales. "Las redes creadas por mujeres son más pequeñas", porque ellas van en busca de mentores, y resulta que esta figura suele ser escasa en las organizaciones, sobre todo mujeres desempeñando el rol de mentor, indica la investigación de Mckinsey.

"Las mujeres creen que ellas tienen que crear su propia suerte. Piensan que para conectarse con una oportunidad deben escuchar primero su voz interna y luego ver ciertos contactos. Mientras que los hombres son más rápidos, directos y hace una red más superficial, es decir no todos sus contactos son sus grandes amigos, pero sí los pueden ayudar a escalar puestos", explica la psicóloga organizacional.

Este hecho, agrega, puede moverlas a "excluirse de ciertos o puestos o no, tienen la tendencia a analizar si un puesto será compatible o no con su rol de género".

A veces es cuestión de "la propia mentalidad, se va con ese pensamiento negativo de que por ser mujer estoy en desventaja. Como mamá que trabaja, inclusive, hay que preguntarse cómo estamos educando a nuestros hijos varones y a nuestras hijas para que esas niñas tengan más oportunidad el día de mañana". Parece increíble pero hay quien las entrena para "encontrar un buen partido y no para tener una vida más plena, completa y productiva", indica la presidenta de la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (CANIETI), Andreína Siller.

La también CEO de la empresa Practum, señaló como un error femenino creer que son "súper mujeres y tener que estar al 100% en todo. Si trabajo no voy a estar de lleno como madre", pero eso no tiene porque ser malo, "depende de cómo se maneje esto en pareja y como familia".

El ocupar o no un puesto directivo depende de la actitud con que la mujer asuma esta tarea.

"Todo es producto de la educación, de la cultura familiar y entorno. Si llevas en mente la idea de: ‘mi participación (en la empresa) es mientras me caso\', tú ya vas con eso, aunque no lo hagas consciente. Eso hace que no veas las oportunidades que se te presentan o las medio boicotees. A veces dicen: ‘mejor no me comprometo mucho porque realmente lo que estoy esperando es casarme\', por ponerte un ejemplo", añade la directiva.

Tras su participación en el Foro "El factor clave de la mujer en los negocios", recientemente organizado en la Universidad Iberoamericana, Siller asegura que la cultura corporativa en el país no está preparada para manejar esquemas laborales como horarios compartidos entre hombres y mujeres para cuidar a un hijo, por ejemplo, o dar a la mujer un modelo de home office adecuado para laborar desde casa y sentirse integradas al campo productivo.

"No es un tema fácil de implementar aquí (en el país), porque involucra disciplina y otras factores. Sin embargo, cuando aprendamos nos puede ayudar mucho en la economía pues hay mucho talento femenino sin aprovechar", agrega.

Las grandes organizaciones, expresa, quizá están más avanzadas en ese tema. En el caso de las Pymes, "lo que falta es una estructura organizacional, procesos y métricas, porque para utilizar el modelo de trabajo en casa hay que establecer medidas para calcular la cantidad de trabajo que esa persona tiene que cubrir al día. Desafortunadamente, esa parte está lejos en las Pymes, éstas son más manejadas con intuición, saliendo con el día a día y (se carece) de cierta estructura".

La CEO indica que para tener a más mujeres dentro de puestos estratégicos, el país debe trabajar en políticas "para la familia". Desde el gobierno, dice, tendría que impulsarse esa igualdad. Es, todavía, un "sueño que en México ocurrieran cosas como en algunas naciones europeas en las que, cuando la mujer tiene un hijo, la atención y la responsabilidad es de la pareja", puntualiza.

Autora: Ivonne Vargas