Revelan las claves para ser el jefe "perfecto"

Revelan las claves para ser el jefe "perfecto"

Además de valores indispensables como liderazgo, capacidad de trabajar bajo presión o similares, los empleados consideran muy valiosas otras actitudes, menos evidentes pero igualmente importantes, como el respeto y la humildad.


Según detalla José Castellanos al sitio español expansiónyempleo.com, director de Michael Page, un buen jefe debería reunir las siguientes características:


1.Predicar con el ejemplo. Es indispensable adoptar una actitud modelo de cara a los empleados, tanto en el trabajo como en las formas, en los horarios y el orden.


2.Educación y respeto. Cuanto más jefe es uno, más educado y respetuoso tiene que ser, tanto con sus equipos, como con sus homólogos, o en sus declaraciones y comentarios, ya que cada palabra que diga "calará más hondo".


3.Motivación y liderazgo. Un buen jefe es capaz de motivar y liderar a su equipo, que estará dispuesto a todo tipo de esfuerzo con tal de alcanzar el resultado esperado.


4.Capacidad de escuchar. Es muy importante que sepa escuchar y dar voz a sus empleados. De esta forma el equipo se sentirá más partícipe en las decisiones y su motivación crecerá.


5.Capacidad de formación. Los empleados necesitan saber que pueden aprender de sus jefes y desarrollar de forma continua su carrera profesional.


6.Capacidad de trabajo en equipo. "Uno solo llega más rápido, pero bien acompañado llega más lejos", para ello tiene que ser capaz de coordinar su equipo para sacar el máximo partido de cada uno de sus empleados.


7.Rodearse de gente válida. Aunque parezca obvio, muchos jefes no tienen la suficiente valía como para identificar a candidatos mejores que ellos. Sin embargo, haciéndolo aportan muchísimo tanto a ellos mismos, como al resto del equipo.


8.Capacidad de sacrificio. Los empleados valoran constatar que su propio jefe es capaz de sacrificarse y estar presente en los momentos de crisis y de sufrimiento, junto al resto del equipo.


9.Humildad. No tiene que presumir de su cargo o adoptar una actitud arrogante por el mero hecho de ser jefe.