Desea ¿reinventarse?. Solo se puede lograr con liderazgo
La complejidad en el mundo de los negocios exige ahora más que nunca, cambios profundos al interior de nuestras organizaciones si es que deseamos mantenernos en una posición competitiva decorosa o más que aceptable.
El cambio vertiginoso de los hábitos de compra, los gustos y preferencias de los consumidores nos indica que han llegado los tiempos de dar lo mejor de nosotros a quienes nos debemos: NUESTROS CLIENTES.
Para ello es necesario trabajar hacia adentro de nuestra empresa. Es necesario vencer nuestros demonios y concentrarnos en aquello que agrega valor a nuestro negocio y le aporta también, un valor agregado a nuestros productos y servicios frente a aquellos que nos hacen el favor de adquirirlos de manera permanente.
Hágase la siguiente pregunta: ¿Cuánto destina usted de sus ventas a fomentar una Cultura de Servicio verdadera al interior de su negocio? ¿Cuánto destina usted de su presupuesto a construir peldaño a peldaño el liderazgo de su empresa?.
La verdad es que pocas son las empresas que están dedicando tiempo y esfuerzos para solventar ésta necesidad, que pareciera ser común en el ámbito empresarial y de los negocios.
Es claro, que las disputas departamentales, están a la orden del día, que el nivel de cohesión no es el mejor y que las diferencias de pensamiento entre departamentos no están alineadas con la visión del negocio y por lo tanto, no se practican los valores y la filosofía por aquellos quienes dirigen. ¿El resultado?, los Clientes lo reciben a través del servicio o en el momento de adquirir los artículos que consume.
La cabeza del negocio, debe inmiscuirse en éstos asuntos, ese es su trabajo verdaderamente. Su labor consiste en inspirar, dirigir la orquesta, cohesionar y alinear la organización entera para poder apuntar alto y sobre todo para asegurar los resultados previstos en su Plan de Negocios. Es aquí donde su liderazgo debe plasmarse en toda la organización, su nivel de influencia debe ser el factor multiplicador para que surjan líderes en toda la estructura y en tal sentido, se puedan desencadenar con energía, las fuerzas internas y el talento de la gente en un nivel jamás soñado. El líder debe crear una Cultura de Servicio que lleve a la empresa más allá de lo que ha soñado.
El talón de Aquiles para la gran mayoría de las empresas, sigue siendo por ahora el SERVICIO a los Clientes, pero, ¿Cómo van a recibir un trato distinto cuando al interior de la empresa hay cotos de poder? ¿Cuando adentro de la organización, todavía no existe la más mínima disposición a darse la mano entre unos y otros departamentos?. Los Clientes reciben lo que vive una organización dentro de si misma, ¡No hay duda!
Pero el problema de servicio no es más que la falta de un verdadero y genuino liderazgo, es la falta de una adecuada influencia en los demás para hacer lo correcto en forma permanente. ¡Es un problema de la cabeza y de todos aquellos que tienen a su cargo personas!. Es la falta de disposición para predicar con el ejemplo los valores y la filosofía de la organización, es la falta de credibilidad en que es posible alcanzar la Excelencia si nos lo proponemos.
Las Empresas y sus líderes deben luchar contra sus demonios, tienen que decidirse a erradicar y cambiar por completo su manera de actuar frente al cambio, tienen que dejar de ser timoratos a la hora de buscar objetivos y concentrarse únicamente en aquellos que les representen realmente una ventaja competitiva, aunque éstos le signifiquen mayor esfuerzo y dolor por el cambio mismo.
Nuestra gente, da en materia de resultados el equivalente a nuestro tope de liderazgo, ¡no busque más pretextos ni excusas cuando no llega a los resultados previstos en su Plan de Negocios. El problema está en los líderes, PUNTO!
¿COMO ABORDAR EL CAMBIO?
Interésese en seguir las reglas del cambio y la mejora continua si desea llegar a diferenciarse de su competencia. Algunas recomendaciones:
1. Apunte alto, y déjese de miedos: Vaya por resultados realmente significativos y concéntrese en tener a la mejor gente para alcanzarlos, de lo contrario no llega.
2. Permítales poner a prueba su talento: De nada vale tener a los mejores, si no les da la oportunidad de probar su grandeza. Usted debe facilitarles el camino para que puedan demostrarle que son capaces de echarse a cuestas proyectos importantes, pero permítales hacerlo.
3. Dirija, excepcionalmente bien: Ya no son tiempos de administrar solamente, son tiempos de volcar la organización entera a satisfacer las necesidades de los Clientes, o hace ésto o desaparece. ¡Así de simple!
4. Forme líderes de servicio a lo largo y ancho de la organización: Son ellos, los únicos que pueden desencadenar las capacidades y el potencial de su gente al tiempo de alentarlos a mantener en alto el entusiasmo por alcanzar su visión.
5. Predique con el ejemplo: Sus gerentes y jefes poco podarán hacer para alcanzar un alto nivel de influencia en su gente si no actúan modelando su visión y los valores de la empresa. Recuerde, su desempeño es un asunto de CONGRUENCIA.
6. Atrévase: Sálgase de su estado de confort y haga las cosas que hasta ahora no se atreve, deje de hacer lo cotidiano que ésto solo le provoca comodidad y entre en el terreno de la INNOVACIÓN para que pueda DIFERENCIARSE de los demás en el camino.
Cambiar y Cambiar
Si en verdad quiere hacer la diferencia en el mercado, tiene que aprender a cambiar constantemente, hasta que su empresa se convierta en un modelo de continuo aprendizaje.
El cambio no es un tema de una sola vez, sino de una constante. Usted ya no tiene que pensar en adaptarse a las condiciones de su entorno, sino de convertirse en el entorno mismo antes de que otros le ganen el camino.
Aprenda a anticiparse y hágalo con verdadera devoción, es éste su mayor compromiso. Y cuando intente un cambio que sea de fondo y no de forma, no es un nuevo diseño de su logotipo, o de su empaque lo que le mantendrá en la cima del mercado, es su actuación, su orientación a realizar las cosas con Excelencia lo que le dará ésta posibilidad de mantenerse por encima de sus competidores.
Usted debe convertirse en un amante del cambio. Sus mejores posibilidades no están en hacer muy bien lo que hace, sino en hacer extraordinariamente bien lo que nadie se atreve a hacer. Ésta es la nueva regla en el mundo de los negocios.
Pero mantenerse cambiando exige inversión, cultura de aprendizaje, práctica constante del servicio interno, fomento del desarrollo y compromiso individual y colectivo, tiempo para aprender de las fallas que cometemos en el camino, reconocimiento a tope a quienes alcanzan resultados más allá de su nivel de exigencia, volcarse sobre la gente.
¡Ésta es su ventaja competitiva!
Reflexione bien ésto: Analice el nivel de comunicación que existe en la empresa, ¿Le representa costos?. Sus Equipos. ¿Están cohesionados? Su visión, ¿La siguen obsesivamente hasta alcanzarla?. Si no es así, no lo piense más, es hora de darle la vuelta y proponer un cambio de fondo. Hágase de líderes y manténgase entrenándolos en ésta materia constantemente. Recuerde: “Sus demonios no están fuera de su empresa, están dentro de ella y necesita vencerlos”, así que si quiere evolucionar y entrar en el terreno del crecimiento, el trabajo es hacia adentro, no le busque más pretextos ni excusas al bajo nivel de desempeño.
Siempre he tenido la convicción de que el liderazgo es el motor, y es por ello que nuestro enfoque es en mejorar a las personas que hacen posible alcanzar los resultados que esperamos. “Su labor no es hablarles de su riqueza, sino en hacerles descubrir la suya”.
Como siempre, nos ponemos a sus órdenes para apoyarlo en éste cometido.